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Valverde, el entrenador que se empeña día a día "en permanecer en la memoria de la gente"
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ANTES PASÓ POR EL BARÇA

Valverde, el entrenador que se empeña día a día "en permanecer en la memoria de la gente"

El regreso de Ernesto al Athletic de Bilbao ha sido beneficioso para ambas partes. 40 años después de sacar por última vez la Gabarra, repitieron al ganar la Copa del Rey en Sevilla

Foto: El entrenador del Athletic de Bilbao, Ernesto Valverde. (EFE/Miguel Toña)
El entrenador del Athletic de Bilbao, Ernesto Valverde. (EFE/Miguel Toña)

No hay pueblo cacereño más conocido en toda Vizcaya que Viandar de la Vera. Le podría hacer algo de sombra Trujillo, donde un canterano de la localidad esculpió en 1972 el escudo del Athletic de Bilbao en uno de los 52 capiteles de la Torre Julia, el campanario de la iglesia románica de Santa María la Mayor. En esa zona famosa por el pimentón de la Vera, nació hace 60 años Ernesto Valverde Tejedor, un entrenador que sin estridencias ni declaraciones altisonantes ha conseguido conquistar el corazón de toda la familia athleticzale. Pese a ser un personaje público, poco se sabe de su vida fuera del fútbol. Apenas ha permitido que se invada su intimidad en las pocas entrevistas que ha concedido. Su aparente timidez choca con su carácter socarrón a la hora de esquivar cualquier pregunta comprometida de la prensa. Su respuesta suele ser siempre la misma: sonrisa algo forzada acompañada de una frase corta a la par que ocurrente. Nada de levantar la voz.

Es de esos entrenadores cuya mejor virtud es gestionar un vestuario donde todos los trapos sucios no cuelgan de tendederos fuera de Lezama. Su última demostración ha sido a raíz de la vuelta de Unai Simón tras una larga lesión, que venía de lograr el trofeo Zamora al portero menos goleado y de proclamarse campeón de Europa con la Selección. Aplicó la meritocracia sin pestañear para cerrar cualquier debate. Julen Agirrezabala le había dado la suficiente confianza en estos últimos meses como para no sentarle en el banquillo a las primeras de cambio. Nadie cuestionó su titularidad. El técnico que consiguió traer de vuelta la Copa del Rey a San Mamés después de 40 años había conseguido solventar una decisión difícil de tomar que si le hubiera ocurrido durante su etapa en el Barça hubiera corrido ríos de tinta.

Valverde se trasladó junto a su familia a Vitoria antes de cumplir un año. Fue durante la época donde tenía plena vigencia el Decreto de Ordenación Económica, conocido como Plan de Estabilización, por el que se devaluó la peseta, se concedió carta blanca a la inversión extranjera, al tiempo que se estimuló la libertad de movimiento poblacional dentro de España. El resultado fue que entre 1961 a 1965 salieron de Extremadura en busca de una nueva vida 88 de cada 1.000 habitantes. Así, de los 520.000 extremeños que migraron entre 1960 y 1980, el 38% (200.000) lo hicieron a Madrid, 120.000 a Cataluña y 80.000 al País Vasco.

Txingurri (hormiga, en euskera) comenzó a dar patadas a un balón en el equipo del San Ignacio, que estaba ubicado en Adurtza, un barrio obrero que se empezó a construir en la década de los sesenta. Muy cerca estaban las campas de Olarizu donde solía jugar también con su amigos. En una de las pocas entrevistas de carácter personal que ha hecho, Valverde relataba a un periodista de Relevo su afición por tocar la guitarra con un grupo de amigos versioneando canciones de los Rolling Stones o por el ajedrez, un deporte que practica en su móvil cuando se mete en la web Chess.com. Resulta curioso saber que, como él mismo afirma, tenía una especie de imán para la Policía. Un día le confundieron junto a otros tres amigos del barrio con los miembros de un comando de ETA cuando paseaban por el monte. En otra ocasión acabó en comisaría cuando le sorprendieron en Sestao sacando fotos a una fábrica y, ya en Barcelona, una patrulla de la Policía Urbana le retuvo un buen rato al confundir su coche con otro muy similar que había sido robado.

