Luis Enrique y su mal perder, el genio del PSG se traga sus palabras: "No tenéis ni puta idea"
Luis Enrique encaja mal la derrota del Paris Saint-Germain contra el Arsenal en un partido donde fue inferior a Mikel Arteta y volvió a hablar con desprecio y arrogancia a la prensa
Es muy difícil empatizar con Luis Enrique. El autor del "No tenéis ni puta idea" como título potente que mezcla lo ingenioso con lo vengativo de la serie de tres capítulos que ha grabado y ya emite Movistar Plus, demuestra que tiene un mal perder. Desprende agresividad, es antipático y se cree un genio.
Tuvo unos años excelentes en el Barcelona de Messi, Neymar y Luis Suárez, con los que ganó la Champions. En ese equipo de estrellas quiso poner disciplina, pero no lo logró. Messi se negó en un partido a ser sustituido y acabó yéndose sin energía y escarmentado de las dificultades de la gestión con futbolistas que se sienten intocables. Con esta mala experiencia se juró que en sus siguientes proyectos no habría más líder que él y lo dejó bien claro en su etapa en la Selección española y en el poco más de un año que lleva en el Paris Saint-Germain.
Luis Enrique no engañó al tándem Nasser Al-Khelaifi y Luis Campos. El presidente y el director deportivo del PSG estaban en la misma situación que el asturiano. Frustrados y decepcionados por los continuos fracasos de un proyecto ambicioso construido a golpe de talonario y la obsesión de ganar la Champions. Los problemas de convivencia, la falta de compromiso y los malos resultados de una plantilla que juntó a Messi, Neymar y Mbappé, más Sergio Ramos, les llevaron a dar un giro y ponerse en manos de un entrenador que exigiera disciplina y trabajo en equipo.
Se juntaron los caminos de Luis Enrique y el PSG. Como dos medias naranjas que están hechos el uno para el otro. La unión hizo la fuerza para poner las bases de un nuevo proyecto en el que el equipo tiene que estar por encima de las individualidades y cualquier asomo de acto de indisciplina tiene que ser erradicado con la mayor contundencia.
"Cuanto más barro haya, ahí me encuentro mejor"
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) August 29, 2024
La nueva serie de #LuisEnrique:
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El primer año de Luis Enrique le sirvió para aprovecharse de las desavenencias entre Mbappé y el club. De esta manera, con el francés debilitado por los chantajes de Nasser Al-Khelaifi, el asturiano consiguió reforzar su autoridad como entrenador de club. Mbappé pasó por el banquillo y pregonó, con esa energía que le caracteriza, que estaba adelantando el trabajo para tener un equipo preparado para ganar sin Kylian Mbappé.
El castigo a Dembélé
Ha llegado el primer gran partido de la temporada, contra el Arsenal, en la segunda jornada de la Champions, y el PSG ha competido como un equipo menor. Lo ha hecho sin Dembélé, su mejor jugador y en un inicio de temporada del francés brillante como goleador y asistente, porque, según Luis Enrique, hay conductas que no se pueden permitir. Entrenador y jugador tuvieron una discusión tras el partido contra el Rennes, según los medios franceses, y el asturiano castigó a su estrella sin entrar en la convocatoria.
Después del partido, Luis Enrique volvió a demostrar que con él no hay medias tintas. O están conmigo o contra mí y se dirigió en estos términos a un periodista de Canal+: "No, no tengo intención de explicarte mi táctica porque no la entenderías". Es coherente con su actitud agresiva contra la prensa después de decir unos días antes que se bajaría el sueldo si en su contrato pudiera firmar una cláusula en la que pusiera que no tiene la obligación de hablar antes y después de los partidos.
No quiere dar explicaciones. Luis Enrique juzga a la gran mayoría de los periodistas deportivos como unos ignorantes y mal intencionados que solo buscan polemizar. En Londres, tras perder contra el Arsenal en una horrible primera parte en la que no se vio nada de las señas de identidad de un PSG que quiere jugar como equipo, que busca ser protagonista en los partidos, que propone un fútbol ofensivo, dominante en el centro del campo, con presión adelantada e intenso, Luis Enrique se negó a responder este tipo de preguntas.
No funcionó la apuesta de jugar sin un delantero centro, con el coreano Kang in Lee y los extremos Désiré Doué (un fichaje de 60 millones de euros) y Barcola (el sustituo de Mbappé). Falló Donnarumma en los dos goles y es difícil de entender por qué Fabián Ruiz fue suplente. La realidad es que Mikel Arteta le dio un repaso a Luis Enrique con un equipo mejor trabajado en la presión adelantada, el repliegue defensivo, la intensidad para ganar duelos y la contundencia en las dos áreas. La derrota contra el Arsenal es un revés para un Paris Saint-Germain que ya tuvo demasiados problemas para ganar por la mínima al Girona con un gol al final del partido en un fallo de Gazzaniga.
Es muy difícil empatizar con Luis Enrique. El autor del "No tenéis ni puta idea" como título potente que mezcla lo ingenioso con lo vengativo de la serie de tres capítulos que ha grabado y ya emite Movistar Plus, demuestra que tiene un mal perder. Desprende agresividad, es antipático y se cree un genio.
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