Las medidas de Ancelotti tras el nuevo enfado de Bellingham (incómodo en este Real Madrid)
Ancelotti se encierra con el equipo en una concentración más larga de lo habitual para corregir los desajustes tácticos y poner remedio al enfado que ya no oculta Bellingham
Carlo Ancelotti exige una reacción inmediata a los jugadores en la primera semana grande de la temporada. La que tiene que ser un punto de inflexión para testar qué potencial tiene el Real Madrid. Llega el partido contra el Borussia Dortmund en la Champions y el Clásico contra el Barcelona. A favor, que los dos se disputan en el Bernabéu y en contra, que el entrenador tiene que tomar medidas para mejorar el juego y la disciplina. Le trae de cabeza, principalmente, la fragilidad del sistema defensivo. La temporada pasada el bloque era compacto y en esta es vulnerable. No se recuerda, en mucho tiempo, un Ancelotti más severo.
En Balaídos se le vio desquiciado por los errores en los desajustes defensivos y la falta de claridad para hacer llegar balones a los delanteros. Recibió una tarjeta amarilla en el ardor de sus protestas. Su imagen vehemente era poco habitual. Recriminó y corrigió en exceso a Militao, Tchouaméni y Rüdiger por no entender cómo tenían que moverse en fase defensiva (formando línea de cuatro) y ofensiva (en línea de tres). La prueba de los tres centrales y los dos carrileros (Lucas Vázquez y Fran García) generó confusión y desorden.
Tampoco le gustaron los aspavientos de Bellingham a Vinícius por no pasarle un balón. En la sala de prensa quiso restarle importancia y no lo consiguió, pese a que dijera que "Bellingham tiene huevos y carácter". Lo que tiene el inglés es un enfado que va a más con el paso de los partidos porque no está cómodo en el campo. Ancelotti le mueve de una posición a otra, de izquierda a derecha, y sigue sin marcar. Lo ha alejado del gol y cuando está cerca no le pasan el balón.
Ancelotti toma una medida drástica. Para el partido contra el Borussia Dortmund decide cambiar la hora del entrenamiento y alarga la concentración. Más tiempo para estar juntos y para aprovecharlo con charlas tácticas que sean productivas. Que sirvan para apuntalar la defensa. Es importante ser consistentes como equipo y como familia tras el nuevo episodio de enfado de Bellingham. El Real Madrid se entrenó el día antes del partido contra el Borussia Dortmund a las tres de la tarde (habitualmente lo hace a las once de la mañana) y los jugadores quedaron concentrados. No se fueron a comer fuera para volver por la tarde a la residencia de la Ciudad Deportiva. Están reclutados en una semana especial.
El enfado de Bellingham. #DeportePlus pic.twitter.com/q928q94FLn
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) October 19, 2024
El entrenador incide en que los futbolistas corrijan los fallos y estén concienciados de lo que se juegan. Es importante que pasen más tiempo juntos, tener más comunicación, pulir los errores deportivos y evitar los malos gestos que se ven en los partidos. Bellingham es reincidente. El inglés reprochó a Vinícius y Mbappé, contra el Lille, su pasividad para activarse en la recuperación de la pelota. En Vigo su egoísmo. Bellingham es un todoterreno, con una actitud intachable en defensa, pero no soporta ser invisible en ataque. Pide, además, entrar en la rotación de los penaltis que se reparten Vinícius y Mbappé.
No perder la unión
Ancelotti pone medidas que solucionen el brote de incendio de Bellingham y los automatismos para mejorar su asociación con los delanteros. Está costando más de lo que se imaginaba y ya llevamos dos meses de temporada. Bellingham ha pasado de ser un futbolista feliz a llamar demasiado la atención por sus gestos de frustración. La orden es hablar este tipo de roces en privado.
Lo fundamental para el entrenador es no perder la unión y que el equipo consiga entender a qué tiene que jugar en defensa y en ataque para ser sólidos, profundos y efectivos. No es normal ver a Ancelotti tan agitado como las escenas que protagonizó en Vigo. En el vestuario reprobó a los jugadores los desajustes defensivos y la lenta circulación del balón para llevarlo arriba. La solución la encontró en Modric, autor del pase en el gol de Vinícius.
Este es el segundo toque serio de Ancelotti a la plantilla en lo que va de temporada. El primero fue tras la derrota en Lille, que acabó con la racha de 258 días sin perder. Ese día, el italiano hizo autocrítica y avisó a los jugadores: "A veces una derrota te reconecta con la realidad. Te puedes creer invencible". En sus charlas posteriores con la plantilla hubo un tirón de orejas. "No estamos a la altura", les dijo. Habló de falta de intensidad, desequilibrios y velocidad en la circulación del balón.
Carlo Ancelotti da un paso más firme y autoritario. Decide tomar medidas con una concentración que sirva para fortalecer la estructura del equipo y el grupo. Viene bien para mejorar la convivencia y trabajar en las mejoras del patrón de juego para los encuentros contra el Dortmund y el Barcelona. La misión más urgente es volver a ganar seguridad defensiva, compromiso, sacrificio y no depender en exceso de los aciertos de Courtois. Defender mejor te acerca más a la victoria. Es la máxima de Ancelotti. Y evitar los malos rollos repercute en la estabilidad emocional de un Bellingham más alterado.
Antes del partido contra el Celta, el técnico manifestó que tenía buenas sensaciones y que el parón lo habían aprovechado para mejorar la condición física de Mbappé y Vinícius, principalmente. Pero visto el partido gris de Balaídos, los desajustes y los malos humos del futbolista inglés, lo conveniente es encerrarse más tiempo con los jugadores. Lo que viene por delante es la tercera jornada de la Champions y no se puede producir otro tropiezo. Tres días después, un Barcelona mejor engrasado.
Carlo Ancelotti exige una reacción inmediata a los jugadores en la primera semana grande de la temporada. La que tiene que ser un punto de inflexión para testar qué potencial tiene el Real Madrid. Llega el partido contra el Borussia Dortmund en la Champions y el Clásico contra el Barcelona. A favor, que los dos se disputan en el Bernabéu y en contra, que el entrenador tiene que tomar medidas para mejorar el juego y la disciplina. Le trae de cabeza, principalmente, la fragilidad del sistema defensivo. La temporada pasada el bloque era compacto y en esta es vulnerable. No se recuerda, en mucho tiempo, un Ancelotti más severo.
- El largo parón de Guti: alejado de los banquillos y su éxito como comentarista deportivo Ulises Sánchez-Flor
- El viaje de Mbappé a Estocolmo le sale caro: por qué la acusación de violación le estalla en el peor momento Ulises Sánchez-Flor
- 'Tote', el insumiso que creció en el Real Madrid y acabó aburrido: "Perdí la ilusión por el fútbol" Ulises Sánchez-Flor