De jugar en el Getafe y Arsenal a ser un magnate de la ecología: la nueva vida de Mathieu Flamini
El exjugador supo combinar su destreza en el campo de fútbol con las energías renovables y es el exfutbolista más rico del mundo con una empresa valorada en 30.000 millones
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Son muchas las historias de deportistas de elite que cobran auténticas millonadas durante su etapa como profesional para pocos años después terminar en bancarrota. De hecho, según un informe de Sports Illustrated señala que el 60% de los jugadores de la NBA terminan sin dinero cinco años después de retirarse. Otro ejemplo conocido fue el de Andreas Brehme, que marcó el gol que le dio a Alemania el Mundial de Fútbol en 1990 y en 2014 confirmó que perdió todo el dinero conseguido en su carrera futbolística.
Pero, a veces, hay casos en el que ocurren justo lo opuesto, es decir, que consiguen más dinero al terminar su etapa como deportista de elite. Es el caso de Mathieu Flamini, exjugador del Getafe y Arsenal, entre otros, que posee una fortuna de 30.000 millones de euros gracias a una empresa de energía sostenible.
Sin embargo, el francés no empezó en el mundo de los negocios después de retirarse, sino que cuando era jugador del AC Milan, allá por 2008, presentó un proyecto de modelo de negocio sostenible para la Politécnica de Milán y la Universidad de Pisa. Además, fundó junto a su socio, un licenciado en económicas llamado Pasquale Granata, la empresa GF Biochemicals con el objetivo de revolucionar la industria energética.
El éxito de su empresa se debe a que crearon el ácido levulínico a partir de tratar la madera y el maíz. Este material es alternativo al petróleo y es capaz de sustituirlo en la fabricación de plásticos, cosméticos, lubricantes y productos farmacéuticos, entre otros. De hecho, el ácido levulínico es una de las moléculas renovables más importantes del mundo.
Flamini fue un pionero en las energías renovables y es por ello que el valor de su empresa es muy superior al del Real Madrid, FC Barcelona, Manchester United o Bayern de Múnich. Pero, incluso obteniendo esta fortuna, nunca dejó de jugar al fútbol. Su otra gran pasión junto a la sostenibilidad.
Y eso le permitió jugar en equipos de gran entidad como: Olympique de Marsella (2003), Arsenal (2004-08), Milán (2008-13), el Arsenal otra vez (2013-15), Crystal Palace (2016) y Getafe C.F (2017-19). Todo esto mientras lideraba una de las empresas punteras en energía renovables y hacía más dinero que en los campos de fútbol.
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