Cómo hemos cambiado: dos estadios míticos del fútbol español que se remodelaron de arriba a abajo

Unas 5.000 millones de personas reconocen ser aficionadas al fútbol en todo el mundo, según las últimas estimaciones de la FIFA. Esto implica que el deporte rey tiene la capacidad de movilizar a más de la mitad de la población mundial, ya no solo por el seguimiento masivo a través de los medios de comunicación, sino también por los miles de seguidores que llenan de forma periódica cada estadio. Una peregrinación que se repite cada 15 días desde hace más de un siglo.

En este contexto, los estadios modernos son ahora lugares acordes a su tiempo, donde el fútbol es el centro de una oferta que va más allá de lo meramente deportivo. Desde unos aledaños que permitan grandes volúmenes de tráfico, con aparcamientos para vehículos particulares y autobuses; hasta unos graderíos cómodos y con fácil acceso; pasando por salas de prensa, bares, servicios de catering, una correcta distribución de los aseos, estrictos controles de seguridad o novedosos sistemas de iluminación y megafonía. Todo ello de acuerdo con las exigencias y normativas de los organismos competentes que han ido actualizándose con el paso de los años. Hoy, por ejemplo, todos los campos deben contar con salas de control antidopaje, sistema de vigilancia permanente, instalaciones sanitarias para ambos sexos, palcos de prensa, asientos VIP, un grupo electrógeno de emergencia o una infraestructura adecuada para la emisión audiovisual.

Desde hace algunos años, los clubes que compiten en LaLiga Santander y LaLiga SmartBank se han volcado en revalorizar sus estadios, no solo como entornos futbolísticos, sino también como museos de la ciudad donde se ubican. Este tipo de mejoras ayudan a que los estadios sean mucho más que una ubicación en la que ver un partido de fútbol una vez cada dos semanas; se convierten en auténticos centros multidisciplinares y en un punto de encuentro cultural y social para las ciudades. Para ello, en algunos casos se ha optado por la construcción de un nuevo coliseo. Otros, la gran mayoría de los equipos, han preferido recurrir a la renovación. Uno de los elementos que va a potenciar esta oleada de reformas es la llegada esta temporada de los fondos de LaLiga Impulso. La alianza entre la gestora del fútbol profesional español y el fondo británico CVC establece que los clubes deben destinar el 70% de las inversiones para el crecimiento, con un peso relevante en la parte digital, tecnológica y de infraestructuras.

Uno de los equipos que recientemente ha concluido una ambiciosa reforma es la Real Sociedad de San Sebastián. El club vasco, ya se adelantó a su tiempo construyendo en 1993 el Estadio Municipal de Anoeta —hoy, Reale Arena— dejando atrás un recinto tan emblemático como era el viejo Atotxa. “Para responder a las necesidades actuales del mundo del fútbol, tuvimos que llevar a cabo una remodelación tan profunda que casi podemos hablar de un estadio nuevo”, matiza Begoña Larzabal, directora Comercial y de Marketing de la Real Sociedad.

Para lograrlo, durante la obra se derribó un fondo, se eliminó la pista de atletismo y se acercaron las gradas al terreno de juego. “Todo esto fue un enorme reto porque, por un lado, queríamos concentrar las actuaciones en los meses más benignos del año, pero, por otra parte, debíamos ejecutar las obras mientras continuaba la competición. Esto nos obligó a reubicar a los espectadores en las otras tres tribunas”, concreta la representante del club.

El resultado, tras tres años de trabajos, es un estadio acorde a las tendencias y exigencias del fútbol europeo, centrado en mejorar la experiencia del espectador y con una capacidad mayor. De esta forma, el Reale Arena ha pasado de albergar 32.000 localidades a casi 40.000. “Hemos cubierto todos los asientos porque aquí llueve mucho; hemos ampliado el número de bares a 34; se han colocado 16 ascensores para hacer más accesible el recinto; se han instalado diferentes tipos de asientos en función de la zona; y se han creado ‘fan zones’ y salas ‘gaming’”. Respecto a la tecnología, “habíamos detectado un envejecimiento general entre los realistas —continúa Begoña Larzabal— y, para conectar con la gente joven, debíamos invertir en comodidad, a la vez que en innovaciones tecnológicas, tales como nuevos videomarcadores y megafonía, pantallas repartidas por todo el estadio... También estamos, gracias al Reale Arena, explorando las nuevas tendencias tecnológicas para llegar a los más jóvenes, entre ellas, el metaverso".

Desde la dirección del club donostiarra tienen claro que esta apuesta por establecer un vínculo fuerte con los seguidores desvela sus primeros efectos, no solo en Donosti, sino en toda Guipúzcoa: “Pese a ser la provincia más pequeña, tenemos el ratio de socios más alto de LaLiga con un 5,1% de penetración. Esto, junto al aumento de abonados que hemos experimentado en los últimos años, y la cercanía del aficionado al césped, ha derivado en la recuperación del llamado ‘Espíritu de Atotxa’”, confiesa Larzabal. “Solo hay que ver un partido de la Real Sociedad: cuando hay un gol, todo el público lo celebra poniéndose de pie, dándose la vuelta, saltando y cantando al unísono. Es algo espectacular y digno de ver”.

