La última gran decisión de Antoine Griezmann que vuelve a poner en vilo al Atlético de Madrid

"No tengo nada claro si me voy a ir o me voy a quedar", confesaba un dubitativo Antoine Griezmann en el documental La Decisión que se emitió en junio de 2018, cuando el francés se debatía entre seguir en el Atleti o marcharse al Barcelona. El polémico documental acabó con un "me quedo" en el Atleti, emitido en Movistar y producido por la empresa Kosmos que gestiona Gerard Piqué. Un año más tarde fichó por el Barça y la etapa de blaugrana salió mal. Griezmann vuelve a estar ante otra gran decisión. En proceso de resolver las dudas sobre su futuro. Si es conveniente darle otra temporada más al Atleti o irse tras una intensa campaña que acabará con el Mundial de Clubes en Estados Unidos.

Griezmann se ha exprimido por ser una leyenda en el Atlético de Madrid. Puede que sea el futbolista que más rendimiento le ha dado a Simeone en lo colectivo y lo individual, hasta convertirse en el máximo goleador de la historia del club. El francés seguirá dando todo hasta el último día que se ponga la camiseta rojiblanca, poniendo alma, corazón, trabajo y calidad. Cumpliendo con los diferentes roles que le asigna un entrenador que considera como un padre. La duda de Griezmann es adelantarse al momento en el que sienta que no puede satisfacer a todos. A Simeone y a los aficionados.

Es por lo que el francés tiene que tomar una decisión de futuro importante. Cumplir el contrato que tiene hasta 2026 o despedirse a final de temporada y marcharse en lo alto. Algo parecido a lo que hizo Toni Kroos dejando el Real Madrid a la misma edad que el francés (34 años).

Griezmann es indispensable para Simeone, fijo en el once de gala y fundamental por su calidad y experiencia. La motivación del francés es poder estar a la altura de lo que le pide el Cholo, responder en el campo con un rendimiento alto y continuo. Por eso decidió dejar la Selección francesa a finales de septiembre del año pasado. Una decisión que cogió por sorpresa al seleccionador Deschamps.

Griezmann eligió estar focalizado en el Atleti, poner todas sus energías en lo que demanda Simeone y sacrificó la posibilidad de disputar el Mundial de 2026 que se celebra en Canadá, México y Estados Unidos. No se puede descartar que por esas fechas, el francés ya sea pasado en el Atleti y esté por Estados Unidos compitiendo con otra camiseta.

Ofertas de Estados Unidos

Le llegan ofertas de la Liga estadounidense (MLS), es un apasionado de la vida y los deportes del país americano y tiene claro que después del Atlético de Madrid no hay otro equipo en Europa donde merezca la pena acabar su carrera.

Lo que le quede a Griezmann en el Atleti depende de una reunión que tiene que mantener con Simeone y el club en los próximos meses. El francés tiene que valorar cuál es su desgaste físico y mental y si ha llegado el momento de cerrar su historia en el Atleti o se siente con fuerzas para cumplir el año que le queda de contrato. Lo primero tiene más fuerza que lo segundo, aunque no se puede descartar nada si Simeone ejerce todo su poder de seducción y le pide un último esfuerzo.

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Griezmann los ha hecho de todo tipo desde que se arrepintió de su fichaje por el Barcelona. Puso mucho de su parte para que el Atleti pagara la mitad de los 40 millones de euros de su cláusula y se rebajó el sueldo en más de la mitad de los 20 que cobraba en el Barça. Está agradecido a Simeone por su empeño para que se produjera la vuelta y la petición de indulto a los aficionados que no le querían.

Esta temporada todavía se ve una buena versión del francés, con actuaciones brillantes y determinantes. En Valladolid marcó el que puede ser uno de los mejores goles de la temporada. En la remontada contra el Sevilla en el Metropolitano logró el tanto del triunfo... Tiene un fútbol diferencial. No lo pudo conseguir en el penalti que falló en Leganés y que acabó con la racha de 15 victorias consecutivas. En el último partido de Liga contra el Villarreal jugó la última media hora y estuvo desdibujado. No es fácil ser Griezmann en el Atleti y tener que cumplir en todo momento con las expectativas de jugador infalible.