Vinícius peca de ingrato por insinuar un castigo para dejar a España sin el Mundial 2030

Vinícius pincha en hueso al pedir un castigo para España si no erradica el racismo. En concreto, insinúa que habría que quitarnos el Mundial 2030. Es verdad que habla de una minoría, pero la contundencia con la que se manifiesta en un medio de comunicación con relevancia, como es la CNN, hace daño a la imagen de nuestro país. En su lucha contra el racismo, víctima de episodios lamentables y reprobables en diferentes campos de fútbol, se excede y peca de ingrato.

Al jugador del Real Madrid e internacional con Brasil hay que refrescarle la memoria. España y sus organismos, futbolísticos y judiciales, no miran para otro lado con un asunto tan delicado como es el racismo. De hecho, los procedimientos de actuación son más rápidos y efectivos que los de Brasil. En todos los países hay, por desgracia, aficionados radicales, violencia, xenofobia y maleducados. España no está a la cabeza de esta lacra, que es el mensaje con el que se pueden quedar en el exterior tras escuchar a un futbolista que lleva seis años en nuestro país.

Vinícius, en esta ocasión, ha sido ingrato con España. Aquí, la Justicia, la Liga y la Federación actúan y le apoyan. Es el mensaje que debería agradecer y transmitir. Estaría fenomenal que pusiera en valor que la primera sentencia condenatoria en España contra el racismo en el fútbol se produjo en el mes de junio a su favor.

Es la evolución que pedía Vinícius y que ha podido comprobar en primera persona para restaurar el daño que le han hecho. El juzgado de Instrucción número 10 de Valencia condenó a los tres aficionados jóvenes que increparon al brasileño con gritos y gestos racistas en el partido disputado en Mestalla el 21 de mayo de 2023. Se hizo justicia con un delito contra la integridad moral de Vinícius y una pena de prisión de ocho meses para los acusados y la prohibición de acceder a los estadios de fútbol durante dos años. Al mismo tiempo, mostraron su arrepentimiento con una carta de disculpa al futbolista y al Real Madrid.

De igual manera, a principios de año el juzgado de Instrucción número 28 de Madrid abrió un juicio oral contra los cuatro ultras del Atlético de Madrid que colgaron un muñeco con la camiseta de Vinícius en un puente cercano a la Ciudad Deportiva del Real Madrid. Acompañado de una pancarta que decía 'Madrid odia al Real'. Se les acusa de un posible delito contra la dignidad, la integridad moral y amenazas. La Fiscalía solicita cuatro años de prisión y una indemnización conjunta de 6.000 euros por daños morales.

No se plantea irse de España

La Justicia lleva sus tiempos, pero no está parada en su lucha contra el racismo. Se lo ha demostrado a Vinícius como en otros casos de futbolistas afectados. Hace dos días, la Fiscalía Provincial de Valencia ha abierto Diligencias contra un tuitero que escribió mensajes durante la Eurocopa que ganó España. Se le acusa de un discurso racista y xenófobo contra Lamine Yamal y Nico Williams. "Más Olmos, Rodri, Navas... y menos Yamal. Ganamos en 2008, 2010 y en 2012 con españoles de verdad y volveremos a hacerlo", es parte de la barbaridad. La Justicia investiga, actúa, evoluciona. Como pide Vinícius.

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En marzo, la Federación Española de Fútbol organizó un partido amistoso con el foco puesto en la lucha contra el racismo y Vinícius como protagonista. Un España-Brasil en el Bernabéu. Se lanzó un mensaje firme con el lema 'Todos tenemos una misma piel'. Esto es lo que debería agradecer Vinícius, que el día antes del partido se derrumbó en la sala de prensa y dijo, entre lágrimas, que "cada vez tengo menos voluntad para jugar" y desveló que se le había pasado por la cabeza irse de España pero, si lo hacía, era un triunfo de los racistas.

Vinícius ha sufrido el racismo de una minoría en España y las instituciones han puesto en marcha sus mecanismos para reparar el daño y erradicar estos lamentables comportamientos. No es sencillo. Lo que no es justo y parece desproporcionado es que insinúe que si España no evoluciona en esta materia se tiene que quedar sin Mundial. Razones le sobran para sentirse mal por lo que ha sufrido, pero con estas últimas declaraciones se ha puesto a todos en contra en un tema tan sensible como el racismo.

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"Ha metido la pata y le pido que rectifique inmediatamente", es la contestación de un indignado José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, que califica de injustas las palabras del brasileño. Ofrecen una mala imagen de España y de Madrid, la ciudad en la que vive, según Almeida. No se ajustan a la realidad y tampoco a los intereses de su club, metido en la pelea por organizar la final del Mundial 2030 en el Bernabéu.

Tolerancia cero con el racismo. Sin ninguna duda y todo lo que sea educar a los aficionados a ir a los estadios de fútbol y en otros deportes con una actitud de respeto es incuestionable. Vinícius lo ha sufrido fuera de los campos y dentro con gritos de "muérete" y le han llamado "mono". Incluso en partidos de fútbol de otros equipos en los que no ha jugado el Real Madrid. Algo bochornoso. La Liga, Federación, la Fiscalía, los juzgados y los políticos están implicados en la lucha contra la intolerancia y el racismo. No se corresponde con la realidad las palabras del brasileño, al que su club y los compañeros, le piden que se focalice en el fútbol.