No es un siniestro total, pero es desgarrador ver tan mal el nivel del fútbol español

Hace tiempo que se acabó la etapa de las vacas gordas en la Selección. La dolorosa derrota contra Escocia corrobora el déficit de talento competitivo que tiene el fútbol español. Venimos de perder en el Mundial contra Japón y Marruecos con Luis Enrique, y, en el segundo partido de Luis de la Fuente, se produce un naufragio contra Escocia. Estamos en un nivel medio-bajo al que es difícil acostumbrarse y que no solo afecta a la Selección. A nivel de clubes, España se llevó un varapalo con la eliminación en la Champions del Barcelona, Atlético de Madrid y Sevilla en la fase de grupos. Solo pasó y se mantiene vivo el Real Madrid en la élite, y el Sevilla aguanta en la Europa League. En las competiciones europeas han caído también la Real Sociedad, Betis y Villarreal.

Es desgarrador el panorama del fútbol español con el nivel que ha mostrado la Selección en los partidos contra Noruega, sin Haaland, y Escocia. Pese a que Casillas, un referente, dé la cara por Luis de la Fuente con un mensaje en las redes sociales en el que hace un llamamiento a la calma. Iker pide tiempo para el nuevo seleccionador y habla de pasar de la euforia de golear a Noruega, de que ya nadie se acordaba de Luis Enrique y decir que íbamos a ganar la Eurocopa a ver a De la Fuente como una ruina. Es de agradecer que el futbolista que levantó la Copa del Mundo en Sudáfrica apoye a la Selección y combata el catastrofismo. Pero el drama no es perder, sino ver cuál es el nivel del fútbol español a nivel de clubes, los que nutren a la Selección.

Muy mal se tiene que dar para que la Selección no se clasifique para la Eurocopa y reaccione en los partidos contra Georgia y Chipre del mes de septiembre. Pero antes está el de Italia en la Liga de Naciones de junio. De la Fuente tiene tiempo para analizar y reflexionar cómo se puede mejorar una Selección que sufrió contra Noruega y sucumbió contra Escocia. En el debut, tuvo la ventaja de que no estaba Haaland y maquilló el partido con el doblete de Joselu. En Hampden Park se vio una Selección sin solidez ni eficacia.

Es difícil ser optimista

Lo desgarrador es escuchar a De la Fuente decir que es optimista y que la derrota se ha producido por dos accidentes. El primer gol en un resbalón de Pedro Porro y el segundo en la falta de contundencia de Carvajal. En la alta competición, los detalles son los que te hacen marcar las diferencias. No valen las excusas, y el seleccionador se ratifica en que no se mueve ni un centímetro de su idea porque "este es el camino". La realidad es que no se puede ser optimista con los dos primeros partidos de De la Fuente, y no es el único culpable, pese a tener la máxima responsabilidad. España no ha perdido por dos accidentes, sino porque Escocia le superó en competitividad.

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Este es el nivel del fútbol español. En el once de la Selección contra Escocia había solo tres futbolistas que disputan la Champions, y solo dos (Kepa y Rodri) son titulares en el Chelsea y el Manchester City. Ceballos es suplente en el Real Madrid. La masiva rotación, hasta ocho cambios en el equipo titular del partido de Noruega a Escocia, indica que o De la Fuente no tiene las ideas muy claras o que priorizó tener contentos a la gran mayoría de jugadores con el reparto de minutos. Si este es el camino, es fácil imaginar que podemos ir al descalabro.

A España le está costando superar la nostalgia de la Selección de los bajitos, los que practicaban un fútbol coral y ganaban los mejores títulos. Por este largo proceso de renovación ya han pasado Lopetegui, el parche de Hierro, Luis Enrique, el parche de Robert Moreno y ahora toca Luis de la Fuente, que está decidido a activar una revolución con el estilo. Su idea es simplificar el juego con un fútbol más directo y la apuesta por delanteros de área. No es el más vistoso, pero del Mundial aprendimos que era necesario tener otras alternativas a las largas posesiones. Celebramos que De la Fuente sea flexible y España juegue en largo, a meter balones al área, pero nos deprime el bajón del nivel individual y colectivo.

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Esta es la imagen del fútbol español, de clubes y de la Selección. Hace un año estaban compitiendo el Real Madrid, Atlético y Villarreal en las eliminatorias de la Champions y existía la esperanza de que, con Luis Enrique, se llegaría más lejos en el Mundial. El accidente del que habla De la Fuente en Escocia no es un siniestro total, pero confirma la sensación de que el fútbol español sigue perdiendo buena materia prima y entramos en una etapa en la que toca picar piedra, sufrir más que divertirse y rezar para que no haya más accidentes que nos dejen fuera de una Eurocopa o un Mundial.