La Guardia Civil halla 3 millones a la pareja de Negreira "aparentemente injustificados"

La Guardia Civil ha hallado 3 millones de euros a la actual pareja de José María Enríquez Negreira, una cifra de la que en este momento de la investigación se desconoce su origen, pero que “aparentemente son injustificados por su trabajo y su patrimonio”. Así consta en un extenso informe que el Instituto Armado ha remitido al Juzgado en el que apuntala sus sospechas en torno a la irregularidad de los pagos del Barça al que fuera vicepresidente de los árbitros durante casi dos décadas.

“Ana Paula Rufas López, actual pareja sentimental de José María Enríquez Negreira, en cuentas y productos bancarios de los que es titular, constan unos ingresos desde el año 1992 al 2023, que suman una cantidad cercana a los 3.000.000 euros. Se está en proceso de estudio y análisis en aras a determinar el origen de esos fondos, los cuales, a priori, aparentemente son injustificados por las rentas y rendimientos del trabajo y del capital mobiliario”, dice el informe de 168 folios al que ha tenido acceso El Confidencial.

Enríquez Negreira fue el número dos de los árbitros españoles entre 1993 y 2018. La Guardia Civil cifra en 7,5 los millones que el Barça pagó en el periodo 2001-2018 a las sociedades dirigidas por la familia Negreira. El hallazgo de los 3 millones acumulados por la pareja del exdirigente arbitral cobra relevancia porque las fechas de los pagos del conjunto culé coinciden en gran parte con el periodo de tiempo en el que la mujer acumuló esa fortuna. También porque hasta ahora no se le había hallado grandes cantidades de dinero a Enríquez Negreira o su entorno.

El documento policial considera una “aparente irregularidad” que “una parte considerable de los ingresos recibidos en las cuentas bancarias de las empresas controladas por los Negreira, eran extraídos en efectivo mediante cheques al portador, desconociendo, en estos momentos de la investigación, el destino final de esos fondos”. Añade que José Martínez Alfonso, amigo personal del señor Negreira, “cobraba cheques de importe no superior a 3.000 euros por encargo del ex árbitro, a quien entregaba el importe íntegro, y en alguna ocasión se lo entregaba a Conchi, secretaria de Negreira”.

Tumba las versiones del Barça

La Guardia Civil glosa aquellos extremos que ha podido acreditar, pero también destaca aquellas versiones exculpatorias esgrimidas por el Barça y otros implicados que a su juicio no se sostienen: “No ha quedado acreditado que los pagos efectuados por el Fútbol Club Barcelona a empresas vinculadas a José María Enríquez Negreira y a (su hijo) Javier Enríquez Romero tuvieran como finalidad la realización de unos supuestos ‘asesoramientos’ en materia arbitral”.

Para defender esta afirmación, el informe repasa las declaraciones de los interrogados, entre ellos el ex entrenador del club, Ernesto Valverde. Tal y como ya avanzó en su día en una rueda de prensa, el técnico afirmó a los investigadores que a él nunca le facilitaron informe alguno de este tipo. Añadió que “en todo caso, no le harían falta, ya que, como profesional, conoce a los árbitros y ese tipo de informes no los necesita para preparar los partidos”.

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El histórico delegado de campo del Barça Carlos Naval dijo a la Guardia Civil que esos informes existían, que normalmente él los leía y que los guardaba, quedando a disposición del cuerpo técnico, secretaría técnica o de cualquiera que los necesitase, pero que "no se entregaban al primer entrenador". Se da la circunstancia de que el Barça, además, llegó a tener en nómina a una persona que ya hacía esos trabajos de analizar a los árbitros por el que pagaba a su vez a los Negreira.

Ya había un asesor arbitral

Esa persona era Ricardo Andrés Segura García, encargado de relaciones institucionales y protocolarias y de elaboración de informes de los árbitros. “De su actividad para la que se le contrató por el Fútbol Club Barcelona, se podría decir que haría funciones similares a las que realizó Javier Enríquez Romero, pero percibiendo unas retribuciones muy inferiores a las que recibió el hijo de Negreira. Concretamente, el señor Segura acordó con el Barcelona el salario de 49.000 euros brutos por temporada”, dice el informe.

A pesar de la rueda de prensa en la que el actual presidente del Barça, Joan Laporta, compareció con unos archivadores en los que decía guardar los trabajos de asesoramiento arbitral de los Negreira, la Guardia Civil dice que no se ha acreditado el destino final de esos presuntos “informes arbitrales” confeccionados en el período 2014-2018 por el hijo del exvicepresidente de los árbitros. Tampoco se ha constatado la utilización de los mismos por parte de ningún departamento del club, incluido el cuerpo técnico.

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La Guardia Civil destaca que los pagos “cesaron en el momento (2018) en el que José María Enríquez Negreira fue cesado como vicepresidente del Comité Técnico Arbitral". La tesis de los investigadores es que el Barça pagó para tener trato de favor en el máximo estamento de los árbitros, que depende de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). En ese sentido, el Instituto Armado también desmiente la versión del actual jefe de los árbitros, Medina Cantalejo, y del expresidente de la RFEF, Luis Rubiales. Ambos siempre trataron de restar peso al papel que tenía Negreira en la entidad.

“Este señor (Negreira) ejercía funciones relevantes en el seno del Comité Técnico de Árbitros (CTA) en su cargo de vicepresidente del mismo”, contesta la Guardia Civil. Cita “reuniones semanales o quincenales, puntuación a los árbitros, así como las previsibles consecuencias que esta labor traería consigo a la hora de suponer su ascenso o descenso, así como las reuniones que mantenía con los presidentes de los comités técnicos de árbitros territoriales, Comisión de Disciplina y Méritos”.

“Puede resultar anómalo e incongruente –concluye la Guardia Civil– que el FCB pagara al vicepresidente del CTA para garantizar que las decisiones de dicho estamento fueran neutrales. Tomando como premisa y axioma la neutralidad del Comité Técnico de Árbitros en su gestión y decisiones dentro de su área de responsabilidad, no quedaría justificada una transacción económica con origen en un club que formara parte de la competición deportiva para precisamente garantizar la mencionada neutralidad”.