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Los tres repasos de Hansi Flick a Ancelotti o por qué el Real Madrid no tiene entrenador
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el italiano, el gran derrotado

Los tres repasos de Hansi Flick a Ancelotti o por qué el Real Madrid no tiene entrenador

Hansi Flick desnuda a Ancelotti por construir un equipo en el que todos defienden y atacan, ejecutar un estilo ambicioso e intenso y tener un once que no está cerrado por las jerarquías

Foto: Ancelotti y Hansi Flick, antes de empezar el Clásico disputado en el Bernabéu. (AFP7)
Ancelotti y Hansi Flick, antes de empezar el Clásico disputado en el Bernabéu. (AFP7)

Hansi Flick le ha sacado los colores a Ancelotti dos veces en poco más de dos meses con goleadas que hacen daño por la superioridad del Barcelona en el césped. En la final de Arabia Saudí fue aplastante. Un equipo trabajado contra otro sin construir. En el césped se ha visto a un entrenador que tiene un plan y convence a los jugadores para ejecutarlo contra otro que no da con la tecla para ordenar el equipo y hacerlo compacto. Flick ha humillado dos veces a Ancelotti por la propuesta de un fútbol valiente, sacar el mejor rendimiento de sus jugadores y tomar decisiones más acertadas.

La primera gran diferencia entre Flick y Ancelotti es que el once del Barcelona está abierto, mientras que en el Real Madrid se juega por las jerarquías. Ancelotti ya ni se esconde. Hace pública la alineación dos horas antes del partido. Es una demostración de que tiene muy claro quiénes son los titulares y los suplentes.

Flick espera hasta el último momento, apura el tiempo en el día del partido para escrutar a sus jugadores y si alguno llega tarde a la charla, aplica medidas disciplinarias. Aquí se ve a un entrenador exigente frente a otro complaciente. Iñaki Peña ha sido suplente en los dos partidos de la Supercopa de España por sus retrasos en el día del partido y a Flick no le ha temblado el pulso para poner a Szczesny. No hay titulares y suplentes en el Barcelona si al entrenador no se le demuestra que estás metido en el partido desde antes de salir del hotel.

El primer repaso es cómo hace Flick la alineación y el inmovilismo de Ancelotti. Eso se traslada al campo, como se pudo ver en Yeda. Los jugadores del Barcelona salen enchufados, van como aviones y los del Madrid caen en el peor de los pecados, el que más duele a su presidente: la autocomplacencia.

El segundo de los repasos se ve en el césped. El Barcelona tiene la iniciativa de ir a por los partidos, le mete intensidad a las acciones, todos corren para defender y atacar. Hay, en definitiva, un equipo que arriesga, presiona y tiene atrevimiento. La propuesta de Ancelotti es conservadora. En los dos Clásicos de la temporada ha sido un equipo que ha elegido esperar en su campo para contragolpear, desordenado y con una mala actitud colectiva de futbolistas que se ahorran carreras y no se sacrifican.

La racanería del Real Madrid

En la final de la Supercopa de España quedó comprobado que en el Barcelona defienden y atacan todos como lobos, con hambre y haciendo un fútbol divertido. El Real Madrid no es fiable porque, según su entrenador, no ejecutó una buena defensa. Ni en campo contrario ni en bloque bajo. Ancelotti lo fía todo a dejar la portería a cero y cazar contrataques con la velocidad de Vinícius, Rodrygo y Mbappé.

Al entrenador le falta ser exigente con los de arriba para que se impliquen en el trabajo defensivo y le falló Bellingham, el más sacrificado, porque está fundido. El resultado es un equipo partido en el que ni Camavinga ni Fede Valverde pudieron abarcar tantos metros del campo para cerrar los espacios y la defensa quedó en evidencia por los desajustes. Un coladero. Lo grave es que Ancelotti reconozca que en fase ofensiva se abusó de los balones largos. El Real Madrid es frágil atrás y no juega a nada en los grandes partidos.

Foto: Vinícius hace un gesto en el partido contra el Valencia en Mestalla. (Reuters/Pablo Morano)

El último repaso de Flick a Ancelotti se lo da en los cambios. Otra de las asignaturas pendientes del italiano y de las que más irrita a los madridistas. El técnico alemán es capaz de sacar a Gavi de titular con menos ritmo competitivo tras una larga lesión y armar un centro del campo con Casadó y Pedri. No le importa quitar a Lamine Yamal y Rapinha, sus jugadores más determinantes. Se lesiona Iñigo Martínez y se marca un partidazo Araujo, que está con la cabeza en otra parte. Todos enchufados.

En el Real Madrid salieron en la segunda parte Ceballos y Modric y nada cambió a mejor. El centro del campo carece de creatividad y lo más grave fue ver la falta de carácter de un equipo que no aprovechó los 38 minutos que jugó en superioridad numérica por la expulsión de Szczesny. Los cambios de Ancelotti no funcionaron y de lo único que se salvó es de que el Barcelona no hiciera un destrozo mayor que habría agravado el ridículo.

Hansi Flick le ha sacado los colores a Ancelotti dos veces en poco más de dos meses con goleadas que hacen daño por la superioridad del Barcelona en el césped. En la final de Arabia Saudí fue aplastante. Un equipo trabajado contra otro sin construir. En el césped se ha visto a un entrenador que tiene un plan y convence a los jugadores para ejecutarlo contra otro que no da con la tecla para ordenar el equipo y hacerlo compacto. Flick ha humillado dos veces a Ancelotti por la propuesta de un fútbol valiente, sacar el mejor rendimiento de sus jugadores y tomar decisiones más acertadas.

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