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Dos mentiras y Figo atrapado en un contrato: lo que desvela 'El fichaje del siglo', de Netflix
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HISTORIA DE UN FICHAJE OBLIGADO

Dos mentiras y Figo atrapado en un contrato: lo que desvela 'El fichaje del siglo', de Netflix

Figo nunca quiso irse al Madrid, pero una jugosa comisión hizo que Futre y su agente le presionasen hasta doblegar su voluntad

Foto: Florentino Pérez y Figo, en una imagen de archivo. (Reuters)
Florentino Pérez y Figo, en una imagen de archivo. (Reuters)

Netflix estrena hoy el documental 'El fichaje del siglo', que ahonda en la intrahistoria del pase de Figo del Barcelona al Real Madrid. La película, de casi dos horas, no desvela grandes misterios desconocidos para el público, si bien consigue reunir las versiones a calzón quitado de Guardiola, Figo, Gaspart, Florentino Pérez y Futre. Veintiún años después del fichaje obtenemos la confirmación de que Figo nunca quiso ir al Real Madrid y que fueron las comisiones y una serie de mentiras las que impulsaron al jugador a cometer la traición más recordada del fútbol español.

Guardiola enamorado, Guardiola despechado

Figo y Pep se hicieron amigos íntimos el día que el portugués llegó a Barcelona. Al capitán del Barça le entró por el ojo el portugués, pese a que da a entender en el documental que no conocía su juego: "¿Pero qué carajo habéis fichado?", le dijo al cuerpo técnico durante el primer entrenamiento, cuando descubrió que el nivel de Figo estaba muy por encima del de sus compañeros.

"Figo era esa clase de jugador que se crecía cuando el partido se ponía feo. He conocido a muchos otros grandes jugadores que desaparecen en este tipo de situaciones, pero Luis era completamente lo opuesto: en la dificultad, decía 'dame el balón', y se buscaba sus espacios para cambiar la dinámica del partido", dice Guardiola, entregado al extremo luso.

Ambos compartían habitación en los desplazamientos, salían juntos e incluso hacían acto de presencia en los 'marrones' del otro. Figo ha cedido imágenes de su archivo personal para el documental. En una de ellas, se ve a una de las hijas del portugués celebrando su primer cumpleaños: en la fiesta hay dos compañeros de la plantilla: Rivaldo, que acudió con sus hijos, y un joven Guardiola, que se mantiene al margen bajo un gorrito surfero, tan de moda en los noventa, como si la cosa no fuera con él.

placeholder Guardiola, en la fiesta de la hija de Figo. (Netflix)
Guardiola, en la fiesta de la hija de Figo. (Netflix)

Para Pep, como para el resto de la afición culé, la marcha de Figo fue un 'shock', pero para el capitán fue algo personal. ¿Se mostró Figo descontento durante su última temporada en el Barça?, le preguntan a Guardiola: "No. Yo le preguntaba a menudo y él decía que estaba bien, yo lo veía como siempre".

No parece ser así. El portugués acababa de cerrar su quinta temporada en el Camp Nou, con récord de goles y unos partidos que meses después le valdrían para ganar el Balón de Oro. Figo esperaba que Gaspart oficializase en cifras su nuevo estatus, el de mejor jugador del mundo, pero la oferta no cumplió con sus expectativas. "Cuando tienes el sentimiento de que no reconocen lo que das... que ves que a otros jugadores del club sí les cuidan, pero a ti no... piensas que quizá en otro sitio sí lo hagan", dice Figo en el documental.

"Yo le pedí que se quedase, que aquí sería un jugador único e irrepetible. Le encantaba Barcelona y decía que se quería quedar... yo no tenía por qué dudar de él, porque era un tipo inteligente y tenía las cosas claras", lamenta Guardiola, al que se le quebró la voz ante la prensa cuando supo de su marcha.

Un nuevo Florentino

Florentino Pérez alcanzó la presidencia del Real Madrid en 2000. Cinco años antes había perdido por muy poco las elecciones contra Ramón Mendoza, en una campaña en la que se le acusó de no sacar los dientes en un estanque de pirañas. "Florentino tenía mandíbula de cristal en un mundo en el que cualquiera llevaba una ametralladora de tambor bajo la gabardina", dice José Ramón de la Morena en el documental. "Me decía que en el mundo de la empresa y tal... pero no, esto no es el mundo de la empresa".

