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Luis Enrique desbarra: insolente con el Atleti y asustado con un PSG fuera de la Champions
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Luis Enrique desbarra: insolente con el Atleti y asustado con un PSG fuera de la Champions

Luis Enrique se ha convertido en un entrenador previsible en el campo y en sus declaraciones. Quita méritos al gol de Correa y pasa de puntillas con la ineficacia de su equipo

Foto: Luis Enrique en la sala de prensa. (EFE EPA YOAN VALAT)
Luis Enrique en la sala de prensa. (EFE EPA YOAN VALAT)

Luis Enrique no tiene remedio y vuelve a desbarrar con un discurso de fuegos artificiales. La derrota contra el Atlético de Madrid en la última jugada del partido la califica de injusta porque el rival no hizo méritos y su equipo dominó el partido y tuvo más ocasiones de gol. Lo de que a su equipo le falta contundencia en las dos áreas parece un asunto menor o reconocer que el rival también tiene sus armas para hacerte un partido incómodo, no cuenta.

Lo peor es que sus análisis son demasiados previsibles. Como sus planteamientos futbolísticos y el tono que utiliza para justificarse tras una derrota es irrespetuoso. El Paris Saint-Germain propuso más que el Aleti y generó más ocasiones, pero esto va de acertar y, si no lo consigues, tienes el derecho a lamentarte. Lo que queda feo es decir que el gol de Ángel Correa "ha sido una broma de mal gusto" y es más grave, por irrespetuoso, manifestar que "el rival (Atlético de Madrid) no ha hecho nada".

El que no hace nada por afinar la puntería de su equipo es Luis Enrique, que insiste en poner a Marco Asensio en la punta de ataque y el balear no disparó ni una sola vez a la portería de Oblak. El jugador que más peligro generó fue Achraf. Un lateral derecho con gran profundidad, pero que toma malas decisiones en la definición. El marroquí tuvo la victoria antes del gol de Correa y pecó de egoísta. Tampoco funcionaron los cambios de Fabián, Désiré Doué y Kolo Muani. De esto no habla Luis Enrique.

Le conviene comparecer en la sala de prensa como víctima de no sé qué y de quién y repetir un argumento ya manido: "El día que fracase en el fútbol no será con las ideas de un periodista". De nuevo, irrespetuoso con el trabajo de los medios de comunicación. No le gusta la crítica, pero sí hacerse un documental para darse autobombo del trabajo a destajo que hace en París y quedar por encima de Mbappé.

Luis Enrique, el previsible y el arrogante, está con el agua al cuello. Le quedan cuatro partidos en la Champions, tiene al equipo fuera de la competición y tiene que jugar contra el Bayern de Múnich, Salzburgo, Manchester City y Stuttgart. La realidad es que el superquipo que iba a montar Luis Enrique, sin estrellas porque él es el líder, tiene mucha posesión y dispara con balas de fogueo. Solo ha marcado tres goles en cuatro partidos y el del Girona se lo metió en propia puerta Gazzaniga.

Foto: Tchouaméni, con gesto serio, antes de empezar un partido. (AFP7)

Hay un dato que deja en mal lugar al asturiano y del que no ha profundizado. Solo ha ganado 6 partidos de Champions de los 16 que ha dirigido en el PSG. "El rival (Atléti) nos estornuda y nos hace un gol", dice con frustración. Lo que no dice es que al Atleti le marcó un gol por un error lamentable de Lenglet y una defensa de suplentes (sin Le Normand y Giménez, centrales titulares).

"Hoy es un día de mierda", es la frase más creíble y sensata que dijo Luis Enrique tras la dura derrota contra el Paris Saint-Germain y verse fuera de la Champions, un palo muy duro para Qatar si no lo remedia en los cuatro partidos que le quedan.

Luis Enrique no tiene remedio y vuelve a desbarrar con un discurso de fuegos artificiales. La derrota contra el Atlético de Madrid en la última jugada del partido la califica de injusta porque el rival no hizo méritos y su equipo dominó el partido y tuvo más ocasiones de gol. Lo de que a su equipo le falta contundencia en las dos áreas parece un asunto menor o reconocer que el rival también tiene sus armas para hacerte un partido incómodo, no cuenta.

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