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El Real Madrid repite el mismo petardazo en las derrotas y desperdicia al mejor Rodrygo
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El Real Madrid repite el mismo petardazo en las derrotas y desperdicia al mejor Rodrygo

En la mayoría de las derrotas del Real Madrid en esta temporada ha sido incapaz de hacer goles. Contra el Espanyol desaprovechó el gran momento que atraviesa Rodrygo

Foto: Rodrygo se lleva las manos a la cabeza en el partido contra el Espanyol. (Reuters/Nacho Doce)
Rodrygo se lleva las manos a la cabeza en el partido contra el Espanyol. (Reuters/Nacho Doce)

El Real Madrid atascado, que pierde y se queda sin marcar, no tiene perdón. Es un equipo plomizo, sin soluciones desde el banquillo y anárquico en lo individual. Cada delantero hace la guerra por su cuenta en un sistema que sigue sin estar engrasado y del que saca rendimiento cuando los partidos se rompen. Sin espacios se colapsa (Espanyol y Lille) y cuando los ha tenido en los grandes partidos (Barcelona, Athletic y Liverpool) ha sido un equipo largo.

Es una fase decisiva de la temporada, con un derbi contra el Atleti y la eliminatoria contra el Manchester City, y del Real Madrid se espera, al menos, que sea un mazo arriba, aunque tenga pendiente ser más fiable en fase defensiva.

Es un fracaso estrepitoso que el Real Madrid caiga derrotado y sus delanteros disparen con bolas de fogueo. En las tres derrotas en la Liga tan solo marcó un gol al Athletic en San Mamés. Se quedó a cero en la goleada del Barcelona en el Bernabéu y en la polémica derrota contra el Espanyol. De los tres encuentros perdidos en la Champions, únicamente marcó al Milan en el Bernabéu y fue ineficaz contra el Lille y el Liverpool. Dos tantos pudo hacer en el naufragio contra el Barcelona en la final de la Supercopa de España.

El Real Madrid no se puede permitir acabar un partido sin perforar la portería contraria. Es un pecado teniendo en el campo a Bellingham, Rodrygo, Vinícius y Mbappé y contra el Espanyol se dieron todos los impedimentos en la que es la séptima derrota de la temporada. Influyeron las decisiones arbitrales de no señalar un penalti por mano de Jofre, el gol anulado a Vinícius, la patada sin roja a Mbappé, los postes, la enorme actuación del portero Joan García y algo que está en debe de Ancelotti: el atasco futbolístico.

placeholder Mbappé y Vinícius en el partido contra el Celta en Balaídos. (EFE/Lavandeira)
Mbappé y Vinícius en el partido contra el Celta en Balaídos. (EFE/Lavandeira)

En la mejor versión ofensiva del Madrid tiene que estar incluida la estrategia y los mecanismos de asociación y movimientos con los que someter, agitar y destruir el muro de equipos que se emplean a fondo en fase defensiva. Rodrygo ha desatascado los dos últimos partidos de la Champions (Salzburgo y Brest) con acciones colectivas e individuales que combinaron la velocidad, precisión y contundencia. Provocó desajustes en el rival y finalizó con eficacia.

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Rodrygo volvió a la derecha en Cornellá y fue el futbolista más peligroso de los cuatro atacantes. Está en un momento dulce, fino en el regate y en la finalización. Con el regreso de Vinícius, lo que se hizo es frenar el estallido del mejor Rodrygo que se ha visto en la temporada. Es otro petardazo de Ancelotti. Aunque Vinícius le haya dado y le dará mucho al equipo por ese costado. Pero se echa en falta más cintura en el entrenador para leer los partidos y aprovechar los buenos momentos de jugadores.

Foto: Vinícius y Mbappé se dirigen al árbitro Muñiz Ruiz en Cornellà. (REUTERS Nacho Doce)

Rodrygo ha cogido carrerilla, está en modo imparable y es bueno donde le pongas. Si se está saliendo por la banda izquierda, lo suyo habría sido no tocar lo que funciona o haber apostado por un intercambio de posiciones durante el partido en Cornellà.

Ancelotti aprende de los errores y de las derrotas. De vez en cuando improvisa probando a jugadores en otras posiciones que no son las suyas (Fede Valverde y Camavinga en los laterales…). No está en sus planes que Vinícius pierda la banda izquierda. No lo ha hecho ni con la llegada de Mbappé ni el mejor momento de Rodrygo. Refleja su inmovilismo.

Foto: Vinícius recibe sanción en el Santiago Bernabéu. (EFE Juanjo Martín)

Ancelotti no puede respetar siempre las jerarquías ni enrocarse en asignar posiciones fijas a sus estrellas en el campo. Si Rodrygo está rindiendo a un alto nivel por la banda izquierda, siendo determinante por su verticalidad, velocidad, regate y contundencia, qué necesidad hay de desaprovecharlo. Rodrygo está en situación de plantar competencia a Vinicius, pero tampoco se trata de generar confusiones y malos rollos. No sea que las estrellas se enfaden y alguno sienta que se invade su espacio.

Rodrygo ha hecho méritos para darle continuidad arrancando desde la banda izquierda y no habría pasado nada porque Ancelotti hubiera seguido con este plan, aunque Vinícius volviera al once tras su sanción en la Liga. Son las cosas de un entrenador que le cuesta hacer cambios y considera a Rodrygo el único prescindible de los cuatro de arriba.

El Real Madrid atascado, que pierde y se queda sin marcar, no tiene perdón. Es un equipo plomizo, sin soluciones desde el banquillo y anárquico en lo individual. Cada delantero hace la guerra por su cuenta en un sistema que sigue sin estar engrasado y del que saca rendimiento cuando los partidos se rompen. Sin espacios se colapsa (Espanyol y Lille) y cuando los ha tenido en los grandes partidos (Barcelona, Athletic y Liverpool) ha sido un equipo largo.

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