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Pocos vieron la Thompson bajo el abrigo de Pérez, que ya en 1995 maniobró en las sombras para tumbar la candidatura de Santiago Gómez Pintado, a quien consideraba un submarino de Ramón Mendoza. Entre otras artimañas, Pérez estuvo a punto de dejar sin avalista a Gómez Pintado y aparcó un enorme caminón de áridos frente a la caseta de su rival para que los socios no fuesen capaces de localizarla.

En 2000, Pérez mostró un perfil mucho más 'killer' en público, criticando el éxito del club. "El Real Madrid puede ganar con minúsculas o con mayúsculas. Yo estoy acostumbrado a ver al Madrid ganar con mayúsculas y es lo que quiero traer al Bernabéu", dijo en su primera entrevista en Telemadrid. El equipo acababa de ganar la octava Champions goleando al Valencia en la final, la segunda en tres años después de tres décadas de sequía.

placeholder Florentino Pérez, durante la campaña al Real Madrid en 2000. (Telemadrid)
Florentino Pérez, durante la campaña al Real Madrid en 2000. (Telemadrid)

Pérez sospechaba que con las palabras no le bastaría, de modo que una noche hizo comparecer de urgencia en la sede de ACS a Paulo Futre. El futuro presidente del Madrid sabía que Futre había sido el gran ídolo de Figo e intentó desbloquear su fichaje por la parte emocional. No obstante, Futre no era agente ni tenía una relación estrecha con Figo, de modo que llamó a su agente José Veiga en presencia de Pérez: "Veiga me colgó el teléfono. Me dijo que era imposible y que cómo le llamaba por la noche para decirle que un candidato a presidente... estaba enfadado. Me quedé con el móvil en la oreja, haciendo que hablaba con él, cuando la llamada estaba terminada minutos antes", dice Futre en el documental.

Aquella noche del junio de 2000, Pérez sacó toda la artillería: diseñó el mayor fichaje de la historia del fútbol, con la mayor comisión para un agente nunca antes registrada, y ofreció al jugador cuatro veces más de lo que cobraba en el Barcelona.

La mentira de Futre

Futre siempre se distinguió por su velocidad sobre el césped, pero en la moqueta tampoco era lento. Cuando la operación estaba muerta, Futre agarró el balón, lo subió por la banda y le puso un centro al pie de Veiga, que solo tuvo que empujarla: "Mientras hablaba con el móvil apagado, pensaba que si Florentino era capaz de pagar 72 millones al contado por Figo, podría gastar algo más, así que le pedí 10 millones de comisión para Veiga. Él me dijo que como mucho seis", dice el ex del Atlético de Madrid, que estos días se recupera de un accidente cardiovascular.

Nada más salir de ACS, Futre volvió a llamar a Veiga: "No me cuelgues, por favor. Escucha: es una oportunidad única, tenemos seis millones de euros esperándonos de comisión", le dijo al agente, que cambió de súbito su forma de pensar. "Aquello fue lo que desbloqueó la operación, a partir de ahí ya no se dijo más que el fichaje era imposible".

El órdago de Gaspart

Mientras Figo hacía una Eurocopa soberbia, dejando a su selección a un paso de la final y siendo nombrado en el mejor XI del torneo, Veiga citó a Gaspart con un ultimátum. Le dijo que Figo quería seguir en Barcelona, pero que era necesario que le mejorasen las condiciones. "Figo y Veiga venían continuamente a pedir aumentos, algo que por otra parte es normal en el mundo del fútbol", confiesa Gaspart 20 años después.

El presidente, que estaba también a las puertas de unas elecciones, creyó que era un farol de los portugueses: "Me dijo que era todo mentira, que le estábamos intentando extorsionar. Que nadie en el mundo del fútbol tenía 72 millones de euros para pagar la cláusula de Figo y que, si le traía el cheque, él mismo nos pagaría unos billetes de avión en primera para salir de Barcelona", recuerda Veiga.

