El lunar del Real Madrid con la mala autogestión de los penaltis y el deber que elude Mbappé
El Real Madrid está fallando más de lo que se podía imaginar desde el punto de penalti por la rotación de los jugadores y la inseguridad de Mbappé. Ancelotti interviene en la confusión
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La autogestión que hacen Vinícius, Mbappé y Bellingham con los penaltis tiene que ver con la ausencia de definición de los roles en el Real Madrid. Es un equipo con tricefalia y ha sido desaprobada por Ancelotti. Un día se los pide el brasileño porque es el que más tiempo lleva en el equipo. A su favor, es el único que ha acertado en los tres que ha tirado. En el segundo turno va el francés y se le atragantan. Está indeciso. El inglés, el tercero, reclama su protagonismo y en Mestalla le salió el tiro por la culata.
El desgobierno que se ve en el Real Madrid con los chutadores de penaltis no convence a Ancelotti y genera inquietud en el club. En el momento que salpica al entrenador y se convierte en tema de debate mediático, da que pensar que algo no se está haciendo bien.
Mbappé se esconde en los penaltis. De no ser así, es difícil entender por qué Bellingham fue el encargado de ejecutar el lanzamiento en Mestalla en una decisión que obliga a intervenir a Ancelotti. Si el balón del inglés, en lugar de pegar en el poste, hubiera sido gol, tendría poca repercusión y se hablaría de lo positivo de tener diferentes lanzadores. Pero no taparía que Mbappé, el delantero y fichaje de estrella de esta temporada, elude una responsabilidad.
Ancelotti ha pasado de referirse al altruismo del francés a reconocer que tiene que hablar con los jugadores antes de los partidos para tener claro quién es el primer lanzador o quién es el máximo responsable. Ha surgido un debate inesperado en el Real Madrid por los fallos, pero sobre todo por la imagen de inseguridad que transmite Mbappé.
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Con la incorporación de Mbappé se daba por hecho de que llegaba un futbolista desequilibrante e infalible desde el punto de penalti. Lanzar un penalti está fuera del proceso de adaptación que tenía que cumplir. Pero una vez que erró dos seguidos (Liverpool y Athletic), que cedió el del Getafe en el Bernabéu a Bellingham y que él mismo reconoció que en Bilbao tocó fondo, se esperaba que tras las vacaciones navideñas estuviera más despejado y fresco de mente para asumir esta responsabilidad.
Pendiente de resolver
Ancelotti, demasiado optimista, dio por cerrada la adaptación de Mbappé tras la consecución de la Copa Intercontinental y se marchó a las vacaciones navideñas convencido de que el delantero estaba liberado. Algo queda de bloqueo en el galo. El técnico italiano es el primer sorprendido porque un jugador de la categoría de Mbappé no aproveche la ocasión de pedir el balón en el primer partido del año. Los penaltis son una asignatura pendiente a resolver y mejorar en el Real Madrid.
El penalti de Mestalla era una oportunidad para que Mbappé demostrara que se ha quitado los fantasmas de los fallos en Anfield y San Mamés y la mejor manera de empezar el año mostrando su jerarquía. Habrá que esperar a otra ocasión para comprobar qué le pasa a Mbappé con los penaltis. En el primero del año había demasiada presión y el lanzamiento de Bellingham hizo agua.
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Ancelotti quiere darle una vuelta a esto de repartirse los penaltis y, aunque hable de que no es tan importante trabajarlos más en los entrenamientos porque es una acción en la que influye el factor ambiental del partido en cuestión, produce decepción que Mbappé no coja el balón o haga el amago de querer tirarlo cuando el Real Madrid va por debajo del marcador en Valencia.
La novedad en la Supercopa de España, que se disputa en Arabia Saudí por sexta vez en el formato de cuatro equipos, es la eliminación de la prórroga. Los partidos irán directamente a los penaltis si finalizan con empate. Una medida tomada por la Federación a la vista del daño que hace el exigente calendario y la carga de partidos que sufren los jugadores. Ha sido bien acogida por los equipos. Beneficiará a los que más afinados estén desde el punto de penalti y en esta faceta el Real Madrid en lugar de haber encontrado un filón, lo que tiene es un lunar.
Entre los especialistas están también Modric y Rodrygo, con los que se cuenta para los lanzamientos. El croata tiene más seguridad que el brasileño. Pero entre el atrevimiento de Vinícius, las dudas de Mbappé y el liderazgo que quiere asumir Bellingham, el equipo pierde efectividad. En la Supercopa de España hay un nuevo examen que pasar si los partidos se deciden en la tanda de penaltis.
La autogestión que hacen Vinícius, Mbappé y Bellingham con los penaltis tiene que ver con la ausencia de definición de los roles en el Real Madrid. Es un equipo con tricefalia y ha sido desaprobada por Ancelotti. Un día se los pide el brasileño porque es el que más tiempo lleva en el equipo. A su favor, es el único que ha acertado en los tres que ha tirado. En el segundo turno va el francés y se le atragantan. Está indeciso. El inglés, el tercero, reclama su protagonismo y en Mestalla le salió el tiro por la culata.