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La España de Luis Enrique desafina en defensa y no siempre es culpa de Eric García
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los desajustes del sistema

La España de Luis Enrique desafina en defensa y no siempre es culpa de Eric García

La fase defensiva de la Selección española sigue en obras y da igual quien juegue porque en todos los partidos muestra ser vulnerable y sufre más con los equipos de menor nivel

Foto: Eric García durante el partido entre España y la República Checa. (Reuters/David W. Cemy)
Eric García durante el partido entre España y la República Checa. (Reuters/David W. Cemy)

Luis Enrique no da con la tecla para construir un equipo sólido. La Selección española sigue en obras atrás, es frágil e insegura. Pero el seleccionador nos machaca en cada rueda de prensa con lecciones tácticas sobre cómo tiene que ser una buena defensa. El delantero tiene que ser el primero que presiona, le tienen que seguir los medios, todos coordinados, concentrados, anticipándose y contundentes. Con la línea defensiva adelantada en el partido contra la República Checa, España recibió un gol a los cinco minutos. La presión hizo aguas. Carvajal rompió el fuera de juego y se desmoronó el compromiso colectivo en defensa. En el segundo gol, el que se queda enganchado es Eric García. Así de sencillo se desmorona el plan defensivo de Luis Enrique.

Un balón a la espalda de los centrales hace saltar por los aires el bloque. No puede ser que, con tan poco, el rival consiga llevar tanto peligro a Unai Simón. No es normal que Luis Enrique, a estas alturas de su carrera y con los años que lleva ya en el banquillo de la Selección (en dos etapas), tenga un equipo tan inconsistente. España es una selección que desafina en defensa, está verde y da igual quien juegue. No siempre puede ser culpa de Eric García, al que el seleccionador le tiene una confianza ilimitada porque considera que tiene buena salida del balón. El central del Barcelona está en el punto de mira por las dificultades que tiene para ocupar los enormes espacios que hay entre las líneas. No es un central top, pero tampoco puede ser tan malo un jugador que ha pasado por el City de Guardiola y que está en el Barcelona de Xavi. Algo tiene que tener para que le convoque Luis Enrique.

placeholder Luis Enrique da instrucciones durante el partido contra la República Checa.
Luis Enrique da instrucciones durante el partido contra la República Checa.

Lo recomendable sería plantearse si España necesita jugar más arropada para ser consistente. También si es un equipo que necesita defensas más experimentados y con más jerarquía. Pero el que elige es Luis Enrique y, si el seleccionador confía en Eric García, Diego Llorente, Pau Torres, Íñigo Martínez y Laporte, deberá ajustar mejor el sistema. El mérito de los entrenadores es que luzcan las virtudes de sus futbolistas y se vean lo mínimo los defectos. Lo que sucede en la España de Luis Enrique es todo lo contrario. Se ven demasiados los defectos de los defensas y muy poco las virtudes. España es una selección vulnerable.

Los desajustes

Luis Enrique tiene la frustración de no conseguir hacer un bloque defensivo solvente. "Soy el primero que tiene que mejorar", dice el asturiano. Pues lleva un tiempo largo para que se noten los progresos y se pueda estar un poco más tranquilo cuando enfrente hay, sobre todo, un rival de un nivel menor. Llama la atención que España sufra contra equipos que se encierran y esté más cómoda contra los poderosos. La España de Luis Enrique ha ganado a Inglaterra en Wembley, goleó a Alemania en La Cartuja y ganó a Italia en San Siro en la semifinal de la Liga de Naciones. A la campeona de Europa. En la final contra Francia la echó un gol dudoso de Mbappé. Esto de ganar a las grandes es una buena noticia, pero lo que sucede contra rivales como la República Checa produce un bajonazo y nos pone los pies en la tierra.

Foto: Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA. (EFE/Christian Bruna)

Las consecuencias son que España sigue en obras y Luis Enrique, que es un entrenador experimentado, competitivo y un líder, sigue teniendo la fase defensiva en construcción. La ofensiva, con los problemas que genera tener enfrente un equipo que no deja espacios, es hasta normal que cueste hacer gol. La reacción contra la República Checa para empatar el partido con el cabezazo de Íñigo Martínez es una buena noticia. Igual que la raza que le pone Gavi. España tiene gol. Lo que le sucede es que defiende mal y los desajustes confirman que es un equipo tierno. Blando. En la Eurocopa también se comprobó cuando falló Laporte.

"Tenemos que saber leer mejor este tipo de situaciones. Para mí en estos partidos no hay que encajar. Con poco nos hacen mucho", dijo Rodri, en Teledeporte, tras el empate contra la República Checa. Lo dice un jugador que tiene trabajados los automatismos del Manchester City, un equipo que tiene muchas semejanzas con lo que propone Luis Enrique en la Selección. Esto es un indicativo de que España no está bien trabajada en defensa, como sucedió contra Portugal, y que los errores, de desajustes, orden y atención, se repiten con frecuencia.

Llamó la atención ver a Luis Enrique, en la primera parte, con el gol en contra y los problemas para dar profundidad al juego y finalizar las jugadas, con un papel en la mano dando instrucciones a un grupo de jugadores. Entre ellos estaba Carvajal. Después, tras el partido, Luis Enrique dijo que este tipo de problemas se solucionan con jugadores que tengan desborde en el uno contra uno. Hace un tiempo confió en Adama Traoré y ya no le ha vuelto a llamar. Lo de Iago Aspas es un caso perdido. Pero no es tanto el problema ofensivo, que todavía está a la espera de que se incorpore Ansu Fati, como sí el de una fragilidad defensiva y una falta de automatismos en un equipo que debería ser más rocoso.

Luis Enrique no da con la tecla para construir un equipo sólido. La Selección española sigue en obras atrás, es frágil e insegura. Pero el seleccionador nos machaca en cada rueda de prensa con lecciones tácticas sobre cómo tiene que ser una buena defensa. El delantero tiene que ser el primero que presiona, le tienen que seguir los medios, todos coordinados, concentrados, anticipándose y contundentes. Con la línea defensiva adelantada en el partido contra la República Checa, España recibió un gol a los cinco minutos. La presión hizo aguas. Carvajal rompió el fuera de juego y se desmoronó el compromiso colectivo en defensa. En el segundo gol, el que se queda enganchado es Eric García. Así de sencillo se desmorona el plan defensivo de Luis Enrique.

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