Antoine Griezmann, el corazón del Atlético de Madrid: si él juega bien, los rojiblancos sonríen

El aficionado rojiblanco que acudió ayer al Metropolitano tenía la ilusión de ver debutar como titular al fichaje estrella de este verano. Julián Álvarez levanta pasiones entre la hinchada del Atlético de Madrid. Ya se vieron banderas argentinas repartidas por todo el estadio e, incluso, a niños con disfraces de Spider-Man.

Había muchos alicientes en el debut de la temporada en el feudo rojiblanco. En la grada, la ilusión está por las nubes ante una temporada que promete dar muchas alegrías a Simeone y sus muchachos.

Todos los focos estaban en las nuevas caras. La Araña hizo un buen partido con garra desde el inicio. Estuvo muy combativo y participativo en el juego en todo momento. Le Normand, titular, y Sorloth, que salió para los últimos diez minutos, cumplieron. Conor Gallagher demostró que el estilo cholista lo tiene bien aprendido.

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Sin embargo, los mejores del partido fueron dos viejos conocidos en el Metropolitano: Marcos Llorente y Antoine Griezmann. El español voló por la banda en numerosas ocasiones con su arrancada particular. Marcó un gol y dio una asistencia. Mismos datos hizo el francés. Griezmann se encargó de poner por delante a los rojiblancos con un maravilloso gol de falta.

Simeone le necesita

El 7 colchonero completó un partido redondo. De los que tiene acostumbrado a la afición, pero que hacía mucho tiempo que no se veía. El francés lleva desde febrero envuelto en un aturdimiento que le hace estar en modo errático. No estuvo al nivel el final de la pasada temporada y tampoco cuajó una gran Eurocopa con su selección.

El cuerpo técnico sabe de la importancia que tiene el francés en el juego del equipo. Por eso, preparó un plan específico de entrenamiento para la pretemporada. El objetivo era evitar sobrecargar el cuerpo para huir de las temidas lesiones. Griezmann no viajó a Hong Kong con el equipo en su compromiso ante el Kitchee. El único encuentro de verano que jugó fue en Suecia ante la Juventus y solo los primeros 45 minutos.

Simeone sabe que por las botas del francés pasan las opciones de hacer una buena temporada. Con él en el campo y a un buen nivel, el equipo gana y convence. En la primera parte de la pasada campaña, Griezmann estuvo espléndido y fue el mejor momento de juego de los colchoneros. Para el recuerdo, el gran partido en enero ante el Real Madrid en los octavos de final de la Copa del Rey.

Pero fue llegar el momento crucial de la temporada y el francés se diluyó. Cuando más necesitaba Simeone su mejor versión. Ni en las semifinales de Copa contra el Athletic Club ni en los cuartos de Champions en Dortmund. El final de temporada de Griezmann fue pésimo y el equipo lo notó. Sin opciones de título y teniéndose que conformar con la cuarta plaza en La Liga.

Clave para la temporada

Hace una semana en el estadio de la Cerámica estuvo prácticamente desaparecido. Muy poca participación en el juego, salvo contadas jugadas. Una de ellas fue la del primer gol donde dio la asistencia a Marcos Llorente después de combinar muy bien con Pablo Barrios. Pero, en términos generales, el partido fue muy gris y discreto.

Griezmann es conocedor de su potencial y calidad. Tiene acostumbrado al aficionado a hacer siempre algo fundamental para el equipo. Diferente. Y ante el Girona comenzó a verse desde el inicio. El gol que marcó está al alcance de muy pocos futbolistas. No cualquiera ejecuta tal disparo fuerte para engañar al portero y colarle el balón por su palo. Primera muesca de la temporada.

Pero la magia continuó en la segunda parte. El francés se gustó y de qué manera. Se sacó un pase de chilena que dejó a Llorente solo de cara a la portería. Otra vez una jugada al alcance de muy pocos jugadores. Cualquier otro hubiera perdido ese balón en el centro del campo. Pero Griezmann sacó petróleo de la nada.

Esa versión de Antoine Griezmann es lo que necesita el Atlético de Madrid para esta temporada. La gran estrella del equipo de Simeone es el 7 colchonero, porque cuando el francés juega bien, los rojiblancos sonríen. Y el próximo mes de mayo quieren ir a Neptuno con una amplia sonrisa.