Al mismo tiempo, el Reale Arena se ha convertido en un atractivo turístico: “La remodelación igualmente beneficia al ‘ticketing’ y potencia el turismo deportivo”.

“Anoeta se estaba convirtiendo en un enorme elefante de cemento gris y sin apenas utilidad y, sin embargo, recientemente, el Reale Arena ha sido galardonado con el Prix Versailles de arquitectura, un galardón que reconoce, precisamente, a aquellas infraestructuras que mejor se adecúan al uso al que están destinadas”, concluye.

Más recientemente han concluido las obras en otro recinto tan emblemático como es El Sadar de Pamplona, casa del CA Osasuna. Para ello, se han destinado 23,3 millones de euros, siendo una de las inversiones más económicas de los últimos años que, además, ha logrado un amplio reconocimiento internacional y el premio al mejor estadio del mundo de 2021, según el portal especializado Stadium Database.

“Nuestro punto de partida han sido los seguidores de Osasuna”, reivindican Mikel Vivanco, responsable de Infraestructuras, e Íñigo Domeño, responsable de Explotación del estadio. “Propusimos a los socios una votación para que eligieran entre una remodelación básica o varias opciones de reforma profunda. La ganadora fue la que llevaba por nombre ‘Muro Rojo’ que, al mismo tiempo, recogió todas las sugerencias de los fans participantes”, explican.

De esta manera, El Sadar cambió totalmente sus funcionalidades y aspecto para que el jugador número 12 pudiera participar en las victorias del equipo: “Nuestra fuerza cuando jugamos en casa reside en la presión que ejerce el público sobre los jugadores. Ahora, los espectadores están más cerca del terreno de juego y, en algunas zonas del graderío, se han instalado unos asientos plegables que cumplen con la normativa de seguridad, pero que facilitan a los espectadores ponerse de pie para animar con más intensidad”, destacan los responsables del club.

Asimismo, El Sadar también ha ampliado su capacidad, pasando de menos de 18.000 localidades a 23.500. “La obra nos ha permitido crecer externa e internamente. Por un lado, teníamos una enorme demanda de aficionados que deseaban convertirse en socios del club desde hace años y ahora, por fin, podemos ofrecer más plazas. Por otra parte, podemos plantear una mayor oferta cultural, deportiva y comercial para toda la ciudad, ya que ahora el estadio cuenta con salas polivalentes para celebrar eventos, nuevos locales y establecimientos, más bares, la tienda del equipo y zonas de ‘hospitality’. A la vez, hemos ampliado el número de palcos y estamos trabajando en dos puntos que serán relevantes para los fans: el museo del club y la Sala 1920, un espacio multiusos que no dejará a nadie indiferente”, adelantan.

Al igual que el templo 'txuri-urdin', el campo rojillo quiere ser un lugar de encuentro en Pamplona: “Ya no es una construcción que se disfrute únicamente cada 15 días, ni que esté alejada del centro urbano —continúan Mikel Vivanco e Íñigo Domeño—, sino que su oferta se integra en una zona joven, pujante y en plena ebullición, con importantes infraestructuras cercanas, como son el Navarra Arena o las universidades de la ciudad. De hecho, queremos hacer que venir a El Sadar sea una experiencia inolvidable y cómoda para todos los públicos, ya sean jóvenes, mayores o familias enteras, y que se convierta en un auténtico ritual”, apuntan.

Real Sociedad y CA Osasuna son dos ejemplos de cómo el fútbol profesional español y las infraestructuras de los clubes se encuentran en plena transformación para adaptarse a las nuevas audiencias y sus exigencias. La reciente llegada de los fondos de LaLiga Impulso contribuirá a que todos los estadios de LaLiga Santander y LaLiga SmartBank que lo deseen puedan dar ese salto cualitativo. Para canalizar esta inyección económica, recientemente se ha constituido de forma oficial LaLiga Group International.

La constitución de esta nueva sociedad a principios de febrero trajo consigo una nueva inyección económica de 220 millones de euros para los clubes que forman parte de LaLiga Impulso, que se unen a los 400 millones de euros de la primera partida. Entre las acciones confirmadas que se llevarán a cabo se encuentran, precisamente, las obras de mejora y remodelación de los estadios y ciudades deportivas. El objetivo es poder acometer los proyectos necesarios para garantizar el crecimiento global de todos los equipos para potenciar su desarrollo internacional y de marca, incorporar el talento y explotar la estrategia de comunicación. Todo ello sin perder de vista la tecnología, la innovación y la apuesta por las plataformas digitales y las redes sociales.