El triple de espaldas de De la Morena

A De la Morena, por entonces líder de audiencia en la radio nocturna, le llegó el rumor de que Figo y Pérez lo tenían hecho. Y decidió airearlo en plena boda de Míchel Salgado con la hija de Lorenzo Sanz. De la Morena entró en directo en el informativo de las 20:00 de la SER y dijo que, si el fichaje no se llevaba a cabo, Pérez pagaría los abonos de todos los socios de su bolsillo.

"Esto último me lo inventé por completo", reconoce el periodista en el documental. "Luego me llamó Florentino diciendo que cómo me había inventado eso, que era una putada tremenda, al tiempo que Sanz me enganchó en la boda y me dijo que me habían engañado y que había hecho un ridículo tremendo", afirma De la Morena.

Un triple de espaldas de De la Morena que entró limpio y, a partir de ese momento, todos los medios se subieron al culebrón de Figo. Días después, Pérez asumió el compromiso de De la Morena y se comprometió a pagar todos los abonos si Figo no llegaba al Bernabéu. Lorenzo Sanz se puso tan nervioso con la noticia que envió un VHS a todos los socios del club con cortes de Figo cantando "blancos, llorones, saludad a los campeones".

placeholder Figo, en su presentación con el Real Madrid. (Cordon Press)
Figo, en su presentación con el Real Madrid. (Cordon Press)

El precontrato de marras

Veiga y Florentino Pérez firmaron un acuerdo por el cual el candidato, en caso de ganar las elecciones, se comprometía a pagar la cláusula de Figo. El contrato también tenía una cláusula final por la cual el jugador debía pagar 30 millones de euros al Real Madrid en caso de no querer incorporarse al equipo blanco. Figo sostiene que nunca supo del contenido de ese precontrato, máxima que niega su agente: "Le leí el contrato íntegro por teléfono, frente de Florentino Pérez, y le pregunté si firmaba en su nombre. 'Firma', me dijo".

La cuestión es que Figo no quería irse del Barcelona. Cuando Pérez ganó las elecciones, el futbolista se marchó de vacaciones a Cerdeña y apagó el teléfono. Tuvieron que presentarse allí Veiga y Futre, preocupados no solo por su comisión, sino porque eran los principales candidatos a pagar la indemnización al Real Madrid en el caso de que Figo se cerrase en banda.

Figo nunca quiso fichar por el Real Madrid, se nota incluso en su tristeza durante la presentación

"No había otra solución que ir al Madrid o pagar el dineral. Al final le dijimos: 'Mira, hagamos esto. Vamos a Lisboa, nos reunimos con Pérez, le pides perdón y que nos exonere del contrato", dice Futre. Allí, según la versión de Futre, Florentino casi convenció a Figo de fichar por el Madrid, diciéndole que sería el centro de una galaxia de estrellas que tenía en la cabeza. "Pero llamó a su mujer, la escuchó y, al colgar, dijo: 'Lo siento, no puedo ir al Madrid'".

Gaspart dice, de hecho siempre lo ha defendido, que Figo le llamó la noche que ganó las elecciones para decirle que tenía dos billetes, uno a Madrid y otro a Barcelona, y que era decisión suya cuál de ellos utilizaba. "Me pidió un aval de 500 millones para esa misma noche si quería que volviese a Barcelona. Y le dije que se marchase, que era imposible", dice el ex presidente. Figo niega por completo el episodio: "Es mentira. Mentira".

Figo nunca quiso fichar por el Real Madrid, como se pudo percibir en su cara de circunstancias durante la presentación del Bernabéu, pese a que allí ganó el Balón de Oro, la Champions League y una Copa Intercontinental. Por su parte, Veiga y Futre se repartieron cuatro millones de euros como gratificación al trabajo de zapa realizado. Y Gaspart tuvo que dimitir tres años después en lo que se considera la peor presidencia de la historia del Barcelona. El resto es historia conocida.

Netflix estrena hoy el documental 'El fichaje del siglo', que ahonda en la intrahistoria del pase de Figo del Barcelona al Real Madrid. La película, de casi dos horas, no desvela grandes misterios desconocidos para el público, si bien consigue reunir las versiones a calzón quitado de Guardiola, Figo, Gaspart, Florentino Pérez y Futre. Veintiún años después del fichaje obtenemos la confirmación de que Figo nunca quiso ir al Real Madrid y que fueron las comisiones y una serie de mentiras las que impulsaron al jugador a cometer la traición más recordada del fútbol español.

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