Ademola Lookman y poco más: la Atalanta de Gasperini busca aguar la fiesta al Real Madrid

En esto del fútbol cualquier cosa es posible, y más cuando hay un título en juego. En Estambul, ni el más optimista de los aficionados reds, por mucho You'll Never Walk Alone que valga, podía pensar que tras ir al descanso 0-3 se podían llevar esa final. Y la ganaron. Tampoco la Atalanta, ante el Bayer Leverkusen de Xabi Alonso en la final de la Europa League parecía tener muchas opciones de victoria. El equipo alemán llegó invicto y se marchó de Dublín con un 0-3 y sin la copa. Y el protagonista de esa final fue Ademola Lookman (1997, Reino Unido), la estrella del equipo de Bérgamo que quiere repetir hazaña, reventar todos los pronósticos y dar la gran sorpresa ante el Real Madrid.

El equipo de Carlo Ancelotti inicia hoy la Era Mbappe. El francés se estrena en una convocatoria y apunta a titular en la delantera junto a Vinícius y Rodrygo. El entrenador italiano, salvo cambio de última hora, saldrá con todo a por un nuevo título. En frente, la Atalanta de su amigo Gian Piero Gasperini, que llega al partido con las bajas importantes de Scamacca, Toloi y Zaniolo por lesión y de Koopmeiners, a punto de salir traspasado a la Juventus.

Uno de los pocos argumentos que tendrá el entrenador italiano para sorprender al Real Madrid será Lookman. El extremo inglés, que jugó hasta la categoría sub-21 para la Three Lions, ahora defiende la elástica de Nigeria, su segunda nacionalidad. El pasado mes de febrero, de hecho, perdió la final de la Copa África ante Costa de Marfil (1-2), donde fue titular.

Ademola comenzó su carrera en el Charlton Athletic. Ahí llamó la atención de la Premier League y el Everton le fichó por 8'8 millones de euros. Considerado como una de las mejores promesas del fútbol inglés, su participación en el club de Liverpool no fue la esperada. Sin embargo, el RB Leipzig le dio una segunda oportunidad y adquirió sus derechos por 18 millones. No jugó más de 24 partidos. Luego, encadenó cesiones al Fulham y al Leicester, donde mejoró sus prestaciones, pero no convenció a ninguno de los dos equipos. Y ahí, aparece su último tren.

En Italia relanzó su carrera

La Atalanta pagó al Leipzig nueve millones de euros, la mitad de lo que había invertido el club alemán en él. Y en Bérgamo, cayó de pie y se conviertió en un jugador capital: 15 goles y seis asistencias en 33 partidos en la 22/23; 17 goles y nueve asistencias en 45 encuentros en la 23/24. En esas cifras destaca, como no, su participación en la final de la Europa League.

El equipo de Gasperini completó una gran fase de grupos y se clasificó invicto y como primeros a octavos de final. Ahí, se cargó al Sporting de Portugal; en cuartos, dio la sorpresa y eliminó al Liverpool; en semifinales barrió al Olympique de Marsella; y llegaba la gran final, ante el invicto Leverkusen de Xabi Alonso, donde se convirtió en leyenda eterna de Bérgamo.

El fútbol es fútbol por algo. Aunque el Bayer llegaba al partido sin haber perdido ningún encuentro, sí que había un escenario en el que la Atalanta podía ganar. Aunque, desde luego, nadie podía esperarse que lo hiciera como lo hizo. El baño táctico de Gasperini a Alonso se tradujo en una primera parte de fútbol total que se cerró con un doblete de Lookman. Tras el descanso, los alemanes no reaccionaron y el extremo inglés se encargó de sentenciar la final con un golazo.

Hoy la faena es mucho más difícil que por entonces. En frente, un Real Madrid que no se dejara nada: Courtois; Mendy, Rüdiger, Militao y Carvajal; Camavinga, Valverde y Bellingham; Vinícius, Rodrygo y Mbappé apuntan a ser los once elegidos de Ancelotti. Como los de Gasperini logren esta hazaña, serán recordados durante muchos años como la primera piedra con la que tropezó Mbappé. Y Lookman, seguramente, tenga buena culpa de ello.