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Por qué el PSG es la casa de los líos: filtraciones, un vestuario explosivo y clanes enfrentados
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EL CLUB ES UN POLVORÍN

Por qué el PSG es la casa de los líos: filtraciones, un vestuario explosivo y clanes enfrentados

El conjunto francés, fabricado a base de talonario para ser el rey de Europa, no ha logrado el objetivo y empieza a mostrar las carencias de un club con muchas estrellas pero sin alma

Foto: El PSG es un polvorín. (EFE/EPA/Christophe Petit Tesson)
El PSG es un polvorín. (EFE/EPA/Christophe Petit Tesson)

Una vez más, se ha vuelto a confirmar que los equipos no se hacen a base de talonarios. Los clubes con mucho poder económico -especialmente los clubes Estado- son capaces de incorporar a los mejores jugadores del mundo, pero esa situación no asegura que un conjunto pueda funcionar. De hecho, la norma dice que suele ser lo contrario, pues unir a muchas estrellas en el mismo vestuario puede generar situaciones incómodas: eso es lo que ha pasado, precisamente, en el PSG.

Echando un vistazo a la plantilla del conjunto francés, podemos estar hablando de una de las mejores de todos los tiempos: Leo Messi, Sergio Ramos, Kylian Mbappé, Neymar, Ángel di María, Gigi Donnarumma... Analizando a los jugadores, estamos hablando de uno de los clubes más potentes de la historia del fútbol, pero no funciona como un equipo. Y es que, a veces, tener a tanto gallo en el mismo gallinero termina por generar más problemas que alegrías.

Foto: Kylian Mbappé con gesto serio en el partido entre el PSG y el Burdeos. (EFE/ Christophe Petit)

El PSG ha pasado de ser el gran candidato a todo a convertirse en la casa de los líos. Avanza la temporada y su fútbol brilla por su ausencia, con un equipo cada vez más dividido, un presidente centrado en las controversias y un técnico que ha demostrado no ser capaz de lidiar con los egos del vestuario. Y, por si fuera poco, la plantilla se ha dividido en clanes que generan que la convivencia no sea del todo sencilla y provoca una separación casi irreconciliable en el seno del club.

Todo implosionó tras la eliminación de Champions a manos del Real Madrid. Hasta ese momento, el conjunto parisino mantenía la calma pero, tras la increíble remontada sufrida en el Santiago Bernabéu, los problemas se han hecho cada vez más evidentes. Dos de ellos son los que han estallado claramente: Neymar ha dejado de ser un jugador deseado por la afición y Messi ha quedado claramente señalado... amén de que los clanes han enrarecido el ambiente.

Tras caer ante el Madrid, uno de los grandes señalados fue Neymar. Buena parte de la afición francesa la tomó con él en el siguiente partido que jugaron como locales, ante el Girondins. Cada balón que tocaba, automáticamente se transformaba en silbidos y abucheos por parte de la afición. El jugador ha pasado de ser una estrella a ser duramente criticado por su rendimiento en el césped. Incluso algunos periodistas que siguen al equipo insinúan que no se cuida como debería.

placeholder FOTO: Reuters/Christian Hartmann.
FOTO: Reuters/Christian Hartmann.

Algo parecido ha pasado con Messi. El argentino llegó al equipo como el gran rey del fútbol, el astro que iba a cambiar la historia del PSG... y ha pinchado en hueso. Este curso, ha jugado 25 partidos... y solo ha anotado 7 goles, una paupérrima cifra para un jugador de nivel. Se le critica su falta de hambre anotadora, su pasividad sobre el césped y la poca implicación con el equipo. Ha dejado más dudas que certezas y la afición empieza a desesperarse con él.

Y, para añadir más leña al fuego, 'L'Equipe' ha filtrado los sueldos de los jugadores del PSG, revelando que 18 de los 20 mejores pagados del campeonato son del equipo parisino, con las excepciones de Cesc Fábregas y Ben Yedder. De hecho, el mejor pagado es el propio Neymar (4 millones al mes), seguido de Messi (3,3M) y Mbappé (2,2M). Hasta siete jugadores del PSG cobran más de un millón mensual, cifras al alcance de muy pocos equipos en el mundo.

Si a eso la sumamos que el fichaje de Sergio Ramos se ha convertido en un verdadero fiasco, que Mauricio Pochettino es incapaz de gobernar a un vestuario roto, que Kylian Mbappé está como loco por irse del club y que Nasser Al-Khelaïfi trata de gobernar el club como si fuera su juguete -amén de polémicas relacionadas con el mundo del pádel-, nos encontramos con un club sin cohesión, sin identidad, roto y muy alejado de lo que debería de ser un equipo que lucha por todo.

Achraf, el último lío

La última polémica está directamente relacionada con Achraf Hakimi, uno de los mejores laterales derechos del mundo. Procedente del Inter de Milán, el internacional marroquí llegó al club al entender que existía un proyecto deportivo que podía hacer del PSG uno de los equipos más potentes del mundo. Sin embargo, con el paso del tiempo no solo no ha conseguido dar ese paso adelante que se le exigía en Europa, sino que parece que hay problemas internos que le afectan.

"Hakimi se está volviendo loco. Tanto es así que los sudamericanos ya no le hablan. Quiere salir. Está cabreado y eso es normal", explicaba el periodista Daniel Riolo en 'RMC Sports'. Según asegura el experto, existen un clan sudamericano dentro del vestuario, que está muy alejado del resto del equipo. Achraf les habría mostrado su malestar con su egoísmo y este hecho ha provocado una nueva situación de tensión dentro del seno del equipo.

Lo cierto es que el PSG estaba pensado como un equipo llamado a ganarlo todo esta temporada, con el foco puesto en la Champions. Pero la temprana eliminación a manos del Real Madrid ha hecho que el proyecto implosione y que nada funcione como se esperaba. El PSG se ha convertido en un polvorín y las tensiones son cada vez más evidentes en un equipo hecho a base de talonario, pero sin alma. Mucha estrella, pero la unidad, que es la clave del éxito, brilla por su ausencia.

Una vez más, se ha vuelto a confirmar que los equipos no se hacen a base de talonarios. Los clubes con mucho poder económico -especialmente los clubes Estado- son capaces de incorporar a los mejores jugadores del mundo, pero esa situación no asegura que un conjunto pueda funcionar. De hecho, la norma dice que suele ser lo contrario, pues unir a muchas estrellas en el mismo vestuario puede generar situaciones incómodas: eso es lo que ha pasado, precisamente, en el PSG.

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