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El Barça de Xavi y sus palancas se estrellan en un pobre debut contra el Rayo Vallecano (0-0)
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Decepcionante primer día

El Barça de Xavi y sus palancas se estrellan en un pobre debut contra el Rayo Vallecano (0-0)

El conjunto azulgrana, con Lewandowsi, Dembélé y Raphinha en la delantera, no pudo pasar del empate en un encuentro donde le faltó pegada y paciencia para ganar los tres puntos

Foto: Lewandowski se duele tras fallar una ocasión clara de gol. (Reuters/Albert Gea)
Lewandowski se duele tras fallar una ocasión clara de gol. (Reuters/Albert Gea)

Más de 150 millones gastados y cinco fichajes después en un verano de infarto, las expectativas estaban por todo lo alto en el Camp Nou. Con un lleno prácticamente absoluto en las gradas del desvencijado estadio azulgrana, el FC Barcelona de Xavi Hernández contó desde el inicio con tres de sus nuevas incorporaciones (Andreas Christensen, Raphinha y Robert Lewandowski)... para estrellarse con un Rayo Vallecano de Andoni Iraola que le tiene tomada la medida y que no conoce la derrota en LaLiga contra el club catalán en tres partidos. Con más precipitación y ansiedad que efectividad y precisión, el equipo azulgrana buscó sacar ventaja de sus dos extremos titulares, pero ni el recién llegado Raphinha ni Ousmane Dembélé atinaron frente a sus defensores. Lewandowski también tuvo la pólvora mojada y ni la entrada de Aubameyang al final solucionó la papeleta. El Rayo Vallecano, blindado por dentro, calmó el brío inicial culé y los locales se desinflaron poco a poco hasta desesperarse.

Pidió Raphinha un penalti inexistente tras una acción peligrosa en la banda y el árbitro anuló un gol en fuera de juego de Lewandowski. La ansiedad de la grada se extrapoló al césped, con los jugadores saltándose el centro del campo, donde Pedri y Gavi pasaron desapercibidos. Con Óscar Trejo y Sergio Camello sobre Eric García y Andreas Christensen e Isi Palazón y Pathé Ciss compensando los huecos que se abrían en zonas interiores. Camello se quedó cerca de aprovechar un grave error de Jordi Alba, pero su pase atrás se marchó desviado. El atasco en ataque era tal que Xavi Hernández mandó cambiar de banda a los extremos culés. Dembélé asistió a Raphinha cuando el brasileño aterrizó en la frontal, pero su disparo se marchó alto.

placeholder El polaco se quedó sin pólvora. (EFE/Andreu Dalmau)
El polaco se quedó sin pólvora. (EFE/Andreu Dalmau)

Los problemas en la zona de creación y la falta de creatividad en el último tercio del campo obligaron al Barça a probar fortuna desde fuera del área de nuevo. Pedri estuvo cerca de abrir la lata y Lewandowski, marcado muy de cerca por Catena, bajaba a recibir para intervenir de vez en cuando. Al filo de la primera parte, el Rayo Vallecano tendría la ocasión más clara cuando Álvaro García dejó sentado a Ronald Araújo y solo una intervención extraordinaria de Marc-André ter Stegen evitó el primer gol de la noche y la decepción del Camp Nou.

Mucho vértigo y poca dinamita

La segunda parte empezó como la primera. Demasiada verticalidad y poca pausa en un equipo que aún debe decidir si le beneficia un ritmo más alto a cambio de disponer de más oportunidades y ser más vulnerable. El primer susto se lo llevaría otra vez el Barça. Mala salida de balón del Barça, Busquets se duerme y el Rayo Vallecano que monta un contragolpe en pocos toques para terminar en Camello. El delantero cedido por el Atlético de Madrid despistó a un blando Eric García y solo la presencia de Ter Stegen y Christensen evitó el 0-1.

En el minuto 60 de la segunda parte, Xavi Hernández trataría de revolucionar el encuentro. Se marcharon Gavi, Christensen y Raphinha por Ansu Fati, De Jong y Sergi Roberto. Iraola, más contento con el desempeño de su equipo, introdujo a Valentín por Unai y Falcao por Camello. Los catalanes, espoleados por el reloj, empujaron a los vallecanos hacia su área. Cayó Frenkie de Jong en el área, pero no hubo nada punible. Como en el primer tiempo, el Barça hacía más daño con espacios al contragolpe que juntándose en la frontal. Ansu Fati disparó con el interior del pie para que Dimitrievski se luciera. Busquets le obligaría otra vez desde la frontal.

placeholder Álvaro García acarició el gol. (EFE/Andreu Dalmau)
Álvaro García acarició el gol. (EFE/Andreu Dalmau)

El Rayo Vallecano era un muro en espacios interiores y al Barça le faltaba inventiva. Con el público azulgrana pitando al conjunto rayista, Xavi sacó a Kessié por Pedri. Un partido gris del canario al que la temporada pasada se le hizo muy larga por disputar tantos partidos. El Barça apretó mientras Aubameyang calentaba en la banda. Después de una ocasión muy clara de Lewandowski, Xavi sacó a Jordi Alba por el delantero gabonés.

Fue salir y casi besar el Santo. Catena impidió el gol del recién entrado con un despeje providencial bajo palos. Después de un gol anulado al Barça por fuera de juego, Busquets soltó un codazo a Falcao en el descuento que le valió la segunda amarilla y la expulsión en una semana donde mantuvo conversaciones con el club para bajarse el sueldo y se rompieron en el último momento. Pudo llevarse los tres puntos el Rayo Vallecano en el descuento, pero Radamel Falcao estaba en posición de fuera de juego. Con uno menos, el Barça se dio por vencido y cedió el empate en el Camp Nou.

Más de 150 millones gastados y cinco fichajes después en un verano de infarto, las expectativas estaban por todo lo alto en el Camp Nou. Con un lleno prácticamente absoluto en las gradas del desvencijado estadio azulgrana, el FC Barcelona de Xavi Hernández contó desde el inicio con tres de sus nuevas incorporaciones (Andreas Christensen, Raphinha y Robert Lewandowski)... para estrellarse con un Rayo Vallecano de Andoni Iraola que le tiene tomada la medida y que no conoce la derrota en LaLiga contra el club catalán en tres partidos. Con más precipitación y ansiedad que efectividad y precisión, el equipo azulgrana buscó sacar ventaja de sus dos extremos titulares, pero ni el recién llegado Raphinha ni Ousmane Dembélé atinaron frente a sus defensores. Lewandowski también tuvo la pólvora mojada y ni la entrada de Aubameyang al final solucionó la papeleta. El Rayo Vallecano, blindado por dentro, calmó el brío inicial culé y los locales se desinflaron poco a poco hasta desesperarse.

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