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La fórmula de Luis Enrique: osadía en el césped y soberbio como portavoz
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el seleccionador da espectáculo

La fórmula de Luis Enrique: osadía en el césped y soberbio como portavoz

Luis Enrique nos engancha. Para bien y para mal. Nos tiene pendientes de sus listas, palabras, alineaciones y el estilo de juego. Es mejor contra rivales potentes y sufre contra los inferiores

Foto: Luis Enrique en el entrenamiento de España en el estadio de San Siro. (EFE)
Luis Enrique en el entrenamiento de España en el estadio de San Siro. (EFE)

Luis Enrique consigue que España se enganche a la Selección. Lo hace desde la expectación que genera saber cuál va a ser su convocatoria, las alineaciones, sus palabras y el tono en la sala de prensa. Contra Italia cumplió en su esencia. Mantuvo en tensión a un país desde la sorprendente llamada del jovencísimo Gavi hasta defenderlo con pasión y ponerlo de titular contra los campeones de Europa. El chico no se achantó. Luis Enrique sale con algo más que una victoria del partido disputado en Milán. Está en la final de la Liga de Naciones con decisiones valientes en el césped y una actitud soberbia como portavoz.

Es la fórmula de Luis Enrique. No va a cambiar y, con victorias de prestigio como la goleada contra Alemania y romper con la racha de 37 partidos sin perder de los italianos, sale reforzado. El seleccionador desveló qué le dijo a sus jugadores en el descanso del partido en Milán: "No hemos venido a especular. Hay que marcar más goles, tener el balón, correr riesgos y ser valientes". España decidió no gestionar la renta de dos goles y se lanzó al ataque. El estilo ofensivo no se negocia. No hay una España rácana en lo futbolístico porque no lo permite un seleccionador que cumple con su filosofía de jugar igual ante cualquier rival. No hay otro camino que el de imponerse con la posesión y ser más contundentes en las áreas.

Foto: Ferran Torres celebra uno de sus tantos. (EFE)

Contra Italia salió el guion perfecto y lo consiguió con el debut de Gavi (17 años) y Yeremi Pino (18 años). La apuesta por los jóvenes es una pata muy importante en la fórmula de Luis Enrique. Las puertas de la Selección están abiertas para todos y el seleccionador no mira la edad. Lo ha demostrado en el extenso grupo de futbolistas con menos experiencia en partidos de nivel internacional. Por la Selección han pasado Gavi (17 años), Ansu Fati (18), Pedri (18), Yeremi Pino (18), Eric García (19), Bryan Gil (20), Ferran Torres (21), Abel Ruiz (21), Pedro Porro (22), Dani Olmo (23), Robert Sánchez (23), Pau Torres (24), Unai Simón (24), Reguilón (24)... Son el presente y el futuro.

La apuesta de Gavi

En Gavi estaban puestas las miradas por esta apuesta decidida y de riesgo del técnico asturiano. No le pesó la camiseta de la absoluta. Contó con la ayuda y la complicidad de Luis Enrique. Los chicos tienen personalidad, pero es el seleccionador el que se encarga de ponerlos en valor, protegerlos y defenderlos. Hasta el punto de que no tiene inconveniente de sacar su lado más arisco. Luis Enrique se pone bravo si le tocas las narices cuando se habla de fútbol. "No tengo por norma leer la prensa", repitió tras ganar a Italia. El día antes encendió al personal por tener una actitud muy lejos de la humildad: "No leo la prensa porque creo que sé más de fútbol que la mayoría y tengo más información que vosotros". Lo de Gavi, como otros jóvenes que están en la Selección, es una apuesta de puerta grande o enfermería. El primer partido ha salido a pedir de boca.

Esta fórmula en la que ejerce de líder con un perfil alto, en un grupo de jugadores donde abundan los jóvenes y no hay estrellas, tiene mejores resultados cuando enfrente está una superpotencia. España es más fiable en partidos como los vistos contra Alemania e Italia. Con una victoria en Wembley contra Inglaterra se estrenó Luis Enrique en el banquillo de la Selección. Pero, cuando enfrente está un equipo menor, que no deja espacios y está ordenado en sus líneas hay problemas. Es chocante. Sucedió en los dos primeros partidos de la Eurocopa contra Suecia y Polonia. Lo volvimos a ver en los últimos partidos de clasificación para el Mundial de Qatar 2022 con la derrota en Suecia y la sufrida victoria en Kosovo.

placeholder Luis Enrique abraza a Gavi tras ganar a Italia en San Siro. (EFE)
Luis Enrique abraza a Gavi tras ganar a Italia en San Siro. (EFE)

La clasificación directa para el Mundial está en el aire. Ahora toca disfrutar del éxito de haber ganado a Italia en su casa y de la cantidad de jóvenes jugadores con talento que hay en nuestro país y que están fuertemente respaldados por Luis Enrique. Lo que es inevitable es que sigamos metidos en una espiral de división en torno al seleccionador por sus decisiones y por su actitud y tono hosco.

La España de Luis Enrique es desconcertante. Puede decepcionar contra un rival inferior e ilusionar con otro que es una potencia. Puede desde desesperar por los errores defensivos y trasmitir sensación de fragilidad a hacer goles contra Inglaterra, Alemania, Croacia e Italia. Es capaz también de anular a la Portugal de Cristiano Ronaldo y dejarle sin marcar en el amistoso de preparación antes de la Eurocopa. Todo es mejorable y así lo reconoce Luis Enrique cuando dice, tras ganar a Italia en San Siro, que "no es el partido más completo que hemos hecho".

Luis Enrique nos engancha. Para bien y para mal. Nos tiene pendientes de sus listas, palabras, alineaciones y el estilo de juego. Una propuesta ofensiva, osada, como él mismo califica, y que tiene admiradores y detractores. Le juzgarán los resultados. Consiguió ser semifinalista en la Eurocopa y ahora está a un partido de ganar la Liga de Naciones. Los que no son de Luis Enrique dirán que es un título menor, un torneo que se inventó la UEFA para acabar con el tostón de los amistosos internacionales y que lo que realmente tiene valor es un Mundial y una Eurocopa. Los que son de Luis Enrique sacan pecho por la personalidad que tiene para tomar decisiones y la valentía de su estilo de juego.

Luis Enrique consigue que España se enganche a la Selección. Lo hace desde la expectación que genera saber cuál va a ser su convocatoria, las alineaciones, sus palabras y el tono en la sala de prensa. Contra Italia cumplió en su esencia. Mantuvo en tensión a un país desde la sorprendente llamada del jovencísimo Gavi hasta defenderlo con pasión y ponerlo de titular contra los campeones de Europa. El chico no se achantó. Luis Enrique sale con algo más que una victoria del partido disputado en Milán. Está en la final de la Liga de Naciones con decisiones valientes en el césped y una actitud soberbia como portavoz.

Luis Enrique Ansu Fati
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