El impresionante homenaje del Sevilla a Jesús Navas en su último partido en casa

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En el día de hoy dice adiós al fútbol profesional Jesús Navas. El jugador andaluz, ganador de un Mundial y dos Eurocopas, se despide de su Sevilla en un momento en el que su cuerpo no puede más. Son varios años arrastrando unas molestias en la cadera que, sin embargo, nunca le impidieron mostrar un gran fútbol.

"Al final los que están ahí saben de mi situación. Hace dos días no podía andar, el entrenador lo sabía. Pero sigo dándolo todo por este equipo. Mis ganas pueden más que una situación desde hace cuatro años. No puedo jugar ni con los niños", confesó al principio de la temporada.

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Y en el último partido del año en el Sánchez Pizjuán su club de toda la vida le ha querido hacer un homenaje a la altura de su figura. Antes del inicio del encuentro ante el Celta de Vigo, se desplegó un mosaico con la cara del andaluz y la frase El orgullo de Nervión. Los dos equipos le hicieron un pasillo y en el centro del campo estaban todos los títulos que había conseguido en Nervión (cuatro Europa Leagues, dos copas del rey, una supercopa de Europa y una supercopa de España).

El defensa español salió por última vez al césped del Sánchez Pizjuán acompañado de sus dos hijos y sin poder aguantar las lágrimas, mientras que la afición presente entonó a capela el himno del Arrebato. El Celta también se sumó al homenaje y todos sus jugadores llevaban una camiseta roja y a su vez le entregaron otra firmada por toda la plantilla y una placa conmemorativa.

Una vez terminado el himno, todo el estadio se puso a corear su nombre y Navas seguía incapaz de contener las lágrimas. Pero quedaba un homenaje más antes del inicio del partido y fue el saque de honor realizado por Jesús Navas y sus dos hijos, donde cada uno de ellos dio un toque al balón. Fue un momento lleno de emoción con el que se despidió al hijo pródigo y al jugador que más partidos ha jugado con la camiseta del Sevilla.

Después de superar la hora de juego contra el Celta de Vigo, Jesús Navas no pudo contener las lágrimas y besó el césped al ser sustituido. El lateral derecho, a sus 39 años, agradeció todo el apoyo del Ramón Sánchez-Pizjuán mientras el partido se detenía momentáneamente para darle las gracias a un futbolista único en la historia del Sevilla. Jesús Navas siguió llorando en el banquillo, mientras su familia hacía lo propio en las gradas.