La crisis del Bernabéu busca cabeza de turco y destapa una guerra civil en el Real Madrid
Los graves problemas ocasionados por la remodelación del estadio han provocado que el grupo que lidera Manuel Redondo se movilice para responsabilizar al director general
El pasado 13 de septiembre, el Real Madrid anunció por sorpresa que suspendía la celebración de conciertos en el Estadio Santiago Bernabéu, al menos hasta marzo de 2025. Como es lógico, dada la trascendencia que tiene todo lo que sucede en el club que preside Florentino Pérez, la noticia tuvo una gran repercusión. "El Real Madrid ha adoptado una decisión difícil, pero responsable", comentó el alcalde madrileño, José Luis Martínez Almeida, en un desesperado intento por templar gaitas.
Sin embargo, se da la casualidad, aunque quizás habría que hablar de causalidad, que tan solo dos días antes, Más Madrid preguntó en la Junta de Distrito de Chamartín por la licencia de funcionamiento del estadio madridista. De este modo, a los problemas con el ruido y las obras del parking, recientemente paralizadas por orden judicial, se unen los problemas con "un estadio en el que se juntan más de 85.000 personas podría estar funcionando sin licencia", según denunció la representante del citado partido.
En estas circunstancias, y por mucho poder político, económico, social e incluso judicial que pudiera tener Florentino Pérez, en el Real Madrid se ha abierto una importante crisis, en la que, como suele suceder en estos casos, ya se está buscando una cabeza de turco. Además, estos graves problemas que han surgido tras la remodelación del Bernabéu han destapado, aunque lo más correcto sería decir acrecentado, la guerra civil que existe en la bicefalia que dirige el club blanco.
Por un lado, está José Ángel Sánchez, filósofo de formación, director general y mano derecha de Florentino en la exitosa gestión deportiva y económica del club. Aunque, claro, en el caso de la económica habrá que ver cómo acaba el asunto del estadio, pues si reputacionalmente ya está haciendo mucho daño, desde el punto de vista financiero puede hacerlo aún más. No ya solo por un nuevo encarecimiento de las obras, sino por los compromisos adquiridos que no se van a poder cumplir.
El propio hermano del presidente
Y, por el otro lado, está Manuel Redondo, director de gabinete de presidencia y mano izquierda de Florentino. Sirva el dato de que, comoquiera que en el Real Madrid hay firma mancomunada y esta recae en los mencionados —y enfrentados— Sánchez y Redondo, para que cualquier decisión o gestión que se tome en el club sea efectiva, tiene que llevar la rúbrica de ambos. Curioso, pues su mala relación viene de lejos, como es de sobra conocida por todos los empleados y directivos.
Mientras José Ángel Sánchez, también conocido como JAS, tiene el respaldo de muchos de los primeros, especialmente de su adjunta, Begoña Sanz, y del director de los servicios jurídicos, Javier López Ferré, Redondo lidera al grupo de los segundos. Con el vicepresidente, Eduardo Fernández de Blas, y el mismísimo hermano de Florentino, Enrique Pérez, a la cabeza. Aunque nunca lo reconocerán públicamente y se lo oculten al presidente, ninguno de ellos traga al director general.
De hecho, como Redondo es quien maneja el área social, pues su responsable, José Luis Sánchez, está en su bando, en el club ya se rumorea que en la próxima Asamblea General de Socios, la cual, por cierto, tiene que estar a punto de ser convocada, estos ya están pensando en cómo salvar al presidente y ofrecer la cabeza de JAS. No en vano, el director general está citado el próximo 24 de este mese a declarar como administrador único de la empresa Estadio Bernabéu.
José Ángel Sánchez, en el juzgado
El Juzgado de Instrucción N.º 53 de Madrid ha aceptado a trámite una querella contra él por un presunto “delito medioambiental”. La denuncia, presentada por la asociación vecinal Perjudicados por el Bernabéu, sostiene que los espectáculos suponen un “incumplimiento de la licencia urbanística”. Con Más Madrid, preguntando por la existencia de dicha licencia.
En contra de lo que algunos piensan y el propio JAS podría estar filtrando en previsión de lo que pueda suceder en la Asamblea, la idea de construir un nuevo campo en Valdebebas para evitarse problemas con el Bernabéu no fue suya, sino de quienes llevan tiempo esperándole. Teniendo en cuenta que estos controlan a la inmensa mayoría de los socios compromisarios, podrían convencerles para, cuando menos, poner en una complicada tesitura a Florentino Pérez.
Mientras tanto, un estadio con los problemas que está generando e, incluso, un grupo municipal del Ayuntamiento de Madrid denunciando que podría no tener licencia, aspira a acoger la final del Mundial 2030. En Marruecos deben de estar frotándose las manos con España, pues cuando no es la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y una candidatura permanentemente amenazada, es el mismísimo Real Madrid con su Santiago Bernabéu.
El pasado 13 de septiembre, el Real Madrid anunció por sorpresa que suspendía la celebración de conciertos en el Estadio Santiago Bernabéu, al menos hasta marzo de 2025. Como es lógico, dada la trascendencia que tiene todo lo que sucede en el club que preside Florentino Pérez, la noticia tuvo una gran repercusión. "El Real Madrid ha adoptado una decisión difícil, pero responsable", comentó el alcalde madrileño, José Luis Martínez Almeida, en un desesperado intento por templar gaitas.
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