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De la llamada a Guardiola a la reconciliación: los tres años para fichar al 'residual' Xavi
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El sustituto de Ronald Koeman

De la llamada a Guardiola a la reconciliación: los tres años para fichar al 'residual' Xavi

Este lunes fue presentado el catalán como entrenador del Barça, un técnico que el presidente Laporta consideraba residual y con el que ha pasado meses sin hablarse

Foto: Joan Laporta aplaude a Xavi en su presentación. (Reuters/Albert Gea)
Joan Laporta aplaude a Xavi en su presentación. (Reuters/Albert Gea)

El 10 de enero del 2019, hace casi tres años, Josep Maria Bartomeu, presidente del Barcelona, mandó a Éric Abidal, entonces director deportivo de la entidad, y a Óscar Grau a Doha desde Rihad, capital de Arabia Saudí, donde la noche antes el Barça había perdido contra el Atlético de Madrid la semifinal de la Supercopa de España.

Ernesto Valverde, el entrenador del Barcelona por entonces, estaba sentenciado. Los ejecutivos del club se reunieron con Xavi. Incluso lo publicitaron con una indiscreta foto. Era domingo, al mediodía, y le presentaron una oferta para volver a la Ciudad Condal de inmediato y sustituir al Txingurri. Esa noche, el ahora nuevo técnico se encontró a su esposa llorando en su casa de Doha. El disgusto era por el cambio que iban a dar sus vidas. Meses después, de vacaciones en la Costa Brava, se reía al recordarlo. "Imagínate el palo que le daba. Allí vivimos tranquilos, muy cómodos. Tenemos un buen grupo de gente… La idea de que me metiera en el berenjenal que supone ser entrenador del Barcelona le angustiaba", explicó Pelopo (como lo llama su entorno más cercano) durante un vermú con unos amigos. La gestión de la negociación fue tan chapucera que, días después, Abidal negó que le hubieran propuesto contratarle. Cosa que, obviamente, indignó a Xavi.

El miércoles día 13, el Barcelona anunció la destitución de Valverde, primer entrenador que el club despidió a media temporada en los últimos 17 años. Fichó a Quique Setién que, según explicó él mismo, días antes paseaba por Cantabria viendo vacas. "No era el momento. Llegará", razonó Xavi, que por entonces tenía una cláusula que le permitía abandonar el banquillo del Al-Saad si le reclamaba el Barça. Hubo que esperar más de dos años para que, a las 01:47 horas, el club anunciara su contratación a través de un comunicado. Llegó para sustituir a Ronald Koeman, al que Laporta despidió en el vuelo de regreso de Vallecas. Luego nombró a Sergi Barjuan como entrenador interino e inició una negociación cuyo resultado fue un patético espectáculo que finalizó de madrugada.

placeholder Xavi y Laporta, durante la presentación. (Reuters/Albert Gea)
Xavi y Laporta, durante la presentación. (Reuters/Albert Gea)

Vuelta a casa seis años después

Xavi vuelve a casa seis años después de emigrar a Doha. Allí, en sus dos últimas temporadas en activo en el Al–Saad, jugó 98 partidos, marcó 24 goles y ganó dos títulos de Liga, dos de Copa y una Supercopa antes de empezar su carrera de entrenador. Xavi aterrizó el sábado 6 de noviembre a mediodía en el aeropuerto Tarradellas-El Prat con su esposa Nuria, sus dos hijos, Asia y Dan, y los que fueron sus colaboradores como entrenador del equipo asiático y lo serán ahora en el Barcelona: su hermano Óscar, Sergio Alegre —el preparador físico Iván Torres—, el fisioterapeuta Carlos Nogueira y los analistas David Prats, Toni Lobo y Sergio García.

"Vuelvo a casa, al club de mi vida… No puedo describir la emoción que siento. Sé que llego en un momento difícil, pero acepto el reto con la mayor emoción", aseguró en un mensaje colgado en las redes sociales. Era el final a un lamentable espectáculo mediático, los tres días de negociaciones de Rafa Yuste, vicepresidente deportivo del club, y Mateu Alemany, director deportivo.

