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Rafa Mir, al rincón de pensar y una medida sancionadora del Valencia con poco efecto
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el club no le despide

Rafa Mir, al rincón de pensar y una medida sancionadora del Valencia con poco efecto

Rafa Mir se incorpora a su puesto de trabajo en el Valencia, pero lo hace en condición de apartado del grupo y con una multa económica. Una medida provisional para protegerse

Foto: Rafa Mir, en el momento de entrar en la comisaría. (Europa Press/Rober Solsona)
Rafa Mir, en el momento de entrar en la comisaría. (Europa Press/Rober Solsona)

El Valencia resuelve el caso Rafa Mir con unas medidas sancionadoras provisionales y que no están a la altura de la repercusión que tiene el escándalo. Hace una semana, el futbolista fue denunciado por una presunta agresión sexual, junto a un amigo, que provocó la detención. Durmió en comisaria, salió en libertad con cargos y ha estado sin aparecer por las instalaciones deportivas durante cuatro días con permiso del club. Había expectación por comprobar qué postura adoptaría Peter Lim con un caso que daña la imagen, afecta a los patrocinadores y en el que se pide determinación.

Tras un periodo de reflexión, en el Valencia no encuentran otra solución que mandar a Rafa Mir al rincón de pensar. Le aparta del equipo, de momento, pero no le despide. Parece un castigo menor, pero el club, tras consultas con especialistas jurídicos, está atado de manos en lo laboral. No hay una sentencia firme que condene al murciano, hay que respetar los plazos de la justicia y, a la vez, mostrar su repulsa contra todo tipo de violencia.

El castigo no es menor ni mayor para Rafa Mir. Lo justo es que el Valencia se ciña al daño institucional que provoca un futbolista que es portada en los telediarios y que produce malestar, indignación y rechazo a las empresas que asocian su marca con la entidad valencianista. Todo esto en términos de imagen es nefasto y una medida ambigua no está bien vista por los espónsores. La única certeza es que Rafa Mir, pese a que los hechos se producen en un día libre, no ha tenido una conducta profesional y es, respetando su presunción de inocencia, reprobable.

El Valencia, que además atraviesa por un momento complicado por un mal inicio de Liga, actúa dentro del ámbito que le corresponde dentro del marco del régimen disciplinario. Peter Lim, desde Singapur, la presidenta Layhoon Chan, el director corporativo Javier Solís y el entrenador Rubén Baraja le han dado muchas vueltas. Han consultado con el técnico qué es lo mejor para el equipo, han pedido explicaciones a Rafa Mir y lo conveniente para todas las partes es ganar tiempo para que se enfríe el escándalo.

Baraja, principal valedor de su incorporación a la plantilla, se siente decepcionado por el comportamiento y su falta de profesionalidad. También perjudicado en un momento donde el equipo necesita al delantero por las lesiones de otros compañeros.

No habrá una sentencia inmediata, el fallo se puede demorar y el Valencia no tiene posibilidad alguna de rescindir el contrato de cesión de un año con el Sevilla. Rafa Mir, con toda la temporada por delante, tiene que incorporarse a su puesto de trabajo. El interés está puesto ahora en la fecha o si con el paso de los días el club es más contundente. Queda apartado, sin entrenar con el grupo, sin mezclarse para que no salga en las fotos. Oculto. Tampoco jugará los dos próximos partidos y, de esta manera, el club gana tiempo para tener más información de las investigaciones y aclarar la estrategia que más le conviene.

No puede ser implacable

El jugador intentará encontrar la calma, aunque será difícil por estar metido en un proceso judicial mediático. Asegura ser inocente y quiere probar que la denuncia es infundada. Valencia y Rafa Mir, de alguna manera, se protegen con una sanción que se vende como ejemplar y las disculpas del futbolista, mediante un comunicado, al club, cuerpo técnico, compañeros y la afición.

El Valencia tenía diferentes opciones. La primera, el despido. La segunda, ser implacable con Rafa Mir y no permitirle jugar con el equipo hasta que no haya una sentencia firme. De esta manera, el club se evitará que su aparición en los campos, tanto en Mestalla como en los visitantes, esté rodeada de tensión y morbo. Habrá que comprobar cuál es la reacción de los aficionados. La otra opción podía plantear la ruptura pactada del contrato. Ha optado por algo intermedio, que tiene poco efecto, para no meterse en follones.

Foto: Jesé, en su etapa con el equipo brasileño del Coritiba. (@JeseRodriguez10)

La imagen de Rafa Mir entrando esposado en comisaría, rodeado por miembros de la Guardia Civil, es fuerte e impactante. La multa es poca cosa para una persona que tiene un sueldo millonario y perderse dos partidos, como primera medida provisional, es algo casi anecdótico. El Valencia tiene una patata caliente, hay una gran expectación y decide que estas medidas son convenientes.

No tiene nada que ver con el caso que le tocó vivir al Real Madrid con Benzema. El futbolista francés fue acusado de ser cómplice en la extorsión al jugador Mathieu Valbuena por la difusión de un vídeo con contenido sexual. El juicio fue largo y la respuesta del Real Madrid inmediata. Benzema pasó por comisaría, durmió en el calabozo y el Real Madrid no le apartó del grupo. Emitió un comunicado defendiendo la presunción de inocencia del francés y puso a su disposición los mecanismos para ayudarle en el proceso. El club arropó a su jugador para atajar cualquier efecto negativo y cerró filas.

El Valencia resuelve el caso Rafa Mir con unas medidas sancionadoras provisionales y que no están a la altura de la repercusión que tiene el escándalo. Hace una semana, el futbolista fue denunciado por una presunta agresión sexual, junto a un amigo, que provocó la detención. Durmió en comisaria, salió en libertad con cargos y ha estado sin aparecer por las instalaciones deportivas durante cuatro días con permiso del club. Había expectación por comprobar qué postura adoptaría Peter Lim con un caso que daña la imagen, afecta a los patrocinadores y en el que se pide determinación.

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