El ocaso de Alen Halilovic: de ser el 'Messi croata' a disfrutar del fútbol en el anonimato

En los últimos años, el fútbol se ha convertido en una máquina de buscar promesas. Cada vez más, los clubes se lanzan en busca de jóvenes que, en unos años, se puedan convertir en piezas fundamentales de sus equipos. Varios de los casos más sonados de los últimos años son Vinícius, Rodrygo o Fede Valverde, en en el Real Madrid, o los casos de Pedri o Gavi en el Barcelona. Sin embargo, no siempre salen bien y, en algunos casos, pasan de ser considerados promesas al total ostracismo.

Es el caso de Alen Halilovic, un jugador que estaba llamado a marcar una época en el fútbol mundial y que, diez años después de fichar por el Barcelona, disfruta del 'anonimato' en Croacia, donde mantiene un perfil bajo y vuelve a ser feliz con el balón en el humilde HNK Rijeka. Y es que el joven croata llegó a ser calificado como 'el nuevo Messi', pero el salto al fútbol de primer nivel no fue como esperaba y, tras varios golpes duros, decidió volver a casa, donde vuelve a tener continuidad.

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Rubén Rodríguez

La historia de Halilovic es el sueño de todo niño... si no fuera porque el final está más cerca de ser triste que de ser feliz. Y no porque a sus 26 años no siga disfrutando del balón, sino porque no lo hizo al nivel que todo el mundo presagiaba. Cuando solo era un niño y contaba con 16 años, buena parte de los clubes europeos se rifaban a un joven que destaca en el Dinamo de Zagreb y que ya había debutado con la selección croata. Deslumbraba a todos con su facilidad para jugar.

Con gran capacidad para conducir, driblar defensas y alcanzar la portería rival, pronto Halilovic fue considerado como uno de los jóvenes más talentosos del mundo, por lo que el Barcelona no dudó en hacerse con sus servicios por una cantidad ridícula: 5 millones de euros. La idea era que formara parte del filial para, en pocos meses, dar el salto al primer equipo e ir entrando en la dinámica para convertirse en un jugador importante. Pero el paso definitivo nunca llegó.

Sería en la 2014-15 cuando Luis Enrique le hizo debutar en Copa del Rey... pero Halilovic no volvería a jugar ni un solo minuto más. Tanto, que salió cedido al Sporting de Gijón, donde sí tuvo continuidad y disputó 37 partidos, marcando 5 goles y dando 5 asistencias. Pero su crecimiento se frenó en seco: el Barcelona lo vendió solo un año después al Hamburgo y comenzó el declive del jugador, cada vez con menos minutos y menos oportunidades en clubes de primer nivel.

Siete partidos en Hamburgo, 49 en dos cursos en Las Palmas, tres en el AC Milan, 14 en el Standard de Lieja y 20 en el Heerenveen fueron su discreto camino, hasta quedarse sin equipo. Tras varios meses sin club, daría un paso al lado para jugar en la segunda división inglesa, primero en el Birmingham y después en el Reading, donde sumaría escasos 29 partidos entre ambos clubes. Así, a sus 26 años, decidió dejar de ser un trotamundos para volver a su casa.

Sería este verano cuando Halilovic firmó por el HNK Rijeka donde, aunque no es titular indiscutible, juega habitualmente y vuelve a sonreír con el balón. Suma un gol en los primeros siete partidos que ha jugado y, desde una posición más humilde, vuelve a ser feliz lejos de los focos. El niño que estaba llamado a convertirse en el nuevo Messi decidió dar un paso a un costado en busca de su bienestar. Es el lado más gris del fútbol y para el que cualquier jugador debe de estar preparado.