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Del 'Luis, sé fuerte' de sus árbitros, a los cánticos de corrupción en La Cartuja
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SIN PITOS AL REY, RUBIALES ACAPARA LA BRONCA

Del 'Luis, sé fuerte' de sus árbitros, a los cánticos de corrupción en La Cartuja

Con el único respaldo del estamento que depende de él, las aficiones de Betis y Valencia corearon "¡corrupción en la Federación!", para claro descrédito del presidente de la RFEF

Foto: Rubiales, junto al Rey, en el Estadio de La Cartuja. (Reuters/Jon Nazca)
Rubiales, junto al Rey, en el Estadio de La Cartuja. (Reuters/Jon Nazca)

En una final de Copa en la que por primera vez en muchos años el Rey no iba a ser silbado, Felipe VI fue testigo de cómo todo el Estadio La Cartuja coreaba al unísono el cántico de "¡corrupción en la Federación!", en alusión a su compañero de palco, Luis Rubiales, y para incomodidad del ministro Miquel Iceta y su secretario de Estado, José Manuel Franco. Y es que no fueron una, sino las dos aficiones de esos 'otros' equipos que, como diría Piqué, son el Betis y el Valencia, las que escenificaron la indignación del fútbol español con todo lo desvelado esta semana en El Confidencial, muchas de ellas anteriormente contadas, y ahora todas confirmadas.

En su intervención justo antes del partido, el presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) no solo contó con la complicidad del entrevistador, "señor Rubiales, usted ya ha dado las suficientes explicaciones", sino también de la brevedad, pues cuando empezó a contar la cantidad de mensajes de apoyo que había recibido y que no había tenido tiempo de contestar todos, cortaron la emisión. A la 'durísima' pregunta de cómo estaba, Rubi dijo "estoy bien, estoy tranquilo", para volver con la cantinela de "que le roben el móvil a una persona, no se lo deseo a nadie, ni a mi peor enemigo". Como si lo importante fuera el continente y no el contenido.

Foto: Imagen: EC Diseño.

Aunque su cara lo decía todo, cómo verán de negro el panorama en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, que la víspera de la final no tuvieron ningún reparo en utilizar a los árbitros que iban a pitar la final de Sevilla para que hicieran algo que nadie ha hecho, como es defender a un presidente sin argumentos tras la publicación en El Confidencial de unos audios y correos que le comprometen tanto que, si no fuera porque precisamente es su medio de vida, le habrían llevado a dimitir. A la espera de que el Consejo Superior de Deportes (CSD) encuentre un motivo para inhabilitarle, el todavía presidente ya lo ha quedado, social o mediáticamente hablando.

"Trabaja por y para el fútbol"

"Trabaja por y para el fútbol", fue el titular que dejaron el árbitro del Betis-Valencia, Hernández Hernández, y De Burgos Bengoetxea, encargado del VAR, durante la rueda de prensa en la que, como no podía ser de otra forma, también defendieron su honorabilidad e independencia, aunque lo segundo no pueda ser verdad, pues son el estamento más dependiente de Rubiales. "Pongo la mano en el fuego por mi colectivo. Siempre hemos tenido libertad total para trabajar", aseguró el canario. "Nos duele cuando recibimos críticas, porque somos humanos. Nos molestan los comentarios que van a hacer daño. Falta educación deportiva", criticó el vasco.

placeholder Miquel Iceta, ministro de Cultura y Deporte, saluda al Rey a su llegada a La Cartuja. (EFE/RFEF)
Miquel Iceta, ministro de Cultura y Deporte, saluda al Rey a su llegada a La Cartuja. (EFE/RFEF)

A una pregunta directa sobre los audios en los que Rubiales y Piqué hablan del VAR, Hernández Hernández se limitó a comentar que "es un tema delicado", para añadir que "poner en duda la honorabilidad, la objetividad y transparencia del colectivo nos hace daño a nosotros y a todos y quien tenía que dar explicaciones lo ha hecho, que es nuestro presidente". Por su parte, De Burgos Bengoetxea dijo que "no" iba a "valorar el tema de los audios", aunque a renglón seguido añadió que "el presidente siempre ha estado al lado del estamento arbitral, en los buenos y malos momentos".

Resultó llamativo que, para no querer entrar a valorar todas las irregularidades destapadas por El Confidencial, el colegiado bilbaíno hiciera una apología de Rubiales que, eso sí, circunscribió al estamento arbitral, es decir, a los intereses de los llamados trencillas. "Lo conozco desde que es presidente de la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles). Él nos generó la oportunidad de tener, por primera vez en la historia, contratos laborales. Todo mi apoyo a Luis", se atrevió a decir De Burgos, como si el resto de asuntos que han quedado destapados no tuvieran la suficiente relevancia para, cuanto menos, guardar las apariencias.

Como con Florentino, oír para creer

Como quiera que la exclusiva de este diario se ha convertido en uno de los temas informativos de la semana, han sido muchos quienes de un día para otro han descubierto a un personaje como Rubiales, al que, sin embargo, antes incluso de acceder a la presidencia de la RFEF procedente del mencionado sindicato AFE ya había motivos para cuestionar. Aunque, claro, como sucedió con los audios de Florentino Pérez, no hay nada como oír para creer. Por eso sorprende que desde el CSD, léase el Gobierno, se hayan quedado a la espera de no se sabe muy bien escuchar qué para tomar unas medidas que se antojan más que justificadas.

Foto: Rubiales, junto a Abdulaziz bin Turki al Faisal al Saud, en Yeda. (EFE)

Volviendo a la defensa a Rubiales por parte del estamento arbitral, De Burgos Bengoextea quiso destacar que "estas comparecencias humanizan nuestra figura", para añadir: "pero el protagonismo es para los futbolistas". Le faltó decir que, sobre todo si el futbolista se llama Gerard Piqué, Geri para su amigo presidente de la RFEF y jefe supremo de los árbitros. "La gestión es ejemplar, no tengo nada de que avergonzarme", ha llegado a decir estos días Rubiales, aunque paradójicamente solo el estamento que depende de él y el que más debería guardar las apariencias le ha apoyado. Ya saben, al estilo de aquel SMS de Rajoy a Bárcenas: "Luis, sé fuerte"...

En una final de Copa en la que por primera vez en muchos años el Rey no iba a ser silbado, Felipe VI fue testigo de cómo todo el Estadio La Cartuja coreaba al unísono el cántico de "¡corrupción en la Federación!", en alusión a su compañero de palco, Luis Rubiales, y para incomodidad del ministro Miquel Iceta y su secretario de Estado, José Manuel Franco. Y es que no fueron una, sino las dos aficiones de esos 'otros' equipos que, como diría Piqué, son el Betis y el Valencia, las que escenificaron la indignación del fútbol español con todo lo desvelado esta semana en El Confidencial, muchas de ellas anteriormente contadas, y ahora todas confirmadas.

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