El escándalo de Rubiales da alas al Valencia en la final de la Copa del Rey
La hinchada encuentra por fin una causa común con su máximo accionista: la lucha contra la humillación en el reparto del dinero de la Supercopa, al favorecer al Real Madrid y Barça
La hinchada del Valencia CF, tan enconada en los últimos meses con su máximo accionista, acude este sábado en masa a la final de La Cartuja en Sevilla contra el Betis, por fin con una causa común con Peter Lim: la lucha contra el presidente de la Federación, Luis Rubiales, a cuenta del reparto del dinero de la Supercopa de 2020. Ahí el valencianismo va a bloque contra Rubiales después de que El Confidencial desvelara las conversaciones de este con Piqué en las que repartían de manera arbitraria el dinero de la Supercopa, dejando a "los otros [equipos que no fueran Madrid o Barça]" uno o dos millones. Los supuestos criterios de "resultados en las Supercopas y palmarés histórico" saltaban por los aires.
Los abogados del Valencia CF incorporarán los audios de Piqué y Rubiales a la demanda que preparan contra la Federación. A instancias de un juez, el VCF ha reclamado los contratos de esa Supercopa celebrada en Arabia Saudí en 2020, pero, según el club de Mestalla, la Federación ha presentado los documentos con las cifras económicas "capadas". El Valencia no estuvo conforme desde el primer momento con los 2,5 millones que le tocaron en el reparto, por cuatro al Atlético y 6,8 al Madrid y al Barça. Como finalista de la presente edición de la Copa del Rey, el Valencia volverá a la final de la Supercopa de 2023 en enero en Arabia Saudí, con el proceso judicial en marcha contra la Federación.
"No es solo por el Valencia, hay que ir contra el sistema", dicen desde la entidad de Mestalla, en relación con un anhelado frente común de los clubes distintos al Madrid y el Barcelona. Hasta ahora, nadie se ha movido y el Valencia se ha sentido muy solo. Pero la presión social contra Rubiales tras el escándalo destapado por El Confidencial puede cambiar los términos de la próxima Supercopa. De momento, Rubiales ya ha renunciado a la comisión que percibía, asegurando que cambiará su modelo de salario, que aumentaba si se clasificaban el Madrid y el Barça para la Supercopa.
El Valencia ha mantenido una guerra abierta con Rubiales en los últimos meses. El presidente de la Federación estuvo la semana pasada en la capital del Turia, se reunió con un grupo de periodistas y, según el club de Mestalla, le ofreció al Valencia más entradas para la final de Copa a cambio de limar asperezas. La semana anterior, el presidente del VCF, Anil Murthy, había enfadado muchísimo a la hinchada al repartir menos de 13.000 entradas entre los abonados y quedarse 8.000 para sus compromisos. El conjunto de Bordalás también se ha sentido maltratado a lo largo de la temporada por el estamento arbitral, dirigido por Rubiales, y mira con suspicacia lo que pueda suceder en la final a cargo del árbitro canario Hernández Hernández.
El Valencia fue el último campeón de Copa antes de la pandemia, en 2019, y aspira a serlo en la primera edición plenamente pospandemia. El equipo de Bordalás llega como el patito feo de la final tras una temporada muy discreta en la Liga (décimo clasificado, a 15 puntos del Betis), liderando la clasificación de faltas y tarjetas amarillas, según el estilo brusco del técnico alicantino, pero con la oportunidad de volver a Europa (se clasificaría para la Liga Europa) después de dos años de ausencia tras la devaluación de la plantilla por la ruptura de Peter Lim con Marcelino y con Mateu Alemany. Además, Bordalás, tras 30 años de aventuras en los banquillos de una veintena de equipos, la mayoría modestos, roza con las yemas de los dedos el primer título de su carrera.
La hinchada del Valencia CF, tan enconada en los últimos meses con su máximo accionista, acude este sábado en masa a la final de La Cartuja en Sevilla contra el Betis, por fin con una causa común con Peter Lim: la lucha contra el presidente de la Federación, Luis Rubiales, a cuenta del reparto del dinero de la Supercopa de 2020. Ahí el valencianismo va a bloque contra Rubiales después de que El Confidencial desvelara las conversaciones de este con Piqué en las que repartían de manera arbitraria el dinero de la Supercopa, dejando a "los otros [equipos que no fueran Madrid o Barça]" uno o dos millones. Los supuestos criterios de "resultados en las Supercopas y palmarés histórico" saltaban por los aires.
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