"Me llaman 'Querelletor' porque la mayoría se acojona, pero yo no me escondo y denuncio"
En su lucha por defender los derechos de sus entrenadores, se ha llevado por delante a los tres últimos presidentes de la RFEF, toda una demostración de lo podrido que está el sistema
"Donde hay poca justicia es un peligro tener razón", sentenció el filósofo y escritor Francisco de Quevedo, para poner así en valor a la justicia como un elemento fundamental para la estabilidad y la seguridad en una sociedad. Sin la búsqueda de la justicia en todos los ámbitos de la vida, la aplicación imparcial de la ley y la protección de los derechos individuales se ven comprometidas.
Tal y como sucede en el fútbol español, esto puede conducir a un clima de impunidad, arbitrariedad y abuso de poder por parte de sus dirigentes, pero, claro, ¿qué puede esperarse si para un secretario de Estado lo que "no es ético" no es suficiente para tomar medidas contras ellos?
Más aún, tratándose de deporte, en el que tantas veces se apela al juego limpio y se presume de unos valores que brillan por su ausencia, lo ético, y en menor medida lo estético, deberían bastar para elevar denuncias a los tribunales correspondientes. Lo contrario, es connivencia, cuando no complicidad. Si la ética, por no hablar de la moral, ni tiene quien la defienda, es normal que todo acabe judicializado.
En este sentido, si hay una persona que lleva años luchando para que la justicia impere en el depravado fútbol español, ese es Miguel Galán, presidente del Centro Nacional de Formación de Entrenadores de Fútbol de España (CENAFE). El getafense no se cansa de denunciar lo que otros callan e, incluso, algunos, no por casualidad, voceros habituales del sistema, le acusan de ser él quien paraliza procesos, cuando menos irregulares, de ahí que deben ser, cuando menos, impugnados.
En primer lugar, y esto es algo que él siempre ha reconocido, Miguel Galán lucha por una causa propia. Lograr que a sus alumnos, entrenadores y entrenadoras que se sacan el curso del Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes, se les dé la licencia UEFA Pro para que puedan entrenar en el extranjero, tal y como sucede con los que se forman en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
Un ariete contra la corrupción en la RFEF
"La mayoría de los directores de otras escuelas de entrenadores de este país se acojonan, se pliegan, y yo decidí que no. No me escondo, porque creo que es una injusticia", asegura Galán, quien sigue sin lograr su objetivo, si bien en esta lucha ha logrado nada menos que la inhabilitación por parte del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) de los tres últimos presidentes de la RFEF, Ángel María Villar, Luis Rubiales y Pedro Rocha.
"Yo no me levanto por la mañana y digo 'voy a ir contra este señor o contra este otro', sino que de una acción contra mí hay una reacción", comenta el también presidente de la Asociación Transparencia y Democracia en el Deporte, a través de la cual ha judicializado todas sus denuncias a la gestión de Rubiales al frente de la RFEF en el Juzgado de Primera Instancia N.º 4 de Majadahonda, una causa penal que también han salpicado a Rocha.
Acusado de ser una marioneta de Tebas
"Yo no soy ninguna marioneta de Tebas, como decía Rubiales, quien me llamaba Querelletor. No, yo voy por libre, tengo mi propia economía y no dependo de nadie. LaLiga en la vida me ha dado un euro. Ni a mí ni a CENAFE", ha llegado a proclamar a los cuatro vientos Miguel Galán, quien asegura que "me han mandado de todo, pero no han encontrado nada".
"Han intentado buscar escándalos de mi vida privada. Un presidente de un club me llamó un día y me dijo que iba a acabar en una cuneta. Un presidente de una territorial me dijo que tenía vídeos íntimos míos de ámbito sexual. Siempre he estado solo. Salvo periodistas contados, los demás estaban con Villar y con Rubiales", denuncia el ariete de la lucha contra la corrupción en el fútbol español.
El mismo al que hay que tener muy poca vergüenza para acusar de paralizar el proceso electoral de la RFEF. "Lo contrario de la valentía no es la cobardía, sino la conformidad", afirma Robert Anthony, profesor de control de gestión en la Escuela de Negocios de Harvard. Esto es algo que afortunadamente Miguel Galán se niega rotundamente a hacer. En primer lugar, y no lo esconde, por su legítima reivindicación. Pero también por un fútbol español justo y, por tanto, decente.
"Donde hay poca justicia es un peligro tener razón", sentenció el filósofo y escritor Francisco de Quevedo, para poner así en valor a la justicia como un elemento fundamental para la estabilidad y la seguridad en una sociedad. Sin la búsqueda de la justicia en todos los ámbitos de la vida, la aplicación imparcial de la ley y la protección de los derechos individuales se ven comprometidas.
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