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Álvaro Cervera, el dolor y la indignación de ser despedido del Cádiz con una fría carta
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el técnico del milagro del ascenso

Álvaro Cervera, el dolor y la indignación de ser despedido del Cádiz con una fría carta

Álvaro Cervera, el ídolo del cadismo, se enteró por la prensa de su destitución, recibió un mensaje en su teléfono, sin haber una comunicación oficial y después llegó la carta del club

Foto: Álvaro Cervera en el momento de su despedida como técnico del Cádiz. (EFE/Román Ríos)
Álvaro Cervera en el momento de su despedida como técnico del Cádiz. (EFE/Román Ríos)

En Cádiz se han echado a la calle para protestar por las formas con las que Manuel Vizcaíno ha despedido a Álvaro Cervera. No es un entrenador cualquiera. Era el técnico que merecía el respeto y el respaldo del presidente y con el que se tenía que ir de frente. Por una mala racha de resultados, por tener al equipo penúltimo, se le agotó la paciencia a Vizcaíno. Lo ha despedido quedando toda la segunda vuelta para buscar un punto de inflexión, una reacción del equipo que consiga cambiar la dinámica y haya visos de que es posible la permanencia en Primera División.

La polémica no es el despido, que aun así no es aceptado por esa legión del cadismo que ve a Cervera como el técnico ideal para conseguir el objetivo, sino el cómo se ha producido. Álvaro Cervera se enteró por la prensa de su destitución, recibió un mensaje en su teléfono, sin haber una comunicación oficial y después llegó una carta del club alegando los motivos objetivos del cese del cargo. Todo muy frío. Este es el dolor y la indignación que tienen Cervera y todos esos aficionados que fueron a las puertas del estadio Nuevo Mirandilla (antiguo Carranza como le siguen llamando en las calles de la ciudad) para arropar a su ídolo y cargar, al grito de “dimisión”, contra Manuel Vizcaíno.

Foto: Vinícius controla un balón en presencia de Dani Alves. (EFE/Julio Muñoz)

El presidente bajó el pulgar con Álvaro Cervera tras unos meses de mucho desgaste, en los que ha habido roces, discrepancias por el estilo de juego, la gestión de la plantilla y las medidas disciplinarias. Cervera apunta al 26 de septiembre, día que el Cádiz perdió en Vallecas y algunos jugadores se fueron de fiesta por la noche a una discoteca, como el detonante de los problemas. Se rompió la relación entre Vizcaíno y Cervera. El entrenador empezó a ver al presidente que cogía distancia e interfería en áreas que son de su competencia.

Tachado por jugar feo

Los malos resultados se han llevado por delante a un entrenador que es venerado en Cádiz. Pero lo que más le ha dolido a Cervera son las formas de su despido y las palabras de Vizcaíno justificándolo. “El equipo transmitía cierta tristeza”, dice el máximo mandatario. El relevo es Sergio González, ex entrenador del Valladolid, al que se le pide desde el club que la propuesta futbolística sea más ofensiva, atrevida y el equipo dé un paso adelante para hacer más goles y ganar partidos. No lo va a tener nada sencillo. En Cádiz no ha gustado que negociara su llegada cuando todavía estaba Cervera con contrato en vigor. El ambiente está enrarecido.

Álvaro Cervera nunca ha ocultado que es un entrenador con una filosofía defensiva, pero también advirtió que la salvación de la temporada pasada fue “un milagro”. Con la plantilla que tenía, con los problemas de disciplina, volvió a ser conservador. “Jugando bien no nos da para marcar. Tendremos que volver a ser un equipo feo”, comentó. De nuevo, más fricciones con el presidente por el método en el campo y la gestión de los recursos de la plantilla. Álvaro Cervera es un entrenador y una persona sin filtros. Capaz de ganar la temporada pasada al Real Madrid de Zidane y empatar contra el de Ancelotti en el Bernabéu. Sincero, directo y humilde para pedir perdón al técnico italiano por encerrarse para conseguir un punto. Igual que carga contra los arbitrajes, el VAR y el formato de la Copa del Rey. No ha valido de nada este tipo de machadas. Le han fulminado.

placeholder Sergio González en su presentación como nuevo entrenador del Cádiz junto a Manuel Vizcaíno
Sergio González en su presentación como nuevo entrenador del Cádiz junto a Manuel Vizcaíno

Las quejas de los aficionados del Cádiz apuntan al club, su falta de sensibilidad y transparencia, por ser demasiado presidencialista. Señalan como la clave para estar en Primera división a la gestión de Álvaro Cervera por encima de la de Vizcaíno. Han salido todas las tensiones tras una destitución que no es aceptada por los aficionados. Es Cervera el responsable de que el equipo subiera de Segunda B a Primera división y que lograra mantenerse en la máxima categoría la temporada pasada. Hacía 30 años que el Cádiz no estaba dos temporadas seguidas en Primera. El culpable es Cervera, según los que protestan en las puertas del estadio Nuevo Mirandilla, por hacer un trabajo honesto, profesional y riguroso.

Un señor y un salvador

‘El Gafa’ es el apodo que le puso la afición cadista a Álvaro Cervera cuando un día compareció en la sala de prensa con unas gafas amarillas y después salieron unas imágenes en un bar de Tarifa con una pulsera con una miniatura de esas gafas amarillas. Cervera es un entrenador querido en Cádiz, el que más partidos ha dirigido en el banquillo (258 con 100 victorias), y que hizo popular su lema para alcanzar los éxitos: “La lucha no se negocia”. Conectó con la masa social. Esta pérdida es irreparable para el cadismo que quería su continuidad, pero en especial para los que están enojados por las formas del despido.

Con Cervera ha faltado señorío y elegancia, según los manifestantes que se agolpan en las puertas del estadio, porque es considerado un señor y un salvador. La Federación de Peñas ha querido rendirle un homenaje. Se ha ido por la puerta de atrás el entrenador hispano-guineano que llegó en abril de 2016 y volvió a poner al Cádiz en el mapa. Hay recelo con las decisiones que toma el club y no solo competen a Manuel Vizcaíno. Hay un nuevo accionista, el empresario estadounidense Ben Harburg, que reside en Beijing y que nada más hacerse cargo de un paquete accionarial del 6,5% dijo que había que expandir la marca Cádiz por Asia y que “en dos o tres años podemos aspirar a la Europa League”.

Foto: Raúl García celebra un gol en un partido del Athletic. (EFE/Miguel Toma)

Álvaro Cervera ha dejado huella en el Cádiz y se va dolido con Manuel Vizcaíno. No lo quiso ni nombrar en su comparecencia de despedida y lanzó un dardo: “No voy a opinar de Vizcaíno. Me he acordado de la gente que tenía que acordarme. Una vez vi un reportaje sobre un deportista de élite al que le hacían un homenaje y terminaré con una frase suya: gracias por tanto y perdón por tan poco”. Cervera está en el corazón del cadismo y se ha dado un baño de masas, a pesar de reconocer que tenían que jugar “feo”.

En Cádiz se han echado a la calle para protestar por las formas con las que Manuel Vizcaíno ha despedido a Álvaro Cervera. No es un entrenador cualquiera. Era el técnico que merecía el respeto y el respaldo del presidente y con el que se tenía que ir de frente. Por una mala racha de resultados, por tener al equipo penúltimo, se le agotó la paciencia a Vizcaíno. Lo ha despedido quedando toda la segunda vuelta para buscar un punto de inflexión, una reacción del equipo que consiga cambiar la dinámica y haya visos de que es posible la permanencia en Primera División.

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