Bronca de la 'presidenta' del Real Madrid a Toril tras la derrota ante el Barça de las 'amotinadas'

Los gritos que salían del vestuario visitante pudieron escucharse desde el vestíbulo del Estadi Johan Cruyff minutos después del encuentro de la Liga F que enfrentó al FC Barcelona con el Real Madrid. Un penalti de Athenea del Castillo a Salma Paralluelo, transformado en el minuto 78 por la sueca Fridolina Rolfö, permitió a las azulgranas lograr su undécima victoria ante las blancas y elevar a 13 puntos su ventaja —uno más que el equipo masculino—, a falta de siete jornadas para el final de una competición en la que el Barça ha ganado todos sus partidos desde el 1 de junio de 2021, cuando cayó por 4-3 ante el Atlético de Madrid.

El Real Madrid se quedó muy cerca de romper esta racha, mejoró claramente su imagen con respecto a partidos anteriores, pero ello no evitó la acalorada discusión entre Ana Rossell y Alberto Toril, directora deportiva y entrenador del equipo blanco, respectivamente. Según un testigo presencial, Rossell reprochó a Toril decisiones como las suplencias de las internacionales españolas Olga Carmona y la mencionada Athenea del Castillo, los cero minutos de los que dispuso otra como es Teresa Abelleira o hacer una convocatoria de tan solo 20 jugadoras, dejando en casa a las también internacionales Nahikari García y Lucía Rodríguez.

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Kike Marín

Tras el 9-1 encajado cuando el Real Madrid aún jugó como CD Tacón, del que Rossell era presidenta, y los posteriores 4-1 y 5-0, esta vez el equipo blanco vendió cara su derrota en la competición liguera, si bien el FC Barcelona fue claro dominador. Como es lógico, el encuentro estuvo marcado por el conflicto de la Selección española, donde 15 jugadoras siguen amotinadas, entre ellas, las azulgranas Sandra Paños, Patri Guijarro, Mapi León y Aitana Bonmatí, titulares en el denominado nuevo Clásico, a quienes hay que sumar a las lesionadas Claudia Pina y Mariona Caldentey, además de la incógnita de qué harán Irene Paredes, quien también jugó minutos, y Alexia Putellas, en la recta final de su recuperación.

El conflicto de España, muy presente

Por parte del Real Madrid, estuvieron hasta siete futbolistas que sí han estado en las últimas convocatorias del seleccionador, Jorge Vilda, algunas de ellas tras echarse atrás, algo que no les perdonan sus compañeras del Barça. A las titulares Misa Rodríguez, Ivana Andrés, Claudia Zornoza, Maite Oroz y Esther González hay que sumar a las mencionadas Del Castillo y Carmona, que entraron al partido desde el banquillo, y la suplente Abelleira. Faltaron la lesionada Rocío Gálvez, las no convocadas Nahikari García y Lucía Rodríguez, en una extraña decisión de Toril, además de Marta Corredera, de baja por maternidad.

En el partido disputado en el Estadio Alfredo di Stéfano, el ambiente fue muy hostil, con gritos por parte de la afición madridista de "¡no vais al Mundial!", en referencia a las futbolistas del Barça que han rechazado ser convocadas con España, o "¡Vilda quédate!", además de un desagradable rifirrafe que dejó a la guardameta del equipo blanco, Misa Rodríguez, llorando al término del partido. Y no solo por haber encajado cuatro goles, sino porque Bonmatí le negó el saludo. Sin embargo, esta vez no sucedió nada de esto, aunque una imagen de Mapi León con la propia Misa llevó a engaño. La aragonesa fue muy criticada, pero en otras imágenes puede comprobarse que sí abrazó a Misa, lo cual no quita para que las relaciones entre estas y otras internacionales se hayan deteriorado tras lo sucedido.

Estuvo Laporta, pero no Florentino Pérez

En un partido que no fue especialmente brillante, el Estadi Johan Cruyff batió su récord de asistencia, con 5.569 espectadores, entre los que estuvieron Joan Laporta y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, pero no Florentino Pérez. En pleno caso Negreira, el presidente del Real Madrid ya se ausentó el domingo anterior del Clásico disputado en el Camp Nou. De hecho, no solo lo hizo, sino que se encargó de dejarse ver en el palco del Palacio de los Deportes, donde presenció el Real Madrid–Baskonia de la Liga Endesa, que terminó pocos minutos antes y, curiosamente, también con derrota de los blancos.

De esta forma, y en ausencia de otro directivo o la adjunta a la dirección general, Begoña Sanz, la representación del Real Madrid recayó en la mencionada Ana Rossell. Se da la curiosidad de que, a pesar de todo lo sucedido tras destaparse el caso Negreira, Laporta sigue siendo directivo de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), mientras que la presidenta del Madrid no solo fue miembro del Comité de Responsabilidad Social Corporativa de la RFEF, un órgano consultivo constituido en 2019 y misteriosamente disuelto a mediados de 2020, sino que además es vocal del Comité Nacional de Fútbol Femenino de la RFEF.

Cierto es que de este estamento también forma parte el FC Barcelona en la figura de Markel Zubizarreta, así como Yolanda Parga, máxima responsable del arbitraje del fútbol femenino y, como ya contamos en El Confidencial, esposa de Megía Dávila, excolegiado internacional y actual delegado arbitral del Real Madrid, lo cual se antoja un evidente conflicto de intereses que no parece importarles a los Rubiales, Camps y compañía. Como para quejarse del arbitraje, ¿verdad?

Claro que lo más extraño es que el Real Madrid depositara su representación en Barcelona en su directora deportiva, quien, tal y como también informamos en este diario, tiene abierto un expediente de la Agencia Tributaria en su calidad de expresidenta del CD Tacón por el pago irregular del IRPF de las jugadoras extracomuniarias, así como una denuncia por la retirada de grandes cantidades de dinero en efectivo sin justificar cuando la absorción por el club que preside Florentino Pérez ya estaba en marcha.

A diferencia de Ana Rossell, que le reprochó algunas de sus decisiones, Alberto Toril no dudó en culpar de la derrota ante el Barça a la árbitra Olatz Rivera. "En directo, ya había visto que no era penalti y después en las imágenes todo el mundo ha visto que no es penalti", dijo el técnico del Real Madrid, para añadir que "es una acción que al final decide un partido muy igualado y nos vamos un poco tristes por eso. Tenemos que seguir, pero es una acción muy decisiva". Toril no hizo estas declaraciones en la sala de prensa del Estadi Johan Cruyff, donde se negó a presentarse, sino a los medios oficiales de su club.

Al margen de las formas, claramente mejorables y que hablan por sí solas, la pregunta ahora es qué hará el Comité Técnico de Árbitros (CTA) con las declaraciones del entrenador del Real Madrid. Según los expertos consultados, para sancionarle de acuerdo al artículo 106 del Código Disciplinario de la RFEF, tendría que probarse que son "atentatorias contra la integridad y la honestidad de las árbitras". Veremos si el asunto no acaba en manos del director de Integridad y Seguridad de la RFEF, Alfredo Lorenzo, con quien precisamente Ana Rossell guarda una estrecha relación, lo cual cerraría un círculo en cuyo centro se encuentra la figura de Jorge Vilda, el seleccionador que el sábado pudo comprobar cómo el Barça de las amotinadas volvía a imponerse a su Real Madrid.