Introducción al Mundial más polémico de la historia: "Es más barato invertir en el fútbol que en armamento"

Quizás por lo incrustado del calendario, porque hace diez días los clubes aún se estaban jugando la vida —con peor y mejor suerte, según el caso— en competiciones europeas, o porque algún insigne central se dé de baja de esto del fútbol, el Mundial de Qatar asoma ya en el calendario sin que en España apenas hayamos reparado en él. Por la lesión de uno u otro jugador, como mucho.

Un silencio bien aprovechado por La Media Inglesa (LMI) —medio de comunicación nacido de YouTube (350.000 suscriptores) y con 49.000 seguidores en Twitch y que cuenta con una de las voces más reconocidas de DAZN, Nacho González, e Ille Oleart— para aventurarse con un nuevo formato en Qatar: el mundial a sus pies: una miniserie documental de tres capítulos, en uno de los pocos proyectos en habla hispana que repasa los 12 años que sacudieron el ecosistema futbolístico para llevar el Mundial a la arena qatarí y que se estrenará el próximo lunes 14 de noviembre de forma gratuita en sus plataformas.

"Nos ha tocado ponernos serios y tener en un tono más reflexivo que el que estamos habituados en el canal, pero también hemos buscado una narrativa interesante a nivel visual que fuera diferente al típico documental deportivo que parece sacado de fábrica", asegura Juan Corellano, uno de los rostros veteranos del canal y creador del proyecto junto a Íñigo Pérez.

El documental, financiado gracias a las suscripciones de sus fieles en YouTube y Twitch, se ha dividido en tres perspectivas sobre la elección de Qatar: el juego de corrupción que hizo estallar el FIFA Gate, las condiciones de los trabajadores en el país del Golfo y uno de los ejemplos más extremos de hasta dónde puede llegar la opresión del sistema qatarí.

"La realidad es que les sale mucho más barato invertir en el Mundial, o lo que se haya podido gastar en el PSG, que en armamento", reflexiona Corellano, que sitúa al deporte rey como eje central de la "estrategia geopolítica" de Doha a escala regional y global. "Siempre han sido los más inteligentes en este sentido en la región. Todo lo que ellos han probado les ha salido bien y un poco mejor que a sus vecinos", añade, en referencia a Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos.

Y para muestra, el ejemplo del verano de 2017, con Neymar como protagonista. "El mismo año que llega Neymar al PSG, en lo que es el fichaje más caro de la historia, Arabia Saudí impone un bloqueo comercial a Qatar. Meses después, Macron viaja a hablar con Bin Salmán para negociar el fin de este bloqueo. El fútbol es una inversión mucho más efectiva y menos costosa", apunta Juan Corellano.

De esta forma, a base de inversiones en diferentes disciplinas deportivas —el pádel es el último caballo de batalla de Qatar—, el régimen del emir Tamim bin Hamad Al Thani ha alcanzado un estatus global impensable hace 17 años, cuando puso en marcha Qatar Sports Investment (QSI). A través de este fondo de inversión estatal se han bombeado los recursos para convertir al París Saint-Germain en uno de los equipos punteros a nivel europeo, comprar más recientemente el SC Braga portugués o implosionar el circuito mundial de pádel.

"Ha habido mucha gente que ha frivolizado, diciendo que es el entretenimiento del emir, cuando para nada es así. Es curioso porque tienen inversiones en muchos países, en sectores como el farmacéutico, la banca, los medios de comunicación. Sin embargo, eso pasa inadvertido en comparación a cuando un jeque compra un equipo de fútbol, aunque este sea de segunda división. Esa es la importancia del deporte en todo esto".

No obstante, el éxito del emirato acabó llevándose por delante a la cúpula de la FIFA (Joseph Blatter) y de la UEFA (Michel Platini) y destapando uno de los casos de corrupción más importantes del planeta fútbol. Y pese a eso, el nuevo hombre fuerte en FIFA, Gianni Infantino —afincado en Qatar—, ha apadrinado el proyecto desde su desembarco en las oficinas centrales de Zúrich. Porque el poder del dinero no solo fluye hacia las propiedades de los clubes, sino que también se deja notar en todas las capas de la industria, trazando derivadas a una inversión que, aparentemente, era a fondo perdido.

"Tenemos el caso de Nasser Al-Khelaïfi, el presidente del PSG, que es a su vez el presidente de la ECA (la patronal de los clubes europeos), también forma parte de la junta directiva de la UEFA. Y, por otro lado, es uno de los más importantes directivos de la empresa beIN Sports, que tiene varios contratos audiovisuales con la propia UEFA", señala Corellano. Una escalada en los organigramas de poder del fútbol —y de todo el deporte— que se ha labrado durante los últimos 25 años y que culminará cuando el balón eche a rodar el próximo domingo en el estadio Al Khor qatarí.

Sobre la cuestión más polémica, el baile de cifras de trabajadores fallecidos en la construcción de las infraestructuras mundialistas, el creador considera que es casi ya un esfuerzo en vano el numerar los decesos que se han producido en la puesta a punto del país para la cita. "Qatar no va a ser transparente en esto, así que es difícil sacar algo en claro. Nosotros hemos preferido desplazarnos a Nepal y ceder la voz a los protagonistas", apunta el periodista de LMI.

Porque Nepal, al igual que lugares como Bangladesh o India, son los epicentros desde donde se han importado los miles de trabajadores que han hecho realidad el sueño del Mundial en Qatar. Unos trabajadores que han estado sometidos al Sistema Kafala, un intrincado marco laboral que prácticamente ata el destino de estos migrantes al deseo de sus empleadores, en jornadas extenuantes y condiciones de subsistencia deficientes, con el único objetivo de enviar algo dinero a sus países de origen. Y salir con vida, a ser posible.

"La sensación que queda después de estar allí es de una vida llena de precariedad, unas situaciones humanas muy complicadas. Hay veces que Qatar se ha quejado de que ha habido muchos prejuicios con este tema. Y en parte tienen razón, aunque no en el sentido que ellos creen. Esta gente parte de posiciones desesperadas y acaban yendo no solo a Qatar, sino a países como Arabia Saudí o Emiratos, donde son explotados de manera sistemática", desgrana Corellano.

Finalmente, sobre las voces que en las últimas semanas han hablado de boicot o no al Mundial, desde La Media Inglesa han reconocido que ellos tuvieron dudas sobre qué hacer. "Teníamos el debate interno. Al final decidimos cubrirlo, pero tocando todas sus aristas, no solo la parte futbolística. No buscamos aleccionar a nadie, sino dar una herramienta útil y entretenida para entender cómo hemos llegado hasta aquí".