placeholder Valverde siempre se ha encontrado en el Athletic. (EFE/Javier Lizón)
Valverde siempre se ha encontrado en el Athletic. (EFE/Javier Lizón)

El paso por Barcelona

El actual entrenador del Athletic llegó al Alavés en edad juvenil para fichar con 21 años por el Sestao, que por entonces militaba en Segunda División y tenía como entrenador a Jabo Irureta. "Era muy humilde y metía goles", decía el técnico irundarra de su exjugador. Un tipo inquieto como él quiso estudiar Biología. Aquello duró un año. Más ímpetu debió de poner con la Electrónica porque acabó los estudios, como lo hizo años más tarde en Barcelona con los de Fotografía en el Instituto de Estudios Fotográficos de Catalunya (IEFC). A lo mejor se podría haber ganado la vida como fotógrafo aunque a su nómina le hubiera faltado algún que otro cero a final de mes. Empezó con su hobby siendo un adolescente con una Olympus Pen pequeña que tenían en su casa y, con su primer sueldo de futbolista, le encargó una Nikon a un amigo que iba a hacer la mili a Canarias aunque finalmente, como tardó un año en regresar, cayó en sus manos la Canon AE 1 Program.

En su época de jugador del Athletic, y después también en el Mallorca, retrató a sus compañeros en su aspecto menos conocido durante las concentraciones. Sus referentes siempre han sido el japonés Daido Moriyama o el sueco Anders Petersen. Además, hace años apadrina el Centro de Fotografía Contemporánea de Bilbao e incluso ha hecho alguna exposición en la ciudad donde vive actualmente titulada Beste aldea (El otro lado). Se trataba de un conjunto de 24 fotografías en blanco y negro hechas a las aficiones de clubes donde ha entrenado como el Barcelona u Olympiakos desde una perspectiva diferente. Incluso, tiene dos libros publicados sobre el tema: Medio Tiempo (La Fábrica), en 2013 y Frontera (Fracaso Books), en 2021.

De su faceta como futbolista es de sobra conocida su vinculación con el club de sus amores. Antes de enfundarse la camiseta rojiblanca tuvo que pasar por otros equipos de Primera División como el Espanyol, además del famoso Barça de Johan Cruyff con el que ganó una Recopa y una Copa del Rey. El Athletic le había descartado antes de emprender su aventura profesional lejos de casa. Se retiró en el Mallorca con 33 años después de haber disputado 205 partidos en la máxima categoría, con un saldo de 76 goles. Ya en esa época era un devorador de libros que leía con sus gafas redondas puestas. Era un apasionado del género negro o de historias que tienen que ver con la crueldad humana como 1280 almas de Jim Thompson o La educación de un ladrón de Edward Bunker, un escritor estadounidense que narra su juventud marcada por varios condenas por robos, narcotráfico y extorsión.

placeholder Valverde es un gran amante de la fotografía. (Europa Press)
Valverde es un gran amante de la fotografía. (Europa Press)

La pasión por la fotografía

Es de sobra conocida también la relación de amistad que desde hace años mantienen los hermanos Valverde con el escritor Bernardo Atxaga, pseudónimo literario de Joseba Irazu. De hecho, el mayor de los dos, Mikel fue el ilustrador de su libro Bámbulo. El autor de Obabakoak ha pasado temporadas en Viandar de la Vera –alguna tan larga como para escribir una novela–, y no pierde ocasión para ensalzar la obra fotográfica de su amigo. "Sus fotografías son al mismo tiempo delicadas y duras, como si estuvieran hechas por dos manos: una mano japonesa que vela por los paisajes, particularmente por los interiores, y una mano alemana que se encarga de los retratos. A veces ambas actúan juntas, como ocurre sobre todo en las que toman como sujeto a personas de poca edad".

En ese perfil un tanto atípico dentro del fútbol, Txingurri se confiesa admirador de Anselm Kiefer, un pintor y escultor adscrito al neoexpresionismo. De ello dejó constancia en un vídeo elaborado el Día Internacional de los Museos tras visitar el Guggenheim donde el alemán tiene expuestas varias obras como Las célebres órdenes de la noche (1979). "A priori, es un artista que tiene cosas difíciles de ver que, sin embargo, para mí me resultan maravillosas", aseveró.

