La carga del gesto de Modric con Mbappé: el Real Madrid espera que el francés cante el gordo

El Real Madrid gana la pedrea antes del parón navideño. La Supercopa de Europa y la Copa Intercontinental se consideran premios menores para una plantilla que, a pesar de perder a Kroos, Nacho y Joselu, ha incorporado a Mbappé. Las pedreas se celebran. Sirven para ser algo más ricos y dan prestigio, con lo que sería una equivocación menospreciar, por ejemplo, la Copa Intercontinental ganada contra el Pachuca y decir, como se escucha en algunos foros, que fue como un torneo de verano celebrado en Doha.

Para ganar la Supercopa de Europa y la Copa Intercontinental hay que llegar a la final de la Champions y conquistarla. Esto conviene recordarlo para darles el mérito que les corresponden. Pero también es verdad que una vez que se ha ganado la pedrea, el principal objetivo del Real Madrid es que Mbappé cante el premio gordo en la Champions. El francés ha venido al Madrid convencido de que es el mejor sitio para ser campeón de Europa y el club (Florentino, Ancelotti y los compañeros) le pasan la responsabilidad.

Esto se explica desde el momento en el que Luka Modric levantó el trofeo de la Copa Intercontinental y al primero que buscó para entregarle el trofeo fue a Mbappé. Es un gesto de capitán, de compañerismo y con una fuerte carga simbólica. Mbappé tiene que darles el plus y para ello tiene que alcanzar su mejor versión en la Champions.

En esta plantilla hay muchos futbolistas que tienen varias Champions, algunos muy jóvenes y otros veteranos. Como Modric, que con la Intercontinental suma 28 títulos en su palmarés con el Real Madrid desde que llegó en 2012. El que más gana le pasó el testigo, en forma de Copa Intercontinental, a Mbappé. Lo que recibió es un mensaje. Al Real Madrid se viene a ganar, la temporada va bien en cuanto a títulos, pero queda lo más difícil por delante y ahí se le espera a Mbappé.

A la Cibeles se va vía Liga y Champions. Eso lo tienen claro en una plantilla que, como reivindica Lucas Vázquez tras ganar la Intercontinental, no ha perdido el hambre. Si Mbappé quiere ir a la Cibeles, ya sabe lo que tiene que hacer. Ganar, al menos, una de estas dos competiciones. Ni la Supercopa de España, que llega pronto en enero, ni la Copa del Rey serán suficientes.

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El francés lo tiene claro, capta el mensaje y lo confirmó en el canal del club tras ganar al Pachuca. Los mejores títulos están por llegar. Eso no quita para que se le dé valor a los dos que ha ganado y en los que ha marcado gol. Su obsesión, como la de Florentino, es llegar a la final de la Champions que se disputa el 31 de mayo en el Allianz Arena de Múnich.

Para conseguirlo, el equipo tiene que mejorar en una Champions con formato nuevo que se le pone cuesta arriba con tres victorias (Stuttgart, Borussia Dortmund y Atalanta) y tres derrotas (Lille, Milan y Liverpool). Quedan dos partidos (Salzburgo y Brest) y no tendría que complicarse para pasar entre los 24 primeros a los octavos. El perjuicio será ir a un playoff con dos partidos más. El camino de la Champions esta temporada parece más difícil y el Real Madrid está a la espera de que se confirme la mejoría que ya se empieza a ver de Mbappé.