La insólita mediocridad de Rodrygo y los sudores en el Real Madrid por frenar su cuesta abajo
Rodrygo ha caído de manera inexplicable en la vulgaridad. Entre las lesiones, los bajones anímicos y que no asume responsabilidades, no alcanza su nivel de fantasía y diferencial
Rodygo lleva un largo tiempo desaparecido, sin inspiración ni efectividad. El exquisito, fino y estiloso juego del brasileño ha caído en una versión mediocre. Irreconocible para un chico etiquetado como diferente y especial, por demostrar que tiene un talento natural con el que ha mostrado un fútbol de dibujos animados. El 11 está borroso, gris y esta vulgaridad produce sudores en el Real Madrid.
En el partido contra la Atalanta no aprovechó la oportunidad que se le presentó con la lesión de Mbappé. Su rendimiento desciende, por las lesiones y un bajón que preocupa en el Real Madrid, hasta el punto de que es difícil de entender cómo no es capaz de jugar con más entusiasmo. Se le ve bajo de forma y errático. Muy lejos del comportamiento que tienen otros compañeros como Bellingham. El inglés (6 goles en los últimos siete partidos) ha vuelto a sacar su mejor versión con rebeldía, carácter y jerarquía.
El brasileño solo lleva tres goles en la temporada, todos en la Liga, y el último que marcó fue el 24 de septiembre contra el Alavés. Antes de este partido tenía otra actitud. Estaba motivado e, incluso, rebelde. Su queja era que se le sacara del foco por el impacto mediático de la BMV (Bellingham, Mbappé y Vinícius). Reclamó protagonismo, Ancelotti le apoyó públicamente y en el club lo vieron como una reacción de jugador que quiere asumir responsabilidades.
No cumple con las expectativas. La pasada temporada no sufrió ninguna lesión y en esta lleva ya dos, incluida una recaída que le sacó de la convocatoria para el partido contra el Girona. En Montilivi hizo un gran gol Arda Güler. El turco va para arriba y el brasileño baja. Es uno de los contrastes. El otro es Endrick, con dos goles en 119 minutos por los tres que ha marcado Rodrygo en los 1.128 minutos disputados.
Ancelotti es paciente y mantiene la confianza con Rodrygo, pero el brasileño no responde en un periodo de tiempo que el equipo le necesita y ha estado ausente. No ha sido capaz de marcar las diferencias en los grandes partidos de la temporada.
Contra el Atlético de Madrid jugó 90 minutos y fue inofensivo. El Clásico se lo perdió por una lesión en el bíceps femoral de la pierna derecha y en Lille causó baja por unas molestias en la espalda. El encuentro contra el Milan se torció y tampoco funcionó como revulsivo. No sumó. En Liverpool no estaba disponible por unas molestias musculares en la pierna izquierda. Y en otro día complicado, en San Mamés, fue titular e hizo otro mal partido.
Bajo rendimiento
Su temporada va de más a menos. Empezó con chispa, motivado y con efectividad en el estreno de la Liga marcando el único gol de su equipo en el empate contra el Mallorca en Son Moix. Los cambios de posición de Ancelotti para encajar a Bellingham o el atasco en la banda izquierda con Vinícius y Mbappé, le abrían la posibilidad de consolidarse en la banda derecha. Pero a Rodrygo no le gustó esta posición y entre los celos, la falta de acoplamiento y las lesiones se ha ido perdiendo su mejor versión.
Vinícius acaba de salir de una lesión que le ha impedido jugar los últimos cuatro partidos y en Bérgamo, con la inactividad y la presión de un partido decisivo, fue determinante con un gol y una asistencia. Esto es lo que se le pide a Rodrygo. Más contundencia, personalidad y liderazgo. Hubo un tiempo en el que se comparaba a los dos brasileños y destacaba el talento y el fútbol elegante de Rodrygo por encima de las acciones atropelladas de Vinícius. El primero está estancado y el segundo no para de crecer.
Rodrygo (23 años) está en su sexta temporada en el Real Madrid, la mejor fue hace dos años con 57 partidos y 19 goles, y el runrún de una posible salida sigue presente si no reacciona y llega una buena oferta que convenza al club. El Manchester City se interesó por su situación tras la venta de Julián Álvarez al Atlético de Madrid y al brasileño le entraron dudas, pero aparcó esta opción a la espera de comprobar cuál es su rol en el Real Madrid.
Rodygo lleva un largo tiempo desaparecido, sin inspiración ni efectividad. El exquisito, fino y estiloso juego del brasileño ha caído en una versión mediocre. Irreconocible para un chico etiquetado como diferente y especial, por demostrar que tiene un talento natural con el que ha mostrado un fútbol de dibujos animados. El 11 está borroso, gris y esta vulgaridad produce sudores en el Real Madrid.
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