Borja Fernández: "Nos habíamos ilusionado con Ronaldo para dejar de ser un equipo ascensor"

Ronaldo deja tierra quemada en Valladolid. A falta de firmar la venta del club pucelano, en la ciudad hay un clima de rabia, alivio e incertidumbre con el anuncio del brasileño. Les ha abandonado. Vende el Real Valladolid, quiere hacer negocio, para centrarse en conseguir el sillón presidencial de la Federación brasileña de fútbol. Para una gran mayoría de aficionados vallisoletanos se va Ronaldo el mentiroso o el tenista, como le atacan con pancartas en la grada del estadio José Zorrilla.

La masa social tiene una enorme decepción, se siente engañada y defraudada con la gestión y las promesas incumplidas. A Ronaldo le recibieron con los brazos abiertos, se le dio credibilidad, el convencimiento de que llegaba un hombre apasionado con el fútbol y un emprendedor. Compraron su mensaje y se siente estafados por un propietario que se baja del barco. Tanta paz lleve como descanso deja, se podría concluir con el desengaño de Ronaldo.

Entre tanta indignación, en la ciudad se preguntan quién va a ser el nuevo dueño del club, qué proyecto tendrá y cómo lo gestionará. Son muchos los rumores y el que más suena es el Grupo Orlegi. Un conglomerado empresarial mexicano está en una puja donde pueden entrar otros fondos de inversión o empresarios de la ciudad.

La realidad, el día a día, es el de una afición preocupada con un equipo que pasa por una situación delicada. De Ronaldo, lo que sucede en la ciudad y el pulso de la masa social, habla Borja Fernández en El Confidencial. Un referente del Real Valladolid, con 220 partidos disputados en las siete temporadas que jugó con la camiseta vallisoletana. En las malas, se bajó el sueldo para ayudar a equilibrar las cuentas de la entidad. "En Valladolid había mucha ilusión cuando vino Ronaldo por toda su dimensión, su imagen, las buenas intenciones que tenía y por creer que, por fin, el Valladolid daría ese paso que nos faltaba para crecer. Sin querer compararnos con lo que hizo el Villarreal, con un trabajo de tantos años bien gestionado, o como está Osasuna, después de unos años de continuidad en los que ha ido creciendo poco a poco. En Valladolid nos habíamos ilusionado con Ronaldo y con que llegara la consolidación para no ser un equipo ascensor".

Es el relato de una persona que conoce a perfectamente a Ronaldo, a pesar de la fama de embaucador del brasileño. Fueron compañeros en el Real Madrid de los galácticos hasta coincidir en el Real Valladolid. Mantuvieron una relación de amistad y profesional. Se rompió por la falta de palabra del brasileño. Borja pasa página, dolido por lo que sucede con el Valladolid y, aun así, evita ser duro con Ronaldo: "Yo no digo que no haya cumplido con su palabra. Puede que la realidad sea más complicada y las cosas no siempre salen bien. Incluso cuando tienes todo el propósito para que funcionen bien. El fútbol no es una ciencia exacta y ahora en Valladolid toca vivir la parte amarga, pero en otro momento nos tocará vivir la bonita. Habrá gente que pueda estar decepcionada con Ronaldo, pero las cosas no son tan fáciles".

Demasiada tensión

Las protestas, la tensión y las fuertes críticas a la gestión de Ronaldo se suceden. Generan un ambiente de inestabilidad creciente. "En Valladolid la afición es caliente, aunque estemos en una ciudad fría. Aquí se han batido récords de abonados en 2018, la gente se vuelca con el equipo y cuando no hay resultados aparece la decepción. Pero sí, la fractura social es importante", opina Borja.

La pregunta es si ha fallado Ronaldo y la respuesta de Borja es no echar más leña al fuego: "Pues no lo sé. Sin saber las cuentas, el estado del club, no sé si se podía haber hecho más. A mí se escapa bastante eso. Conozco bien a Ronaldo, teníamos una gran relación y ahora ya no existe. Hace tiempo que no la tenemos. A raíz de estar de entrenador del juvenil del Valladolid y no renovarme, perdimos la relación. Lo acepté y ya está. No se cumplieron las promesas, pero eso fue anterior, con el caso Oikos.

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Borja Fernández sigue su carrera de entrenador en la UD Ourense, en la tercera RFEF, donde cumple su segunda temporada. La pasada disputó los playoffs. Está centrado en este proyecto, pero no es ajeno a la indignación en Valladolid. Le afecta lo que sucede en el club que lleva en el corazón: "Claro que me duele la situación del Valladolid porque es el club que más quiero. Me gustaría que estuviera más consolidado y que el proyecto fuera ambicioso dentro de las limitaciones que tiene un club pequeño para la Primera división, pero histórico".

Borja vivió lo más emotivo que puede sentir un futbolista. La ovación de una afición que le despidió como un ídolo en mayo de 2019, el día que se retiró del fútbol con la camiseta del Valladolid y el brazalete de capitán. Ese recuerdo vale más que otras pesadillas en las que no encontró el apoyo del propietario.

Entiende la enorme decepción de los aficionados en una etapa claros y oscuros: "Desde que llegó Ronaldo se mejoraron las instalaciones bastante. Había más dinero. Se pudo saldar la deuda o gran parte de ella y eso también ayudó a tener más medios. Pero en la parte deportiva ha habido inestabilidad. No se han cumplido las perspectivas que prometió. El primer año, cuando subimos, se intentó mantener el equipo. Pero los aficionados no entienden como en los años sucesivos no se hizo lo que nos vendió". Para Borja, Ronaldo es desde hace tiempo pasado. No tiene palabra. La versión del brasileño es que no ha recibido apoyos de las instituciones ni de la masa social y los medios de comunicación.