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El Real Madrid cumplió el deseo de Florentino Pérez y ayudó al Barça todo lo que pudo
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Una derrota vergonzosa

El Real Madrid cumplió el deseo de Florentino Pérez y ayudó al Barça todo lo que pudo

El equipo de Carlo Ancelotti hizo sobre el césped de Arabia Saudí lo mismo que su presidente con el Caso Dani Olmo, ponerse de perfil. El Barça humilló al Real Madrid y Laporta volvió a sonreír

Foto: Ancelotti y Mbappé reciben la medalla tras el 2-5. (EFE/Alberto Estévez)
Ancelotti y Mbappé reciben la medalla tras el 2-5. (EFE/Alberto Estévez)

Lo había avisado Florentino Pérez en la última Asamblea de Socios Compromisarios del Real Madrid. "El Barça y el Real Madrid se tienen que ayudar, lo digo con total sinceridad. Tenemos que pensar que es un club que está entre los más grandes del mundo. ¿Por qué nos íbamos a enfadar?". Pues dicho y hecho. El Real Madrid de Carlo Ancelotti, con un plan de partido esperpéntico, una actuación ridícula y una reacción que brilló por su ausencia, se pegó cinco tiros en el pie para entregar en bandeja de plata el primer título de la temporada al Barça en plena crisis azulgrana (2-5).

El conjunto de Hansi Flick, que ya se paseó en el Santiago Bernabéu en la primera vuelta, protagonizó una remontada histórica contra el equipo blanco en Arabia Saudí. No hubo revancha blanca, sino otra noche épica para el recuerdo culé, igual que aquella que cosechó Xavi Hernández en la Supercopa de Arabia, también con Ancelotti en el banquillo blanco. Ya es habitual que las grandes victorias del Barça en los últimos años sean contra el Real Madrid.

El equipo blanco se comportó en el campo igual que su directiva en los despachos con la cautelar concedida por el Consejo Superior de Deportes (CSD) al Barça por Dani Olmo y Pau Víctor. Se puso de perfil y dio las mayores facilidades posibles a su fiel aliado para enfado de su afición. Es lo que quería Florentino Pérez en su cruzada contra el presidente de LaLiga, Javier Tebas, y en su búsqueda por la Superliga, con Joan Laporta como socio. Todo terminó con un abrazo entre ambos.

placeholder Florentino Pérez y Joan Laporta, juntos en Arabia Saudí. (EFE/RFEF)
Florentino Pérez y Joan Laporta, juntos en Arabia Saudí. (EFE/RFEF)

Un desplome inexplicable

Poco importó que el Barça perdonara las dos primeras ocasiones del encuentro y Kylian Mbappé, con una carrera hipersónica, adelantara al Real Madrid en el minuto cinco. El Barça borró de la faz de la Tierra a un Real Madrid ridículo, diminuto, superado en lo táctico, lo técnico, lo físico y lo espiritual, con menor actitud incluso que aptitud. Si no encajó ocho goles fue por Thibaut Courtois y en ataque solo se salvó Kylian Mbappé. Los cañonazos desde la defensa no dieron con Vinícius.

El técnico italiano partió en dos el sistema defensivo de un Real Madrid desorganizado, con dos autopistas entre su lateral y su central y un centro del campo a remolque del rival. Lucas Vázquez, fuente de disgustos durante toda la temporada, apareció en la mayoría de las fotos de los goles de un eufórico Barça. Igual que Aurélien Tchouaméni, central de urgencia de Ancelotti por delante de un Raúl Asencio cuya titularidad perdió porque, en palabras de Ancelotti, daba más seguridad por arriba.

placeholder Lucas Vázquez terminó sustituido y señalado. (EFE/EPA STR)
Lucas Vázquez terminó sustituido y señalado. (EFE/EPA STR)

El Real Madrid se adelantó en el marcador y se tiró atrás en el campo. Con la mayoría de futbolistas blancos en su terreno, Ancelotti liberó a Vinícius Júnior y Kylian Mbappé de sus funciones defensivas, lo que dejó la sala de máquinas del Real Madrid en clara inferioridad numérica. La consecuencia es que Pedri, Gavi y Lewandowski recibían solos a la espalda de Camavinga y Valverde, totalmente explotados y superados pese a vaciarse con ayudas defensivas. El nulo trabajo del italiano durante la temporada quedó expuesto ante su máximo rival.

