95 euros o no ves al Real Madrid: cómo el fútbol en España se ha vuelto cada vez menos accesible
El deporte rey aumenta su demanda anualmente. La oferta, que es la que es y no se puede cambiar, conlleva un aumento desorbitado de los precios. El turismo es una de las claves
El balompié siempre ha sido un deporte de tradiciones en España. Partido el domingo a las 17:00 o a las 21:00 horas, bocata envuelto con papel Albal, y paseo de la mano de tu madre o de tu abuelo camino al estadio de tu equipo. La entrada se sacaba yendo a la taquilla y pagando en efectivo. No todo el mundo se podía permitir el abono anual, pero sí sabía que si algún día tenía el antojo, podía afrontarlo sin que su bolsillo quedará vacío. A día de hoy de ese fútbol, por desgracia, queda más bien poco.
El deporte rey ha pasado de ser accesible para todo el mundo a un capricho que pocos que pueden disfrutar. Verlo desde casa es el primer reto. Para esta temporada, el precio mínimo a pagar es de 19'99 euros al mes —si coges el plan anual. Si no, 29'99—. Lo ofrece DAZN, que te da cinco de los 10 partidos de LaLiga y ni siquiera puedes escoger cuáles. Si quieres ver toda la competición, el precio no baja de los 96'90 que oferta Movistar.
Ahora bien, si deseas acudir al estadio, aquí empieza el baile de precios. En Primera División, el abono más barato (hablamos siempre de la categoría adulto) lo ofrece el Villarreal: 235 euros. Le siguen Rayo, Valladolid y Real Sociedad. En contraposición, el abono con el precio mínimo más caro de La Liga es del Real Betis: 570 euros. El Madrid se coloca en segunda posición (533), el Atleti en octava (348) y el Barça, muy influenciado al no estar en el Camp Nou, en el noveno puesto (347).
La media general de la temporada se sitúa en más de 350 euros, 351 en concreto. Con 38 jornadas ligueras y 19 partidos a disputar como local, el encuentro de media le sale al aficionado de Primera División a algo más de 18 euros por partido. Eso sí, si vas a todos. Si no, el precio va aumentando considerablemente.
70 euros por una entrada de visitante
En las entradas está el verdadero negocio. Comencemos analizando los tickets si deseas acudir a una grada visitante. En primer lugar, es necesario resaltar que para optar a estas debes ser abonado del equipo visitante en ese partido. Para esta temporada, 16 de los 20 equipos de La Liga EA Sports acordaron un pacto en el que se enviarán 300 entradas a un precio de 30 euros. No lo firmaron el Villarreal, el Rayo, el Espanyol y el Real Madrid.
Precisamente el club blanco es uno de los que más se aprovecha de la situación. Este domingo, en el Santiago Bernabéu se enfrentan los de Ancelotti contra el Valladolid. De Castilla viajarán unos 600 aficionados pucelanos, no sin antes pasar por caja y abonar 70 euros, es decir, una cuarta parte del precio del abono más barato en la categoría adulta en el Estadio José Zorrilla.
Para la afición local, el precio se divide en dos: socio no abonado y público general. Los primeros tienen un 20% de descuento respecto al precio de los segundos. Es decir, la entrada más barata abierta al público para este partido, de 95 euros, al socio no abonado le cuesta 76. Las más caras, en tribuna: 210 y 168 euros respectivamente.
El caso del FC Barcelona en Montjuic no se queda corto. Es cierto que el Barça, al tener el Camp Nou en obras y mudarse de estadio, ha visto su capacidad reducida al 50%. Para intentar compensar las pérdidas, los precios son muy elevados. Ante el Athletic Club de Bilbao, al que se medirá el próximo sábado, los precios oscilan entre los 119 y los 248 euros.
El tercero en discordia, el Atleti, al menos en este inicio de temporada, ha puesto unos precios más populares. La entrada más barata empieza en los 25 euros (en el Fondo Sur y solo para abonados) y la más cara asciende a los 100. A lo largo de la temporada, los precios suelen subir moderadamente, con aumentos más considerables a partir de que los de Simeone avancen en las diferentes competiciones, en especial en Champions League.
Turismo de foto
Uno de los principales problemas, sino el mayor, es el turismo, en concreto el deportivo. Es habitual la escena en el Camp Nou de cientos de aficionados sacando fotos con sus móviles en lugar de estar disfrutando en el partido. Este fenómeno aún sucede y también se extiende al Bernabéu, cuyo caso responde más a la enorme lista de galácticos con los que cuenta a día de hoy el Real Madrid en la plantilla.
En el fondo todo se engloba bajo la dinámica del mercado. Si la oferta es fija (cada estadio cuenta con un número fijo de asientos) pero las actividades económicas que giran en torno al fútbol crecen y atraen público, la demanda crecerá. Y lo hará de tal forma que la demanda será mucho mayor que la oferta, lo que permitirá que el precio aumente hasta que se aprecie cuál es el límite que el consumidor está dispuesto a pagar.
Es cierto que hay otros países, como Inglaterra, donde la situación es parecida. Un estudio realizado por la Asociación de Aficionados del Fútbol Inglés (FSA) aseguró que el precio de las entradas de la Premier League ha aumentado un 875% en los últimos treinta años. Es importante destacar que existe mucha más demanda y, por tanto, son bastante menos accesibles. Algo que también ocurre en Alemania, cuyos precios son más populares, pero donde también hay cierta dificultad en adquirir una entrada.
El aumento de los precios en el fútbol, tanto por televisión como en el campo, parece no tener fin. La demanda no cesa, pero convertir este deporte en algo accesible solo para unos pocos no ayudará a salvaguardar la esencia de este deporte. Hay que darle una vuelta o si no, el fútbol de antaño morirá definitivamente.
El balompié siempre ha sido un deporte de tradiciones en España. Partido el domingo a las 17:00 o a las 21:00 horas, bocata envuelto con papel Albal, y paseo de la mano de tu madre o de tu abuelo camino al estadio de tu equipo. La entrada se sacaba yendo a la taquilla y pagando en efectivo. No todo el mundo se podía permitir el abono anual, pero sí sabía que si algún día tenía el antojo, podía afrontarlo sin que su bolsillo quedará vacío. A día de hoy de ese fútbol, por desgracia, queda más bien poco.
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