El primer 'hat-trick' de Mbappé lo amamantó Bellingham: crece la fiabilidad del Madrid
Mbappé parió sus primeros tres goles cinco meses después de debutar como jugador del Real Madrid y le ayudó un colosal Bellingham con una asistencia y un penalti provocado
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El primer hat-trick de Mbappé en el Real Madrid ha sido un embarazo de cinco meses. Un parto que ha visto la luz en el estadio José Zorrilla, un sábado de invierno en Valladolid, y se lo ha perdido Ronaldo. Un presidente desaparecido de Pucela y de primera colección de los galácticos de Florentino. Los tres goles en un mismo partido llegan amamantados por Bellingham (asistencia en el primero y penalti provocado en el tercero) tras un largo proceso de adaptación que tuvo serias complicaciones. Los fallos de los penaltis en Anfield y San Mamés, principalmente, y la goleada en el Clásico del Bernabéu pusieron en entredicho a un campeón del mundo que reconoció pasar por un bloqueo mental.
Cuando debutó, en los calores del 14 de agosto y marcó a la Atalanta en la Supercopa de Europa, no se podía imaginar que al francés se le iba a resistir tanto tiempo. La espera se ha hecho larga. Mbappé ya no gatea ni anda. Corre y arrolla. Está endiablado y guarda el balón a buen recaudo. Con las firmas pertinentes de los colegas, como así llama a los compañeros. "Por muchos más, Kiki. Eres muy grande", escribe Fran García. "Pressing Monster", le dedica Modric. "Grande, directo a París" (Rodrygo), "Ooh la la, hermano" (Brahim Díaz) o "Crack" (Fede Valverde) son algunas de las dedicatorias de la plantilla al liberado Mbappé.
Son ocho goles en los últimos cinco partidos, destaca el club para darle todo el foco. Se esperaba tanto este momento, que hasta Ancelotti recupera la calma. Cinco goles de Mbappé en los dos encuentros de sanción de Vinícius en la Liga es un buen dato para entender que el Real Madrid ya está acoplado a una buena versión del francés. En el doblete que hizo en el Bernabéu contra Las Palmas se lo abortaron (pudieron ser tres si no es por el celo intervencionista del VAR). Marcar tres al colista valen para meterle en la pelea por ser el máximo goleador de la Liga.
Lo importante no son los trillizos vallisoletanos. Son las sensaciones y que este nivel sea capaz de sostenerlo para cuando lleguen los partidos de eliminatorias en la Champions, Copa y los gordos en la Liga. La nave espacial del Real Madrid está acoplada para ganar partidos por la vía rápida de Mbappé. Se empiezan a cumplir los vaticinios de los entrenadores de la Liga cuando se hizo oficial el fichaje el francés para reforzar a un equipo que había ganado la Liga y la Champions.
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El pronóstico apuntaba a un Real Madrid imparable con el refuerzo de un delantero que llegaba tras marcar 44 goles en el París Saint-Germain. El único interrogante por resolver estaba en quién ocuparía la banda izquierda y el funcionamiento colectivo. Mbappé ha puesto mucho de su parte para adaptarse a una plantilla campeona, no invadir espacios ni roles. Perfil bajo hasta para lanzar los penaltis. Algo que no ocurría en su etapa en el PSG, donde discutió con Neymar.
Sale a relucir la calidad
Las consecuencias del primer hat-trick del francés hacen subir la fiabilidad del Real Madrid en la Liga. Con el nivel de Mbappé y el de Bellingham se pueden ganar de manera cómoda y sobrada muchos partidos como los de Valladolid. Eso no significa que el Real Madrid sea un equipo perfecto. Ancelotti destaca que el equipo ha cogido el ritmo, pero a la vez insiste en que la clave para tener éxito está en la solidez. Ser un bloque en el que tan importante es atacar bien como ser fuertes en la defensa.
Entre el líder y el colista de la Liga hay una distancia sideral en calidad individual y de eso se encargaron de dar cuenta dos estrellas que dan vuelo al Real Madrid. Ya está aquí el mejor Mbappé. Coincide con el mejor momento de Bellingham. Son los dos motores de un equipo nuevo.
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El Real Madrid arrancó agosto como un avión embrujado con los empates en Mallorca y Las Palmas, demasiadas turbulencias por el desorden de sus atacantes para combinar, asociarse y finalizar las jugadas. Bellingham iba de la derecha a la izquierda, corría desorientado y desde que ha recuperado el puesto de mediapunta, en el que brilló en su primera temporada, da de comer a los delanteros. Rodrygo contra el Salzburgo y Mbappé en Valladolid se benefician de la generosidad, fortaleza e inspiración del grandote jugador inglés.
Bellingham le da verticalidad, claridad y contundencia al juego de velocidad. También la precisión que necesita el Real Madrid en espacios reducidos y a campo abierto. Con su mejor versión y la de Mbappé, por fin se ve química y buenas combinaciones de un equipo que tiene que ser infalible en ataque. La defensa es la gran prueba del algodón y se verá más adelante.
El primer hat-trick de Mbappé en el Real Madrid ha sido un embarazo de cinco meses. Un parto que ha visto la luz en el estadio José Zorrilla, un sábado de invierno en Valladolid, y se lo ha perdido Ronaldo. Un presidente desaparecido de Pucela y de primera colección de los galácticos de Florentino. Los tres goles en un mismo partido llegan amamantados por Bellingham (asistencia en el primero y penalti provocado en el tercero) tras un largo proceso de adaptación que tuvo serias complicaciones. Los fallos de los penaltis en Anfield y San Mamés, principalmente, y la goleada en el Clásico del Bernabéu pusieron en entredicho a un campeón del mundo que reconoció pasar por un bloqueo mental.