Más ridículo contra 10 que contra 11

El penalti absurdo de Camavinga a Gavi, tan claro como infantil, permitió al Barça remontar y adelantarse en el minuto 36. El equipo azulgrana ya estaba siendo mejor que el Real Madrid, con y sin la pelota, voraces en la presión, pero lo que sucedería hasta el descanso dejaría de piedra a todos. Y es que el Barça pasaría por encima de un Real Madrid con una defensa de cartón piedra, un centro del campo incapaz de imponerse y un sistema defensivo colectivo frágil y perdido, lo que agravó los puntos débiles de Lucas Vázquez y Tchouaméni.

En apenas 20 minutos, el Barça se iría 1-4 arriba al descanso. El gol de Alejandro Balde, tras un córner a favor de los blancos, resumió el desastre global de un equipo sin capacidad de entender lo que había sucedido en el 0-4 del Santiago Bernabéu. No obstante, todavía sería peor lo que pasó tras el paso por vestuarios, cuando tras el gol de Raphinha, Wojciech Szczęsny vio la tarjeta roja por una falta sobre Mbappé.

placeholder Bellingham y Mbappé se lamentan durante el encuentro. (Reuters/Pedro Nunes)
Bellingham y Mbappé se lamentan durante el encuentro. (Reuters/Pedro Nunes)

El conjunto blanco disputaría 30 minutos con un futbolista más que el Barça, pero tiraría por la borda la superioridad numérica. Sin amplitud ni peligro, con un Barça con la habilidad de concatenar jugadas largas y permanecer tranquilo. Esa acción del guardameta polaco, eso sí, evitaría una todavía más vergonzosa goleada azulgrana.

Laporta levantó la Supercopa

El equipo de Ancelotti no sabría qué hacer con la pelota y, aunque Rodrygo recortó distancias en el minuto 60, el Real Madrid no se acercaría más en el electrónico de Yeda. Al finalizar el encuentro, el técnico transalpino fue claro: "Ha sido una mala noche. Estamos tristes. Es una decepción. No hay que ocultarlo. Hemos encajado los goles de manera sencilla, no hemos hecho bien la presión alta ni el bloque bajo. Hemos abusado de los balones largos, no hemos jugado en la primera parte. Podemos perder, pero no como hemos jugado la primera parte".

Al contrario de Jules Koundé, quien reveló el sentir del Barça en Movistar+, el Barça sí aprendió la lección. "Aplicamos el plan de partido del Bernabéu, Sabíamos que teníamos que presionar, nos marcan un gol después de que nosotros tuviéramos las nuestras", empezó el lateral francés. "Pero tuvimos calma y paciencia. Con el plan de partido sabíamos que íbamos a ganar. Estoy muy feliz porque hemos aprendido, no hace mucho tiempo teníamos ventajas y nos ha costado, hoy justo después de la expulsión nos hemos reunido y sabíamos que no se nos podía escapar", remató el francés.

Lo había avisado Florentino Pérez en la última Asamblea de Socios Compromisarios del Real Madrid. "El Barça y el Real Madrid se tienen que ayudar, lo digo con total sinceridad. Tenemos que pensar que es un club que está entre los más grandes del mundo. ¿Por qué nos íbamos a enfadar?". Pues dicho y hecho. El Real Madrid de Carlo Ancelotti, con un plan de partido esperpéntico, una actuación ridícula y una reacción que brilló por su ausencia, se pegó cinco tiros en el pie para entregar en bandeja de plata el primer título de la temporada al Barça en plena crisis azulgrana (2-5).

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