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La roja a Sergio Canales abre la caja de Pandora arbitral: "La tarjeta la busca él y está justificada"
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A SUS 31 AÑOS

La roja a Sergio Canales abre la caja de Pandora arbitral: "La tarjeta la busca él y está justificada"

Recibió la primera expulsión de su carrera en el Cádiz-Betis. Mateu le advirtió de que lo amonestaría de nuevo si hablaba y él le dijo que no le preguntara más por temas personales

Foto: Canales recibió la primera tarjeta roja de toda su carrera. (Reuters/Marcelo del Pozo)
Canales recibió la primera tarjeta roja de toda su carrera. (Reuters/Marcelo del Pozo)

El protagonismo es algo sin lo que algunas personas no son capaces de vivir. Siempre está el típico que agarra el micrófono en el karaoke, el que destaca por su indumentaria o el que monopoliza las conversaciones. En el fútbol, también existen este tipo de personajes, y no solo entre los jugadores. Mateu Lahoz es el mejor representante entre los colegiados. Un árbitro que nunca pasa desapercibido por sus gestos con los jugadores y por su cercanía con ellos.

"Si no puedo hablar, no me preguntes más por temas personales", le espetó Sergio Canales a Mateu. El colegiado le había enseñado la primera roja de su carrera después de ver dos amarillas en cuestión de segundos. La rabia se había apoderado de un tipo sereno como el santanderino, que no comprendió la decisión. De hecho, analizó la situación en su cuenta de Twitter: "Siempre he respetado las actuaciones arbitrales con la máxima educación y en Cádiz no fue una excepción. No tengo nada que reprocharme. Nada (...) Todos me conocéis y sabéis que, si me hubiera equivocado, hubiera pedido perdón al minuto. No es el caso".

"La tarjeta se la busca él y está totalmente justificada. Que el árbitro comente cosas con los jugadores es algo normal", explica el excolegiado Bueno Grimal en conversación con El Confidencial. Según el acta, la segunda amarilla fue por "reiterar sus observaciones a las decisiones arbitrales tras haber sido advertido".

placeholder Mateu Lahoz dialoga con Vinicius y Milla. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Mateu Lahoz dialoga con Vinicius y Milla. (EFE/Rodrigo Jiménez)

Las discrepancias de los jugadores

La protesta es parte del juego, igual que de la paternidad. Uno tiene que aprender que los jugadores van a cuestionar las decisiones del colegiado, tanto como los hijos las de los padres. Así lo resume Bueno Grimal: "Cuando un futbolista se dirige a un árbitro en malos términos, tiene que ser amonestado. No se puede perdonar nunca una tarjeta, porque el colegiado es como un juez. Yo siempre lo he hecho cuando me han protestado. Aquí no somos niños y no estamos en el colegio".

"Mateu Lahoz está muy curtido y es como los buenos toreros: sabe cómo tiene que actuar en función del toro que tenga delante". Protagonista, claro. Para lo bueno y para lo malo. Porque Mateu se hace respetar cuando tiene delante al jugador. Un árbitro que muestra su lado más simpático y más antipático en minutos. O segundos.

"El árbitro se tiene que hacer respetar. El respeto al colegido está, incluso más que antes". Porque el juego, como decía Maradona, es el "arte del engaño". A los amagos de los virgueros se les unían la voluntad de engañar de los tramposos; de los pícaros. "Ahora los jugadores tienen miedo o respeto a engañar, llámalo como quieras, porque está el VAR".

placeholder Canales no entendió la reacción de Mateu. (EFE/José Manuel Vidal)
Canales no entendió la reacción de Mateu. (EFE/José Manuel Vidal)

El corporativismo de los árbitros

El VAR es una herramienta que tiene críticos y defensores. En el caso de los colegiados, nunca se ha escuchado una crítica a la aplicación de la tecnología. "Ojalá yo lo hubiera tenido. Eso sí, hay que saber aprovecharlo. Y los árbitros lo están haciendo, porque los errores están en todos lados".

Los fallos, sin embargo, siguen presentes en el juego. El ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, pero en el fútbol actual se antoja incomprensible. A veces, parece que la tecnología ha generado más debate que el ya existente. ¿No son las manos un ejemplo? "Es que está muy claro cuándo es mano y cuándo no. Siempre es mano, salvo cuando el jugador acaba de caer al suelo".

placeholder Mateu Lahoz revisa una jugada en el VAR en un partido europeo. (Reuters/Vincent West)
Mateu Lahoz revisa una jugada en el VAR en un partido europeo. (Reuters/Vincent West)

¿Un trato desigual?

A raíz de la expulsión de Canales, circuló por las redes sociales un vídeo en el que Luis Suárez protesta a Mateu. Sin embargo, el uruguayo no fue amonestado. "A los jugadores se los valora igual a todos. En el campo, hay un delegado informador que redacta un informe. Si la cosa sale mal, te puedes quedar un mes sin pitar. ¿Sabes lo que es eso?". En números, perder 4.500 euros de extra por partido arbitrado.

"Los jugadores son todos amigos y los árbitros también". Dentro del campo, sin embargo, todo queda fuera. Incluidas las buenas relaciones de los futbolistas con los colegiados. "El árbitro lo único que quiere es que el partido le vaya bien. Luego, cuando coincidimos en los aviones y en los trenes, todo es diferente. Incluso nos tomábamos cervezas juntos". Esto último es difícil de pensar en los tiempos actuales, pero es probable que antes se hiciera. Ahora se desconoce si a los jugadores les gusta hablar de los temas personales con los árbitros.

El protagonismo es algo sin lo que algunas personas no son capaces de vivir. Siempre está el típico que agarra el micrófono en el karaoke, el que destaca por su indumentaria o el que monopoliza las conversaciones. En el fútbol, también existen este tipo de personajes, y no solo entre los jugadores. Mateu Lahoz es el mejor representante entre los colegiados. Un árbitro que nunca pasa desapercibido por sus gestos con los jugadores y por su cercanía con ellos.

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