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Mbappé está mal, pero Ancelotti está peor: la tortura de ver un Real Madrid empotrado
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un juego mediocre

Mbappé está mal, pero Ancelotti está peor: la tortura de ver un Real Madrid empotrado

El Real Madrid fracasó en Anfield por meterse en la cueva y renunciar al ataque durante muchos minutos. Ancelotti decepciona por priorizar la defensa y Mbappé, por estar negado

Foto: Ancelotti y su hijo Davide, en el banquillo de Anfield. (EFE/EPA/Peter Powell)
Ancelotti y su hijo Davide, en el banquillo de Anfield. (EFE/EPA/Peter Powell)

Los dos principales señalados en el Real Madrid no despejan las dudas. Ancelotti, por la crisis de resultados y el mal juego; Mbappé, por su inoperancia. Entre el errático rendimiento individual del francés y el tacaño planteamiento del entrenador, lo que se vio contra el Liverpool es una tortura. Un plan conservador, a la defensiva, que no encontró soluciones en ataque porque Mbappé, menos culpable que el italiano, no marca las diferencias.

El Real Madrid entró en crisis tras las derrotas en el Bernabéu contra el Barcelona y el Milan. Asomó la cabeza con dos victorias en la Liga, contra Osasuna y Leganés, que subieron la moral por los tropiezos del Barcelona (Real Sociedad y Celta) que valieron para recortar las diferencias. Pero lo que se volvió a ver en Anfield es un equipo que prefiere jugar agazapado. Metido atrás, en la cueva, para minimizar riesgos.

Esta versión defensiva del Real Madrid es aburrida y mediocre porque, aunque tenga lesionados y jugadores fuera de su posición natural, se le pide algo más que resistir. Un equipo que tiene en el campo a Modric, Arda Güler, Bellingham, Brahim Díaz y Mbappé y no amenaza, es un bloque cobarde. Tuvo demasiado respeto al Liverpool y, aunque los ingleses pasen por un buen momento de forma, decepcionó el planteamiento acomplejado de Ancelotti. Más que la inseguridad mental de Mbappé.

Ancelotti ha dirigido más de 1.300 partidos en los banquillos y tiene un gran currículo, pero en el Real Madrid debería saber que no se vive del pasado y, aunque él diga que el equipo no tiene una sola identidad, lo que menos se acepta es la cobardía. El plan de supervivencia es un recurso habitual. Le salió bien la temporada pasada en el Etihad Stadium, donde llegó a los penaltis y Lunin paró dos lanzamientos. También sirvió para ganar una final de la Champions al Liverpool en París. El mejor del partido fue Courtois.

placeholder Mbappé, en el lanzamiento del penalti que falla en Anfield. (Reuters/Lee Smith)
Mbappé, en el lanzamiento del penalti que falla en Anfield. (Reuters/Lee Smith)

Los porteros son lo más destacado del Real Madrid en este tipo de partidos en los que Ancelotti empotra el equipo en su área. En Anfield, si no es por Courtois, el Madrid se lleva una buena goleada. Resulta desolador ver sufrir al Real Madrid en defensa con el talento creativo que tiene en la plantilla. Provoca impotencia comprobar las dificultades que tuvo para llegar a la portería del Liverpool y da rabia que la reacción se produzca cuando recibe un gol.

Carencia de creatividad

Hay maneras de perder y la de Anfield es la de un Real Madrid calamitoso, por mucho que Ancelotti repita que compitieron contra el rival más complicado de Europa. "El camino es esto", afirma el italiano, que se muestra optimista por haber encontrado el orden en la estructura del equipo y mejorado la actitud de los jugadores. La clave, repetida por Ancelotti, es defender bien como equipo, estar juntos y comprometidos. Pocas veces o ninguna le escuchamos hablar de la creatividad, el control del juego o la fase de ataque.

Ancelotti está nervioso. Lo manifestó antes del partido al justificarse por la lesión de Vinícius. "Nadie me tiene que dar consejos", dijo por haberle hecho jugar todo el partido en Butarque tras venir de disputar los dos partidos enteros con Brasil. Fue un error que costó la lesión del brasileño.

Foto: Mbappé, con gesto de frustración, en Anfield. (Reuters Lee Smith)

Visto lo de Anfield, no se puede ser optimista con el Real Madrid a corto plazo. Tiene que mejorar mucho. Empezando por los planteamientos de un entrenador al que le falta valentía y prioriza ser compactos para que el equipo no se le parta. Estaría bien que, en los partidos grandes, hable de encontrar el equilibrio desde un buen ataque y se viera más riesgos que precauciones.

El Real Madrid lleva cuatro derrotas (Lille, Barcelona, Milan y Liverpool) en los últimos diez partidos, incluido el empate en el derbi contra el Atleti y el sufrimiento contra el Borussia Dortmund. No es para ser optimistas con la dinámica de un equipo que sigue sin estar bien trabajado por un entrenador que no encuentra la manera de sacar una buena versión con tanto talento y un Mbappé que naufraga.

Los dos principales señalados en el Real Madrid no despejan las dudas. Ancelotti, por la crisis de resultados y el mal juego; Mbappé, por su inoperancia. Entre el errático rendimiento individual del francés y el tacaño planteamiento del entrenador, lo que se vio contra el Liverpool es una tortura. Un plan conservador, a la defensiva, que no encontró soluciones en ataque porque Mbappé, menos culpable que el italiano, no marca las diferencias.

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