Elecciones RFEF: entre 'uno de los nuestros', un paracaidista... y una oscura maniobra
Los barones no encuentran a su candidato y siguen pensando en Rocha, Morales se une a la lista de aspirantes y Calvo impugna el proceso con la sombra de Rubiales y Blanco detrás
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"¿También desconoce usted por qué fue nombrado vicepresidente por el señor Rubiales?", le preguntó el fiscal a Pedro Rocha, cuando el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) declaró en el Juzgado de Primera Instancia N.º. 4 de Majadahonda. "Creo que sería por la edad, por la imagen y porque yo no estoy en ningún caso", contestó el extremeño, que entró en el juzgado como testigo del caso Brody y salió como investigado.
Pues bien, la rocambolesca respuesta de Rocha sirve para explicar por qué los 19 presidentes de territoriales no terminan de encontrar un candidato de cara a las elecciones cuatrienales previstas para el próximo 16 de diciembre. Candidato que, al salir de entre uno de ellos, bien podría llamarse oficialista. Y es que, efectivamente, como dijo el efímero Rocha, a quien paradójicamente la mayoría sigue viendo como su mejor opción, algunos de los llamados barones tienen "algún caso".
Empezando por el gallego Rafael Louzán, quien pasó "de bedel a condenado por corrupción", como tituló un artículo el diario Atlántico. O el cántabro José Ángel Peláez, sorprendentemente el único que se ha quedado junto al expresidente Ángel María Villar en el caso Soule, al ser desimputados José Miguel Monje (Región de Murcia), Jacinto Alonso (La Rioja), Antonio García Gaona (Ceuta) y Diego Martínez (Melilla), si bien los cuatro siguen señalados.
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Siguiendo con el asturiano José Ramón Cuetos Lobo, imputado por el Juzgado de Instrucción Nº 1 de Gijón, donde está denunciado por tráfico de influencias, malversación de caudales públicos, prevaricación y cohecho, mientras la Fiscalía Superior del Principado de Asturias le abrió diligencias por "incumplir los estatutos de su territorial, que prohíben presentarse a las elecciones a cualquier persona que tenga beneficios del fútbol". Lobo preside Novanet, empresa de la RFEF.
Joan Soteras, investigado por corrupción
Y acabando por el catalán Joan Soteras, dejándose querer, aunque esté investigado por corrupción. "La trama federativa más grande de la historia del fútbol catalán", como dijo quien fuera su rival, Juanjo Isern. De hecho, los Mossos d'Esquadra registraron durante horas la sede de la Federació Catalana de Futbol (FCF) por orden judicial. Los agentes confiscaron los teléfonos móviles de los empleados que estaban dentro, Soteras entre ellos, para impedir su comunicación con el exterior.
A diferencia del tránsfuga Paco Díez (Madrid), Alejandro Morales Mansito (Canarias), Marcelino Maté (Castilla y León), Salvador Gomar (Comunidad Valenciana) y Pablo Burillo (Castilla-La Mancha), que se mantienen con un perfil bajo, el andaluz Pablo Lozano está loco por ser presidente de la RFEF, aunque sabe que no tiene apoyos. Por más que el también socialista Gaspar Zarrías se lo haya vendido al Gobierno de Sánchez, es visto como un Rubiales en potencia, con lo que ello supone.
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Con Rafael del Amo, cómplice del mencionado Rubiales en el motín de las 15, apalancado en Navarra tras el incomprensible cambio de rumbo del director general de Osasuna, Fran Canal, y a la espera de lo que suceda en La Rioja y Euskadi, donde ni Jacinto Alonso ni Javier Landeta, respectivamente, van a seguir, la savia nueva son el aragonés Manuel Torralba, el extremeño Sergio Merchán y el balear Jordi Horrach.
Mientras tanto, si hace poco más de un mes Álex Aranzábal, expresidente de la SD Eibar y ex directivo de la RFEF con Villar, dio el paso de anunciar su intención de presentarse a las elecciones de la RFEF, la semana pasada fue otro economista quien hizo oficial su candidatura. Se trata de Juanma Morales, CEO del Grupo IFA hasta el próximo 31 de diciembre, quien irrumpió con fuerza, aunque en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas es visto como un paracaidista. Es decir, una persona ajena al fútbol.
Córdoba une a González Calvo y Alejandro Blanco
Al igual que el mencionado Aranzábal, tampoco lo es Javier González Calvo. El que fuera director general del Córdoba CF presentó el pasado jueves un recurso ante el TAD para declarar nulo el proceso electoral al considerar que su paisana María Ángeles García Chaves no tiene competencias para convocarlas. Normal que detrás de este abogado extremeño se vea la sombra de Rubiales y del que fuera su "hermano", Alejandro Blanco. No en vano, el presidente del Comité Olímpico Español (COE) tiene unos oscuros intereses por su relación con miembros del fondo bareiní Infinity.
Tal y como informó la prensa local en agosto de 2020, Blanco visitó un entrenamiento del conjunto blanquiverde, "entre otros motivos, para interesarse por la inscripción del equipo en la RFEF", donde tenía mano a través de Rubiales. "Hay que recordar que el presidente del COE ya estuvo en El Arcángel tras certificarse la compra de la unidad productiva del Córdoba CF SAD por parte de Infinity y se le pudo ver junto al presidente del club, Abdulla Al-Zain", añadió el mismo medio.
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"El presidente de la RFEF será el que nosotros digamos"
Volviendo a los barones, el catalán y madridista Soteras, identificado como Juan y no Joan en la conversación con Tomás González Cueto que grabó la UCO, no pudo dejarlo más claro tras la dimisión de Rubiales: "El presidente de la RFEF será quien los presidentes de las territoriales quieran que sea. Si vamos más o menos de la mano, quien se quiera presentar lo tendrá muy difícil". "Si Pedro Rocha se presenta, le apoyaremos", añadió en aquel momento, algo que él y la mayoría de sus homólogos siguen pensando.
Rocha, quien, para desesperación del fiscal, aseguró que "yo solo era vicepresidente re-pre-sen-ta-ti-vo", así, deletreándolo, no solo está investigado en la misma causa que los Rubiales, Cueto, Piqué y compañía, sino que además está inhabilitado por el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD). De ahí que, para poder ser candidato, debe conseguir una cautelarísima que no solo se antoja complicada, sino que, de ser elegido presidente, quedaría pendiente del dictamen de un juez.
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Metidos ya en 2025, si el juez diera la razón al TAD, le inhabilitaría como presidente de la RFEF durante dos años, hasta 2027, lo que supondría otro duro golpe institucional y reputacional. Es cierto que el juez también podría dar razón a Rocha, quien parece haberse convertido en una especie de mesías del fútbol español. El problema es que, además de un hombre de paz, la RFEF necesita un buen gestor, que conozca las entrañas federativas y no llegue en paracaídas, sino con el apoyo de los barones. Es decir, como si fuera uno de los nuestros, pero sin serlo.
"¿También desconoce usted por qué fue nombrado vicepresidente por el señor Rubiales?", le preguntó el fiscal a Pedro Rocha, cuando el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) declaró en el Juzgado de Primera Instancia N.º. 4 de Majadahonda. "Creo que sería por la edad, por la imagen y porque yo no estoy en ningún caso", contestó el extremeño, que entró en el juzgado como testigo del caso Brody y salió como investigado.