El problema de Ancelotti con Arda Güler abre una brecha con los que se hartan de los galones
Entre los aficionados crece el enfado por ver las pocas oportunidades que le da Ancelotti a Arda Güler. El equipo necesita soluciones, el turco ya hizo la 'mili' el año pasado y no cuenta
Carlo Ancelotti tiene un problema con Arda Güler, nada menor y del que no se da cuenta del cabreo que genera entre la masa social. No es algo personal, ni le falla el gusto porque en varias ocasiones ha destacado su talento. No puede negar que es un futbolista divertido y engancha a los aficionados. Es tan simple como la falta de valentía para ponerlo en el campo y arriesgar. Esto provoca una brecha con los aficionados, hartos de los galones.
Si se la tiene que jugar con el turco y no sale bien, será menos trágico que hacerlo con los Bellingham, Vinícius, Rodrygo y Mbappé, muy por debajo de su nivel. Alguno más que otro. Les vendría bien un toque de atención a las estrellas para que no se sientan intocables, vean la amenaza de una competencia y así enchufarse e implicarse a fondo en el trabajo colectivo que reclaman el entrenador y los capitanes. No sería un disparate que uno de los cracks empiece en el banquillo, sea una opción como revulsivo y el turco de inicio. Es otra forma de gestionar la plantilla y mandar un aviso.
El entrenador italiano tiene en su mano hacer una revolución en un escenario que él mismo califica como difícil y complicado. No hay muchas esperanzas de que haga algo novedoso, conociendo el patrón de sus decisiones. Ancelotti reduce la crisis de juego y resultados en la inexistencia de un equipo compacto como causa para no verse la mejor versión del equipo. Pone el énfasis en recuperar la solidez de un sistema defensivo y el orden de los jugadores.
En esta ecuación no entra o lo tiene muy difícil Arda Güler, como se está comprobando. El turco no es un recién llegado, como Endrick. Ha pasado el primer año de adaptación, con lo que está más maduro y ha ganado en experiencia.
El reproche que se le hace al técnico italiano es la rigidez de un criterio con el que se guía en las alineaciones y los cambios que realiza por jerarquías. La norma debería ser la siguiente: lo que no funciona, se revisa y debería tocarse. Bajo esta pauta sí tiene que jugar o tener más protagonismo el turco.
Arda Güler ha jugado un cuarto de hora en los últimos cinco partidos (nada en el Clásico y contra el Milan). El del Barcelona hace daño al entrenador italiano por aquello de las comparaciones con el atrevimiento de Hansi Flick. El técnico alemán pone a los chavales y, entre ellos, destaca la chispa, descaro y determinación de Marc Casadó (convocado por Luis de la Fuente). Todas estas cualidades las tiene Arda Güler.
De mal en peor
La temporada empezó con buenas intenciones y va de mal en peor. El turco entraba en las rotaciones y fue en tres partidos titular hasta el del 21 de septiembre contra el Espanyol. Desde esa fecha, Ancelotti ha dejado de explorar las posibilidades de hacer de Güler un jugador con más peso e influencia en el juego del equipo.
Arda Güler (19 años), a pesar de tener cara de niño, ha pegado muchos tiros en el último año. La mili debería estar terminada. Ha visto la cara dura del fútbol con las lesiones y la bonita con una actuación brillante en la Eurocopa. Ha sido impaciente por querer jugar y constante para no bajar los brazos. Se ha negado a una salida para tener más minutos. Confía en su talento para jugar en el Real Madrid.
Al club llegaron ofertas en verano, pero el chico va sobrado de personalidad y tiene más conocimiento de lo que es la presión del Real Madrid. Solo falta que Ancelotti le ponga más en el campo. El Bernabéu quiere a Arda Güler y el Real Madrid necesita una inyección de fútbol y diversión. Con lo que el turco sí es una solución a la falta de ideas y claridad en el centro del campo. También a la mala racha con el gol. En lo poco que jugó la temporada pasada hizo 6 tantos (uno cada 62 minutos).
A Ancelotti le quedó muy graciosa su intervención en la fiesta de la Champions con Güler. "He fumado el puro, he cantado y he bailado con Eduardo Camavinga. Y ahora quiero una cosa: os voy a presentar a un chico muy interesante... ¡Ardaaaaa!". La Cibeles estalló al grito de "Güler, Güler, Güler".
Va siendo hora de que Ancelotti se tome más en serio a Arda Güler y deje de hablar de su futuro y de que le tiene mucho cariño. El turco es presente. Un futbolista necesario para generar fútbol en un equipo con problemas en el centro del campo y con energía y actitud para hacer el equipo compacto. El técnico italiano dijo un día que "el balón está enamorado de Arda Güler", pero el madridismo echa en falta que les dé el placer de disfrutar más de este jugador y no les vale que sea a cuenta gotas.
Carlo Ancelotti tiene un problema con Arda Güler, nada menor y del que no se da cuenta del cabreo que genera entre la masa social. No es algo personal, ni le falla el gusto porque en varias ocasiones ha destacado su talento. No puede negar que es un futbolista divertido y engancha a los aficionados. Es tan simple como la falta de valentía para ponerlo en el campo y arriesgar. Esto provoca una brecha con los aficionados, hartos de los galones.
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