La intrahistoria del caso Alhama CF, el último incendio provocado en el fútbol femenino español

Como escribe Don Winslow en California fuego y vida, "los incendios provocados tienen tres móviles: la locura, la venganza y el más importante, el dinero". Desgraciadamente, el fútbol femenino español no solo ha heredado todos los vicios que rodean al fútbol masculino, sino que cada dos por tres sufre incendios. Polémicas y escándalos cuyo origen, todo hay que decirlo, está en la Federación Española de Fútbol (RFEF). Ya sea a nivel de clubes, pues sabido es lo que costó sacar adelante la profesionalización de la Liga F, o de Selección, con 15 futbolistas dispuestas a perderse un Mundial, mientras el Consejo Superior de Deportes (CSD) ni se inmuta.

Como, al menos de momento, por dinero no puede ser, según la teoría de Winslow, para explicar los incendios que sufre el fútbol femenino español quedan dos móviles: la locura y la venganza. A esta última apunta lo sucedido en el Alhama CF, el equipo murciano que ha sido noticia después de que El Periódico y Mundo Deportivo informaran de que "sus futbolistas estarían recibiendo insultos, comportamiento inapropiado e, incluso, una foto de contenido sexual a través de WhatsApp a todo el vestuario, incluida una menor, por parte de su entrenador, Randri García, quien ha sido denunciado por presunto acoso y trato vejatorio a sus jugadoras".

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Según siempre las mismas informaciones, este técnico de 43 años, además de fundador del primer club de la Región de Murcia que ha llegado a la máxima categoría del fútbol femenino español justo el año de su profesionalización, "las llama gordas, se mete con ellas por su orientación sexual y las ridiculiza durante las sesiones de entrenamientos y a través de mensajes. Y la gota que colmó el vaso fue la imagen enviada a la plantilla el 27 de marzo, de contenido sexual, aparecían miembros del staff en su vestuario", a la que El Periódico asegura haber tenido acceso.

El hecho de que el padre del entrenador sea Antonio García-Águila, presidente del Alhama CF, y su mujer, Tamara García, la directora deportiva, enredan aún más las cosas, al tiempo que explican que ninguno de ellos quisiera hacer declaraciones al respecto y se remitieran al comunicado que el club publicó en su cuenta de Twitter. En él se aseguraba que "no existe ninguna denuncia", aunque al mismo tiempo confirmaba que "hay una investigación interna sobre los hechos hace varios días y se está siguiendo el protocolo conforme marca el Convenio Colectivo", además de añadir que "si hubiera foto, ya la habrían mostrado". Haberla, hayla, aunque también hay varias versiones sobre su contenido, el origen y los o las destinatarias.

El cruce de comunicados Futpro-AFE

Los citados medios también informaron que "el sindicato Futpro recibió hace unos meses una denuncia de una futbolista que aún forma parte de la plantilla del Alhama CF con acusaciones muy graves contra Randri García. Desde insultos machistas a faltas de respeto a jugadoras homosexuales, así como el mencionado trato vejatorio por parte del técnico". Este martes, desde el propio Futpro confirmaron que tenían conocimiento de la situación, habían informado al respecto al club implicado y estaban trabajando desde hace semanas en el tema.

"Durante las últimas semanas se han presentado diversas denuncias ante Inspección de Trabajo, Federación Española de Fútbol (RFEF) y Consejo Superior de Deportes (CSD), así como otro tipo de procedimientos", explicó este sindicato en un comunicado. "Además, desde nuestra asociación se quiere remarcar que en cuanto se tuvo constancia y pruebas de lo sucedido, se puso en conocimiento del club estos comportamientos a fin de que se active el protocolo del Convenio Colectivo para garantizar la protección de las futbolistas y apartar al entrenador de forma provisional e inmediata", añadió, aunque cabe recordar que el convenio está denunciado y, al paso que van las negociaciones, no está nada claro cuándo va a estar renovado...

Sin embargo, la situación dio un giro cuando, pocos minutos después de las 14:00 horas de la tarde de este martes, la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) lanzó un comunicado, firmado por 17 de las 22 jugadoras que forman la plantilla del Alhama CF, en el que estas aseguraban que "ante las informaciones aparecidas en diferentes medios de comunicación, queremos comunicar que es falso que hayamos denunciado un supuesto comportamiento inapropiado por parte del entrenador. No estamos de acuerdo en acusar al entrenador como un acosador sexual, algo que es de una enorme gravedad".

En este mismo comunicado, las 17 futbolistas del equipo murciano añadían que querían "subrayar que en ningún momento nos hemos sentido acosadas con gestos o hechos que pudieran vulnerar nuestra dignidad e intimidad personal y profesional" y que "si estos hechos se hubieran producido, los habríamos denunciado de inmediato en todas aquellas instancias que fueran necesarias". Por último, apuntaban que "queremos dejar claro que en las últimas jornadas trabajaremos con la misma profesionalidad que hasta ahora para conseguir el objetivo que nos marcamos a principio de temporada".

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Lo cierto es que la versión ofrecida por Futpro choca frontalmente con el comunicado difundido por AFE. Según ha podido saber El Confidencial del entorno de varias futbolistas, las denuncias, al menos las más graves, a Randri García podrían haber partido de una sola jugadora con la que este ha tenido recientemente algunos problemas, de ahí la opción de la venganza como causa de este nuevo incendio provocado en el fútbol femenino español. Por pura lógica, esta sería una de las cinco que no firman el comunicado en el que se niegan las acusaciones, a saber, Andrea Carid, Noelia Gil, Erika Sastre, Nerea Vicente y Lucía Martínez. Si bien, en cualquier caso y aunque lo sucedido en la RFEF con la Selección no sea el mejor ejemplo, es evidente que el caso Alhama no solo debe ser apagado, sino investigado.