Como entrenador llegó a Lezama para formar a los chavales, aunque luego cambió el chándal por el traje y la corbata para echar una mano a Andoni Zubizarreta en la dirección deportiva del club. De los despachos regresó a los banquillos en la temporada 2003-04. Se estrenó con el Athletic para seguir, por orden cronológico, en el Espanyol, Olimpiakos (en dos ocasiones con tres dobletes ), Villarreal, Valencia y Barcelona (2 ligas y una Copa). El camino de ida y vuelta finalizó hace dos años con la llegada de Jon Uriarte a la presidencia. Atrás quedaba el sinsabor que le dejó la Junta Directiva presidida por Fernando Lamikiz que le ofreció en su primera etapa en el club una oferta a la baja, motivo por el cual el técnico optó por tomarse un año sabático. Regresó al club de sus amores ocho años más tarde. Una llamada del Barça de Messi huérfano de triunfos tras la marcha de Pep Guardiola provocó su segunda salida del Athletic. Esta vez voluntaria. Se fue sin reproches y dejando las puertas abiertas a una posible vuelta.

placeholder Valverde sonríe en la banda de San Mamés. (Europa Press)
Valverde sonríe en la banda de San Mamés. (Europa Press)

El nombre de Ernesto Valverde estará ya siempre ligado a la gabarra que llevaba 40 años amarrada sin surcar la ría. "Nosotros aspiramos a permanecer en la memoria de la gente. Queremos que nos recuerden como aquel equipo que les levantaba del asiento y que jugaba como si no hubiese un mañana y que, además, sabía que sin riesgo no hay gloria", dijo hace pocos días cuando el Ayuntamiento le reconoció como Ilustre de Bilbao. Para entender mejor su figura, lo mejor es atender a su currículo. A lo largo de sus tres etapas en el club, se ha convertido en el entrenador con más partidos dirigidos (422) con un balance global de 200 victorias, 125 derrotas y 97 empates. Supera con creces a otras leyendas como Javier Clemente (289) o Juan Urkizu (241), pero no así en títulos: una Supercopa (2015) y una Copa (2024).

Los datos más curiosos sobre las estadísticas del Txingurri se publican en una cuenta de X llamada @adurizpedia. Por ejemplo, se reseña que es la tercera vez desde 1960 que el Athletic gana seis partidos oficiales seguidos, algo que no ocurría desde la temporada 1983-84 donde el club vizcaíno obtuvo el doblete de Liga y Copa. Otro dato. Con Valverde en el banquillo, el Athletic remontó por primera vez en su historia un partido con dos goles de un suplente (1-2 frente al Rayo Vallecano con goles de Oihan Sancet). La temporada pasada solo sufrió una derrota en San Mames, el mejor registro desde 1990. Y así, muchos más datos. Pero uno que refleja sin duda su buena trayectoria, es el de que ha entrado en el selecto club de entrenadores con 300 partidos en la Liga española del que forman parte Diego Pablo Simeone, Miguel Muñoz, John Benjamin Toshack, Luis Aragonés y Johan Cruyff.

No hay pueblo cacereño más conocido en toda Vizcaya que Viandar de la Vera. Le podría hacer algo de sombra Trujillo, donde un canterano de la localidad esculpió en 1972 el escudo del Athletic de Bilbao en uno de los 52 capiteles de la Torre Julia, el campanario de la iglesia románica de Santa María la Mayor. En esa zona famosa por el pimentón de la Vera, nació hace 60 años Ernesto Valverde Tejedor, un entrenador que sin estridencias ni declaraciones altisonantes ha conseguido conquistar el corazón de toda la familia athleticzale. Pese a ser un personaje público, poco se sabe de su vida fuera del fútbol. Apenas ha permitido que se invada su intimidad en las pocas entrevistas que ha concedido. Su aparente timidez choca con su carácter socarrón a la hora de esquivar cualquier pregunta comprometida de la prensa. Su respuesta suele ser siempre la misma: sonrisa algo forzada acompañada de una frase corta a la par que ocurrente. Nada de levantar la voz.

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