Mbappé no es el único culpable de su ineficacia: la terquedad de negarle el sitio de Vinícius
Mbappé tiene dificultades para adaptarse a la posición de delantero centro. Le penaliza la falta de conexión con los compañeros y la puntería. Ancelotti se resiste a que sea extremo
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Ancelotti tiene su parte de culpa en la ineficacia de Mbappé. No se está viendo la versión de un crack desequilibrante en el regate y determinante en la definición. El entrenador no juega ni marca goles, pero está tardando en encontrar el sistema y los mecanismos que beneficien el juego del francés. Cada partido que Mbappé se queda sin marcar y se le ve ansioso en el campo provoca que aumente el debate sobre si tiene que jugar en la banda izquierda, de extremo, y dejar de ser delantero centro.
El problema es la terquedad de Ancelotti. En ese costado está Vinícius, el brasileño ha marcado dos hat-tricks en la temporada, y el técnico italiano se empecina en que no le merece la pena probar la permuta de posiciones. Mbappé, por lo que se ha visto en los 16 partidos que lleva en el Real Madrid, es un león enjaulado en la punta de ataque.
Vinícius jugó la temporada pasada un tramo de partidos como delantero y no le fue nada mal. Hizo goles, llegando desde atrás a posiciones de remate y empujando el balón dentro del área. En la Selección brasileña es habitual verle jugar por dentro. No es una posición extraña para él ni parece que le moleste un cambio de demarcación. Ancelotti se niega a darle una vuelta a este asunto, que no es menor. Se trata de ayudar a que Mbappé despegue en el Real Madrid y lo haga en un momento de la temporada en el que está pasando por una mala racha con el gol.
Desde que Ancelotti dijo públicamente cuál es el rol de Mbappé en el Real Madrid, el francés entró en una crisis de eficacia que produce decepción por las enormes expectativas que generó el fichaje. Antes del partido contra el Borussia de Dortmund, el entrenador comentó lo mejor que le viene al equipo: el juego directo y los partidos de ida y vuelta. A Mbappé le liberó de responsabilidades defensivas y fue contundente con sus obligaciones: "Yo le exijo que marque goles. Prefiero que marque goles a que presione".
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La teoría no se cumple con la práctica. El liberado Mbappé ni presiona ni golea como delantero centro. Tras las palabras de Ancelotti sobre su rol, el francés no ha marcado ningún gol en los partidos contra el Borussia Dortmund, Barcelona, Milán y Osasuna. Y ante rivales como el Barça y el Milán se ha encontrado partidos abiertos en los que no ha cumplido con la exigencia.
Charlas para buscar soluciones
Ancelotti desveló otra consigna que tiene que cumplir el 9 del Real Madrid: "Le pido a Mbappé lo que le pedía a Benzema. Que esté listo para cuando recuperemos el balón". Más que listo está torpe. Se vio en la cantidad de fuera de juegos que cayó en el Clásico, la falta de puntería contra el Milán y acabó el partido contra Osasuna sin ningún disparo entre los tres palos. A Mbappé hay que exigirle más. No está cumpliendo con el rol asignado y si mantiene el bache, abrir la opción de que juegue como extremo es una vía.
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Ancelotti es tozudo. Tira de paciencia, protección y le mantiene en el campo para darle confianza. Ha jugado todos los minutos de los últimos cuatro partidos que lleva sin marcar, menos el final ante el Borussia Dortmund (cambiado en el 89' por Ceballos).
Su estado de ánimo influye en su juego. Le pasa factura la precipitación en los desmarques y en los disparos. Donde los balones antes iban a las esquinas de la portería, ahora van al centro, al portero y otros se marchan desviados.
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Mbappé hará goles en el Real Madrid. Pero los tiene que empezar a marcar pronto (Anfield es otro gran examen tras el fiasco del Clásico) y Ancelotti darle una vuelta al sistema que maximice las cualidades del galo. Si tiene que probar con Vinícius de delantero y Mbappé en el otro perfil, arrancando desde la banda, no es un paso atrás del entrenador. Es una opción lógica para un jugador que está en un atolladero. La prioridad es recuperar la mejor versión de una estrella que da señales de estar agobiado en el campo, que fluya su fútbol y, de esta manera, recupere la efectividad.
En el último parón de Selecciones, en el que no ha ido con Francia, el entrenador y el jugador se han encerrado. Han tenido muchas horas para hablar y trabajar. Plantear los obstáculos que se encuentra y las herramientas para superarlos. Ancelotti no puede justificar cada derrota con el argumento de una mala defensa. La exigencia que tienen Ancelotti y Mbappé está en que el ojito derecho de Florentino sea resolutivo. Al francés, que ya ha cumplido sus primeros 100 días en el Real Madrid, le falla la efectividad y la actitud defensiva.
Ancelotti tiene su parte de culpa en la ineficacia de Mbappé. No se está viendo la versión de un crack desequilibrante en el regate y determinante en la definición. El entrenador no juega ni marca goles, pero está tardando en encontrar el sistema y los mecanismos que beneficien el juego del francés. Cada partido que Mbappé se queda sin marcar y se le ve ansioso en el campo provoca que aumente el debate sobre si tiene que jugar en la banda izquierda, de extremo, y dejar de ser delantero centro.