El problema del Madrid no es el Manchester City: hay dos gatillazos en la Champions

El Real Madrid tiene lo que se merece en el nuevo formato de la Champions e ir a la repesca para conseguir el pase a los octavos puede enfrentarle al Manchester City. Lo sorprendente es que Ancelotti diga que no le gusta jugar contra el equipo de Pep Guardiola. Normal. En la eliminatoria de cuartos de final de la temporada pasada, sufrió una barbaridad. Fueron dos empates y pasó en los penaltis. Pero este City no tiene nada que ver con el del mes de abril del año pasado. Ancelotti se lo tiene que hacer mirar.

El enemigo del Real Madrid no es el Manchester City. El equipo de Pep Guardiola está hecho unos zorros y con el partido de vuelta en el Bernabéu, el Madrid, sea el City o el Celtic, ya tiene una buena ventaja. El problema del Real Madrid es que su entrenador consiga mejorar el rendimiento de un bloque que ha sido incapaz de quedar entre los ocho primeros de la fase Liga de este nuevo formato. Ha mostrado un nivel errático.

Ancelotti tiene que dar con la tecla si quiere eliminar al City o al Celtic porque la versión que se ha visto del Real Madrid en lo que llevamos de la Champions no se corresponde con el nivel del potencial de la plantilla. Tres derrotas (Lille, Milan y Liverpool) y cinco victorias (Stuttgart, Borussia Dortmund, Atalanta, Salzburgo y Brest) no es un buen balance. Le ha dado para meterse en la repesca, pero lo ha hecho con 12 goles en contra y solo un partido con la portería a cero (Brest).

El Real Madrid tiene mucho margen de mejora y el playoff está a la vuelta de la esquina. Si le toca el Manchester City, viendo los problemas futbolísticos y las angustias de su entrenador, no es un drama. Hay que ir a por ellos. Sin miedo, como manifiesta Courtois. Hay que preparar mejor al Real Madrid en lo colectivo. Sigue sin estar bien trabajado. Gana los partidos más por las individualidades que por la construcción de un equipo consistente.

Si cae la bolita del City, se puede pensar en positivo porque es un equipo que pasa por un mal momento. Su principal punto débil es la fragilidad defensiva y la fortaleza del Real Madrid está en la contundencia de sus delanteros. Es un rival batible. Se le puede hacer daño si vas a por ellos, los intimidas, los amenazas y no planteas dos partidos conservadores. El Madrid se metió en la cueva la temporada pasada, hizo un enorme esfuerzo de resistencia en el Etihad Stadium. Con el gol de Rodrygo y Lunin como héroe en la tanda de penaltis. Pero esto ha cambiado.

Mbappé llegó para esto

Es el City el que tiene que estar preocupado por el Real Madrid. Para eso debe estar más fino y acertado Ancelotti. Trabajar mejor los mecanismos de su equipo, al que le siguen llegando mucho a la portería de Courtois y le cuesta una barbaridad generar fútbol. Como se vio contra el Brest.

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Ancelotti tiene que espabilar. El otro que debe ponerse las pilas en la Champions es Mbappé. Su rendimiento en los ocho partidos no ha sido para tirar cohetes y al francés no se le ha fichado para ganar otro título que no sea la Champions. Es la prioridad del Madrid y la suya. Mbappé solo ha marcado en tres partidos de los ocho. Contra el Stuttgart, Atalanta y Salzburgo. Se ha quedado sin ver portería contra el Lille (fue suplente), Milan, Liverpool (falló un penalti) y Brest.

Mbappé, que venía de marcar su primer hat-trick en Valladolid, estuvo desatinado ante el Brest. Los disparos se le fueron altos y desviados. La sensación es que en la Champions no está tan suelto como en la Liga y si toca el City o el Celtic, se espera que dé una versión más eficaz. Con el Real Madrid en la Champions, lo mejor es no hacer cábalas si muestra su verdadero ADN de lucha, garra y equipo que nunca se rinde. Pero es fundamental que Ancelotti y su estrella, Mbappé, estén más atinados.