Xavi se entregó a la idea de volver desde el primer momento. Se olvidó del desprecio con el que le trató Laporta, que estuvo mucho tiempo sin hablarle. El motivo fueron los daños colaterales de la última campaña electoral en la que Víctor Font, rival en las urnas del actual presidente, siempre dejó claro que su entrenador era el de Tarrasa si el socio lo votaba. No fue así y Laporta, maniatado por el estado económico del club, mantuvo a Koeman hasta el final de temporada. Pero Joan nunca creyó en él.

placeholder Koeman, en su último partido como entrenador del Barça. (Reuters/Albert Gea)
Koeman, en su último partido como entrenador del Barça. (Reuters/Albert Gea)

Un Laporta con traje de Jesús Gil

Laporta ha tenido durante estos meses un comportamiento con Koeman más propio de los años casposos de Jesús Gil al frente del Atlético que de un ejecutivo moderno. "Es más tozudo que Van Gaal. No le aguanto. No me hace ni caso", llegó a decir ante un grupo de periodistas reunidos para elegir el Premio Aldo Rovira, que tradicionalmente señala al mejor jugador de la temporada anterior. Ni cuando le pidió 15 días para encontrarle sustituto, rizando el rizo de lo absurdo, Laporta contempló como primera opción fichar a Xavi. En sus ensoñaciones, a la primera puerta que llamó fue a la de Guardiola. No se abrió ni un palmo. A partir de ahí, comentó que le gustaría fichar a un entrenador alemán, a Tuchel preferiblemente, pero alguien le hizo ver que era imposible porque no tenían un duro. Así que se quedó con Koeman, aunque estaba claro que iba a durar poco. Y poco ha durado este año, pero, al fin, Joan está feliz. Ronald ya no es el entrenador.

Llegados a ese punto, ha recuperado el contacto con Xavi gracias a la mediación de Alejandro Echevarría, su cuñado, quien fraguó una íntima amistad con Hernández, entre otros jugadores, durante su época en el club. No tenía otra opción. El pueblo hablaba y pedía al de Tarrasa, aleccionado por unos medios de comunicación entregados a la idea, absolutamente convencidos de que será el remedio a todos los males de un equipo que tiene 11 lesionados, Ansu Fati y Dembélé entre ellos.

Si Guardiola supuso la apuesta evidente por el regreso del cruyffismo al Camp Nou, hijo como era del Flaco el de Santpedor, Xavi, en el fondo, retoma los valores de estilo que impuso Johan en el club. El Barça en el que creció cuando entró a los 12 años en el fútbol base de La Masía. Hernández lleva pegada las exigencias de Van Gaal, que le dio oportunidad de debutar cuando andaba necesitado y angustiado por los resultados en su primera etapa como entrenador. Evidentemente, huele por los cuatro costados al perfume del fútbol de Guardiola, con quien Xavi vivió sus mejores años como jugador del Barça.

placeholder Guardiola, junto a Luis Enrique en su etapa como técnico del Barça. (EFE/Xavier Bertral)
Guardiola, junto a Luis Enrique en su etapa como técnico del Barça. (EFE/Xavier Bertral)

El fichaje de Xavi, que algunos vendieron como una negociación de trámite con el primo del 'Sheik', Mohamed Hamad Al-Tani, presidente del Al-Sadd, terminó siendo una piedra en el zapato de cinco millones de euros. Lo había avisado en un tuit durante el partido del miércoles, cuando ya Cataluña y el barcelonismo mundial habían recibido el mensaje del Barça de que Hernández quería venir y no había problemas. Era cuestión de horas. "El club no tiene ninguna intención de prescindir de los servicios de Xavi", avisó antes de irse a cenar con los emisarios catalanes y dejarles claro que la salida del entrenador costaba cinco 'kilos'.

El partido transmitido en directo para toda Cataluña, por cierto, puede acabar en pregunta parlamentaria porque la decisión de TV3 plantea si era necesario comprar los derechos de ese partido. Doha se llenó durante tres días de periodistas que pusieron altavoz a una negociación que debió durar media hora y acabó siendo un galimatías, porque apareció una cláusula de salida tasada en cinco millones de euros que se daba por eliminada en el contrato del jugador de Tarrasa en su última renovación. Así lo había publicado meses antes 'Mundo Deportivo' y nadie lo desmintió.

El caso es que, cuando aparecieron los enviados especiales de la prensa catalana y del Barcelona —también viajaron los representantes de Xavi, Arturo Canales y Fernando Solanas—, él ya trabaja en Barcelona. Vio el Celta-Barça en su domicilio de la zona alta de Barcelona y por la tarde estuvo en el Estadi Johan Cruyff asistiendo a la goleada del filial al Sevilla B (4-0). Fue presentado en el Camp Nou, un acto que se solapó con el torneo de golf organizado para recaudar fondos en la ayuda a los enfermos de ELA, que se disputó en Sant Cugat, apadrinado por Juan Carlos Unzué. Participaron Pep Guardiola y Joan Laporta. Al fin, ha vuelto a casa. Ya puede ir a Can Ferran a comer canelones cada semana.

El 10 de enero del 2019, hace casi tres años, Josep Maria Bartomeu, presidente del Barcelona, mandó a Éric Abidal, entonces director deportivo de la entidad, y a Óscar Grau a Doha desde Rihad, capital de Arabia Saudí, donde la noche antes el Barça había perdido contra el Atlético de Madrid la semifinal de la Supercopa de España.

Joan Laporta Xavi Hernández
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