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El último paso de la salvajada de Sergio Rico: "Echo muchísimo de menos la competición"
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no tiene secuelas de su accidente

El último paso de la salvajada de Sergio Rico: "Echo muchísimo de menos la competición"

Sergio Rico se machaca en dobles sesiones diarias de entrenamientos con el objetivo de encontrar equipo. Las pruebas neurológicas confirman que no hay secuelas del aneurisma

Foto: Sergio Rico, en el Parque de los Príncipes durante un partido. (Reuters/Catherine Steenkeste)
Sergio Rico, en el Parque de los Príncipes durante un partido. (Reuters/Catherine Steenkeste)

La historia de superación personal de Sergio Rico es admirable. Pero falta el último paso, lo más importante para cerrar la salvajada de la que es protagonista: el portero está totalmente recuperado de un aneurisma cerebral y busca equipo. Entrena como una bestia, en dobles sesiones de trabajo, en el gimnasio y en los campos de fútbol, junto a un preparador personal con la exigencia de volver a competir al más alto nivel.

Su historia es maravillosa, con tintes dramáticos, pero con un final feliz que merece que tenga continuidad con el regreso a la portería de un equipo de fútbol profesional que ponga en valor las cualidades y el talento del guardameta sevillano. Lo tiene todo: la tragedia de un accidente provocado por la patada de un caballo, la conmoción de conocer su evolución en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla que duró 83 días, de los que 26 de ellos permaneció en coma inducido en la UCI, el momento de despertar y la primera pregunta que le hace a los médicos: "¿Voy a poder jugar al futbol?".

Su lucha para reponerse de la pérdida de casi 20 kilos de peso... Nada le detuvo. En efecto, sí que puede jugar al fútbol un profesional que habla de un doble milagro: estar vivo y no tener ningún tipo de secuela. Sergio Rico lleva desde el mes de abril activo, subiendo la intensidad de los entrenamientos, la exigencia, demostrando que está igual o mejor, como aseguran las pruebas neurológicas y sus sensaciones, tras el accidente que sufrió el 28 de mayo en la aldea de El Rocío (Huelva).

Lleva más de cinco meses metido en faena, se siente capacitado y más motivado para defender una portería. Su vinculación con el Paris Saint-Germain finalizó en el mes de junio, está libre y dice tener cuerda para rato porque le quedan por cumplir retos con solo 31 años y ama el fútbol.

placeholder Sergio Rico y su mujer, Alba Silva, a su salida del hospital. (Reuters/Marcelo del Pozo)
Sergio Rico y su mujer, Alba Silva, a su salida del hospital. (Reuters/Marcelo del Pozo)

Metido en rutina, después de completar otra jornada de riguroso trabajo en el que ha vuelto a realizar dos sesiones de entrenamiento en Sevilla, Sergio Rico atiende a El Confidencial y exterioriza la ilusión y las ganas de verse en una buena forma física: "Pues este es mi día a día y mi rutina. Entrenar a tope para estar preparado en cuanto salga una oportunidad y estar disponible al ciento por ciento. Los entrenamientos, a pesar de ser más complicados en cuanto a la logística, intento que sean lo más parecido a los que venía haciendo en cualquier equipo de los que he estado. Tengo un entrenador personal que me ayuda en la parte aeróbica y también para trabajar el tren superior. Después, tengo un amigo que me ayuda como entrenador de porteros para las sesiones de campo".

Preparado para todo

Lo que desborda Sergio Rico son unas ganas tremendas de sentirse, de nuevo, futbolista para vivir la adrenalina de la portería, competir y ser parte de un colectivo. Los reflejos, la agilidad, la velocidad de reacción, la colocación en la portería y la experiencia están intactas. La inactividad es la barrera que está consiguiendo superar con mucha disciplina, dedicación y esfuerzo.

Foto: Isco, en un partido del Betis contra el Barcelona. (EFE/José Manuel Vidal)

"Echo muchísimo de menos la competición. Es lo que nos da la felicidad plena a los futbolistas y a cualquier deportista en general. Así lo pienso yo. Estoy en un momento en el que sé que hay que estar más preparado que nunca. Hay que tener muy buena cabeza para seguir centrado en uno mismo, tanto física como mentalmente, y mostrar que todo lo aprendido durante mi carrera, como el esfuerzo, el trabajo diario o el sacrificio son las cualidades claves para seguir en este tipo de situaciones", reflexiona Sergio. No mira atrás. La energía está puesta en el presente y el reto de demostrar que es competitivo.

El futuro es para los valientes que pelean por sus sueños. Con esfuerzo, perseverancia, talento y apoyos tan importantes como el de su mujer Alba Silva, el portero sevillano supera todo tipo de obstáculos. Los médicos confirman que puede volver a jugar al fútbol sin problema, que el aneurisma cerebral se cerró por completo y no hay riesgos. Lo demás, que es mucho, lo ha puesto él de su parte con una recuperación increíble en lo físico y lo mental.

Foto: Mbappé, preocupado en el Francia-Italia. (Reuters/Christian Hartmann)

Está convencido de que tiene que seguir su carrera: "Sí, por supuesto. Ahora mismo el desafío que más me gustaría cumplir es conseguir un equipo y volver al fútbol profesional. Es lo que me hace feliz y lo que he hecho desde niño".

El objetivo lo tiene claro, lo persigue y, si le dieran a elegir, le gustaría regresar al Sevilla. Es su casa, el club donde se formó en la cantera, en el que llegó al primer equipo, despuntó y ganó dos Europa League en las cuatro temporadas que estuvo. Fichó por el Paris Saint-Germain, pasó por el Fulham y el Mallorca. Vicente del Bosque le convocó, en su etapa de seleccionador, para la Eurocopa de 2016. La carrera de Sergio Rico merece más capítulos en la alta competición.

La historia de superación personal de Sergio Rico es admirable. Pero falta el último paso, lo más importante para cerrar la salvajada de la que es protagonista: el portero está totalmente recuperado de un aneurisma cerebral y busca equipo. Entrena como una bestia, en dobles sesiones de trabajo, en el gimnasio y en los campos de fútbol, junto a un preparador personal con la exigencia de volver a competir al más alto nivel.

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