Una gris España empata con Portugal: Gavi lo único destacable de un partido soso (1-1)

España empieza con un pinchazo la tercera edición de la Liga de Naciones. Empata con Portugal sin brillo, sin las señas de identidad que propone Luis Enrique y sin Cristiano Ronaldo en la primera hora del encuentro. Un día gris. A estas alturas de la temporada no se puede exigir a los jugadores que estén frescos. Llegan fatigados y por delante quedan otros tres partidos de esta competición que se inventó la UEFA. No tiene un gran tirón. El Benito Villamarín no se llenó para ver un partido oficial entre dos selecciones que estarán en el Mundial de Qatar. Portugal se metió en la repesca.

No se vio la mejor versión de España. No aprovechó el tiempo que Portugal jugó sin Cristiano Ronaldo. De lo poco destacable es la agresividad con la que juega Gavi. El mejor del equipo. Lo peor, de nuevo, la inseguridad atrás que costó el gol del empate. Es el talón de Aquiles de la Selección. La defensa es frágil y si los de arriba no están inspirados y acertados con el remate, el equipo torna a vulgar. Para competir con los mejores, España necesita ser más sólida, dominadora, darle una alta velocidad al juego y contundente en las áreas. En muchas fases del partido fue un equipo pasivo, lento y sin capacidad de sorpresa ni pegada. Morata marcó el gol, pero falló otro claro.

El brío con el que juega Gavi es asombroso. Es un menor de edad (17 años) y conviene recordarlo. Entre sus defectos no está la timidez. El futbolista del Barcelona, del que dicen que juega mejor con Luis Enrique en la Selección que con Xavi en su equipo, es un agitador. La jugada del contraataque que lanza y finaliza Morata es la demostración de la energía y personalidad con la que juega los partidos. Gavi cogió la pelota y aceleró, con esa imagen tan peculiar de llevar los cordones de las botas desatadas y la lengua fuera. Cuando entra en modo explosivo parece que va de cacería. Conectó con Sarabia. Acompañó la acción Morata y el delantero definió ante la salida de Diogo Costa. El portero de Portugal no pudo hacer nada.

Gavi, agresivo

Estaba el partido, hasta la acción de Gavi en el minuto 25, soso y aburrido. Lo animó el niño de España. Gavi es el futbolista que tiene encandilado a Luis Enrique y al que el seleccionador le hemos escuchado lanzar elogios. Le dio la oportunidad de ser el debutante más joven con España con 17 años y 62 días. La primera convocatoria provocó polémica. Gavi llevaba dos ratos en el Barcelona de Koeman. Pero a Luis Enrique le llamó la atención su fuerza física, la valentía y el arrojo con el que va a la pelota para recuperarla y lo claro que lo tiene para atacar. Es agresivo. "Es totalmente anormal lo que hace. Juega como en el patio de su casa", dijo Luis Enrique de él tras la victoria de España contra Italia en la semifinal de la Liga de Naciones. Ese día, Gavi fue una pesadilla para Verratti y Jorginho.

La personalidad y la agresividad con la que juega es fundamental para Luis Enrique. El partido de España era plano, no tenía el control, le faltaba amenaza y no generaba ocasiones. No funcionaba el juego por las bandas con Ferran Torres y Sarabia, ni tampoco llegaba Jordi Alba para sorprender desde atrás. España estaba incómoda y Portugal, con Cristiano Ronaldo en el banquillo, igualaba la posesión. No sucedía nada en las áreas. Portugal llegó en la primera parte con un disparo de Leao y otro de André Silva. De la espesura, del juego lento y previsible la sacó la acción del enérgico Gavi. Se animó España y Carlos Soler tuvo la opción, en un doble remate, de marcar el segundo tanto. Lo detuvo Diogo Costa.

En la segunda parte se vio lo peor de una España cansada, sin chispa y frágil. Portugal arrancó fuerte. Desperdició una gran ocasión para empatar en una jugada directa llevada por André Silva. Conectó con Rafael Leao, amagó y su disparo fue desviado por Unai Simón. Los portugueses empezaban a controlar y amenazar a una dubitativa España. Llegaron los cambios en el minuto 60. Salió Cristiano Ronaldo. El peligro ya estaba en el campo. También entró Guedes. Luis Enrique metió a Dani Olmo y Koke por Carlos Soler y Ferran Torres. Cogió más vértigo el juego y la primera acción de peligro fue para España. Morata, en un desmarque, no estuvo acertado levantando el balón en la salida del portero. Es de las que no se pueden perdonar.

El partido estaba más abierto. España decidió desgastar a Portugal con la pelota y los gritos de 'olé' de los aficionados del Benito Villamarín acompañaban las largas posesiones. El juego de España no mejoró en profundidad ni acierto rematador. Jordi Alba tuvo un cabezazo claro para marcar el segundo en el minuto 86. Perdonó. Era un equipo, de nuevo, plano y con pocas ideas. Portugal aprovechó la lentitud y en un error defensivo empató con un remate, solo, de Ricardo Horta. Ya no estaba Gavi en el campo. Luis Enrique tiene que volver a sacar el libro y activar el juego de ritmo, velocidad y control de España.