Conor Gallagher o cómo convertirse en un ídolo del Atleti tras estar oculto en un hotel de Madrid

La espera y las tensiones merecieron la pena con el fichaje más deseado por Simeone. Conor Gallagher, el centrocampista inglés por el que tanto peleó el Cholo durante el verano, ha caído de pie en el Atleti. Algo tiene para que el Metropolitano coree su nombre y se apasionen con un futbolista que se estrena como goleador en el partido contra el Valencia. Lo del gol no es lo más importante, siendo la faceta más decisiva en el fútbol. Lo que verdaderamente engancha de Gallagher y por lo que su entrenador y la afición están enamorados de este todoterreno es el compromiso que mostró para fichar por el Atleti.

Gallagher puso todo de su parte para jugar de rojiblanco en un mes de agosto angustioso, de idas y venidas a Madrid desde Londres, con el riesgo de que la operación se viniera abajo. Llegó en la primera semana de agosto a España, con las negociaciones abiertas entre el Atleti y el Chelsea. No quería perder el tiempo, cogió un avión, se presentó en Madrid, se hospedó en el hotel AC La Finca y se puso a entrenar con los jugadores del Atleti que no habían viajado a la gira por Hong Kong.

Se la jugó porque nada estaba cerrado y recibió un duro revés con el cambio de planes del Chelsea. En la operación estaba previsto el traspaso de Samu Omorodion al equipo inglés por 42 millones de euros y el de Gallagher al club rojiblanco por 40 millones. El Chelsea se echó atrás y Simeone vio peligrar la contratación de su centrocampista más deseado.

Gallagher, de incógnito en Madrid, tuvo que regresar a Londres, pero no se rindió. Ni él ni Simeone, en permanente contacto para buscar la fórmula de hacer posible el acuerdo. La solución estaba en casa. El Atleti accedió a negociar la venta de Joao Félix al Chelsea, pese a que Miguel Ángel Gil Marín todavía creyera en el talento del portugués y no quisiera malvenderlo. Se impuso el criterio de Simeone, la necesidad de darle un jugador de equipo, y fue decisivo las ganas del inglés por querer jugar en el Atleti.

Las dificultades con las que se encontró el club rojiblanco, el gesto que tuvo Gallagher de presentarse en Madrid por su cuenta para pasar el reconocimiento médico y entrenar en las instalaciones sin haber fichado, cómo forzó su fichaje, la perseverancia del Cholo y la del jugador para hacer posible la contratación, han convertido a Conor Gallagher en un ídolo.

La obsesión del Cholo

Al rubio inglés no le hizo falta empezar a jugar para ganarse el cariño, la admiración y la veneración que demuestran los aficionados desde antes de ponerse a competir con el escudo del Atleti. Llegó a Madrid a escondidas, era un desconocido y se metió a todos en el bolsillo por ese afán de unirse a la familia atlética. En la presentación de los fichajes, junto a Julián Álvarez, Sorloth y Le Normand, Connor Gallagher fue el más aclamado. Empezó a sentir el aliento sin haber tocado ni un balón.

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La petición de Simeone se convirtió en una obsesión. Una pieza clave para recuperar la esencia del cholismo. Un equipo por encima de las individualidades, con una estructura equilibrada y un centrocampista sólido. Gallagher es un trabajador en defensa, generoso en el esfuerzo para recuperar balones, de alta intensidad y con llegada al área. La expectación por comprobar qué le puede dar Conor Gallagher al Atleti es alta, a la vez que ilusionante, y el chico que se desvivió por estar con Simeone ofrece un rendimiento inmediato.

Los cinco días que Gallagher estuvo en Madrid, oculto en el hotel, sirvieron para convertirse en uno de los favoritos de los aficionados. Faltaba verle competir y por la garra que le pone en sus acciones, el alma y la agresividad que le da al juego para robar y hacer los ataques verticales, no hay duda de que va a ser uno de los más aclamados en el Metropolitano. "Un tipo así nos hace mejores. Gallagher es trabajador, tiene calidad, llega desde segunda línea y recupera balones", dice un encantado Diego Pablo Simeone para elogiar al futbolista que le da esperanzas para recuperar las señas de equipo competitivo.