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La gran diferencia entre el aburrido chotis del Real Madrid y el atrevido rock and roll del Barça
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sobresale la energía de los azulgranas

La gran diferencia entre el aburrido chotis del Real Madrid y el atrevido rock and roll del Barça

Hansi Flick saca el mejor rendimiento de Lewandowski como delantero centro con un equipo que presiona con eficacia en campo del rival y es vertical. Ancelotti gana, pero desaprovecha el potencial de Mbappé y el juego es plomizo

Foto: Carlo Ancelotti y Hansi Flick en el partido de la gira de verano estadounidense. (USA TODAY Sports/Vincent Carchietta)
Carlo Ancelotti y Hansi Flick en el partido de la gira de verano estadounidense. (USA TODAY Sports/Vincent Carchietta)

El Barcelona juega a otra cosa diferente a la del Real Madrid. Hay grandes diferencias entre el equipo reconocible de Hansi Flick y la indefinición en la que está Carlo Ancelotti. La identidad del Barça es el trabajo colectivo asfixiante para presionar en el campo del rival y robar la pelota. Va acompañado de una idea de juego vertical ejecutada a la mayor velocidad, con movilidad y circulación del balón. Sobresalen en lo individual los tres de arriba. Rapinha, Lamine Yamal y Lewandowski no escatiman esfuerzos en ir a la presión, apretar y finalizar.

Hay un Barcelona afilado y esforzado que dio un recital en la primera parte de Vitoria con tres goles de Lewandowski (36 años) al Alavés. El ritmo de juego y el compromiso que tiene el equipo de Hansi Flick es muy superior al de Ancelotti. El Barça se desmelena con un fútbol de rock and roll y el Real Madrid es lento como el chotis. El líder transmite vértigo y jolgorio y el perseguidor gana, pero aburre y sigue denso.

Al Real Madrid le falta ritmo, claridad para sacar el balón jugado desde atrás, fluidez, velocidad en la circulación del balón y asociación. Lo compensa con la pegada de goles como el de Fede Valverde y Vinícius en otro partido espeso contra el Villarreal. Es un equipo que especula con el balón y sus delanteros ahorran esfuerzos en el trabajo defensivo. Se vio en el derbi, en la derrota contra el Lille y el triunfo contra el Villarreal. El Barcelona es más enérgico. El juego bonito lo consigue por la intensidad y determinación de robar y atacar. No le hace falta la posesión para someter al rival. Contra el Alavés fue un rodillo.

En lo individual hay un futbolista que está a un nivel superior al de Mbappé. Lewandowski, con tres goles en Mendizorroza y diez en la Liga, es un delantero centro puro. Un goleador que pasa por un excelente momento. El polaco tiene una larga carrera de goleador en el Bayern de Múnich y el olfato es algo que nunca se pierde. Necesita un equipo que le encuentre, compañeros que le surtan de balones y un estilo de juego directo. Hansi Flick se lo ha dado.

placeholder Mbappé, cabizbajo, se retira del campo en el partido contra el Villarreal. (Reuters/Susana Vera)
Mbappé, cabizbajo, se retira del campo en el partido contra el Villarreal. (Reuters/Susana Vera)

El resto lo pone de su parte. El polaco está jugando con el orgullo de callar las bocas a los que le daban por acabado, veían su declive o estaban alineados con la postura de Xavi. Había que darle salida a un dinosaurio que no encajaba en el ADN Barça. Lewandowski es un atleta que está enchufado y motivado desde el despido de Xavi y el fichaje de Mbappé. Un goleador de su nivel necesita desafíos y a sus 36 años lo mejor que le podía suceder para jugar extramotivado es que se le diera por acabado y se dijera que Mbappé venía para ser el monstruo de la Liga.

Un Lewandowski demoledor

No hay comparación entre el rendimiento de Lewandowski y Mbappé como delantero centro. El polaco sabe cómo hay que manejarse entre los centrales, encontrar los espacios, ganar las espaldas de los defensas, girarse y tirar los desmarques. Sus maniobras como delantero puro son excelentes y contrastan con las dificultades que tiene el francés para conectar con el juego, recibir balones al espacio y abrir grietas para generar peligro.

El culpable no es Mbappé, que contra el Villarreal acabó el partido sin ningún disparo a portería. El francés se tiene que adaptar a una posición que no le gusta y realiza enormes esfuerzos por combinar y acabar jugadas. Mbappé está infrautilizado como delantero centro y en su desesperación se va al centro del campo, a participar del juego, a escapar de la marca de los centrales, ganar terreno para tirar de zancada, tener espacios y explotar sus cualidades. Entre Mbappé y Lewandowski, como arietes, no hay color. El polaco es un rodillo y el francés un delantero del montón.

Foto: Rodrigo de Paul en el partido contra la Real Sociedad. (AFP7)

Hansi Flick está logrando darle al Barcelona un rendimiento inmediato y, como le gusta decir y sacar pecho a Laporta, sin poner excusas. Ha llegado con la lección aprendida y no comete los errores verbales y tácticos de sus antecesores. Al alemán no le vamos a escuchar decir un "esto es lo que hay" que condenó a Koeman y a Xavi. Tiene personalidad y, además, le acompaña un cierto look de viejo rockero con esos pantalones vaqueros apretados y el jersey fino con camiseta que lució en Vitoria. Lo importante es que no le tiembla el pulso en los cambios y si tiene que sacar del campo a Lamine Yamal y el chico poner caritas, lo hace.

Los cambios y rotaciones de Flick son más decididos que los de Ancelotti. A Héctor Fort le dio la titularidad en el lateral derecho contra el Alavés y dejó a Koundé en el banquillo, de los futbolistas más en forma y determinantes en lo que llevamos de temporada. Ahora que el Real Madrid ha sufrido la desgracia de la grave lesión de Carvajal y el mercado está cerrado, es el momento de comprobar si el italiano apuesta por la cantera.

Foto: Aurah Ruiz y Jesé Rodríguez. (Instagram)

Flick, en poco tiempo, vence y convence, juega bonito y gestiona una plantilla con un número alto de lesionados. Ancelotti tiene problemas para que sus estrellas se asocien, generen juego y haya un equipo equilibrado. La conclusión es que en el Barcelona no se habla de Xavi y en el Real Madrid hay nostalgia de Kroos.

El Barcelona tiene más rock and roll que el Real Madrid. Es el estilo que desea Ancelotti y al que ha hecho referencia cuando se le pregunta por el debate sobre lo que es jugar bien al fútbol. En Vitoria se volvió a ver a un Barça de ida y vuelta, que generó una enorme cantidad de ocasiones y pudo conseguir una goleada mayor. De ello participó Ansu Fati, otro de los méritos de Hansi Flick si consigue recuperar al 10 azulgrana. Ansu Fati tuvo dos ocasiones para marcar que evitó Sivera. Es un Barcelona sin pausa, ambicioso y con carácter. Frente a un Real Madrid en tierra de nadie, que gana, pero no divierte.

El Barcelona juega a otra cosa diferente a la del Real Madrid. Hay grandes diferencias entre el equipo reconocible de Hansi Flick y la indefinición en la que está Carlo Ancelotti. La identidad del Barça es el trabajo colectivo asfixiante para presionar en el campo del rival y robar la pelota. Va acompañado de una idea de juego vertical ejecutada a la mayor velocidad, con movilidad y circulación del balón. Sobresalen en lo individual los tres de arriba. Rapinha, Lamine Yamal y Lewandowski no escatiman esfuerzos en ir a la presión, apretar y finalizar.

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