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Ancelotti se pega un tiro en el pie y convierte el Madrid en un polvorín defensivo
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Tercer pinchazo consecutivo

Ancelotti se pega un tiro en el pie y convierte el Madrid en un polvorín defensivo

En su segunda derrota de la temporada, el equipo fue un drama sin la pelota tanto a nivel colectivo como individual. El equipo tiene un agujero negro en el lateral derecho

Foto: El técnico blanco se desespera ante los errores defensivos del Madrid. (EFE)
El técnico blanco se desespera ante los errores defensivos del Madrid. (EFE)

Por primera vez desde que empezó la temporada 2021-2022, el Real Madrid atraviesa una crisis de resultados y, cómo no, de juego. El conjunto de Carlo Ancelotti acumula tres partidos consecutivos (Villarreal, Sheriff de Tirastopol y Espanyol) pinchando hueso y topándose con unos problemas defensivos tan graves que ya han dejado de ser anecdóticos. Lo que en anteriores partidos se veía como una mancha a eliminar gracias a la cantidad de goles que anotaba el cuadro blanco y la capacidad de maquillar con fútbol ofensivo las dudas atrás, ahora es un problema de primer orden en el Real Madrid. La defensa es una verbena y, aunque se apunte a errores individuales, es una cuestión colectiva.

Foto: Carlo Ancelotti reacciona durante un partido del Real Madrid. (EFE)

En el choque ante el Espanyol, agudizado por una primera parte inoperante y brumosa, el Madrid volvió a encontrarse con sus fantasmas defensivos. Aquellos que le susurran al oído que, si la pólvora no fluye en ataque, el plan se cae a pedazos. Los que le dicen que ni Lucas Vázquez ni Nacho Fernández son primeras espadas para adueñarse de roles que están por encima de su talento y que, en caso de estar muy exigidos, serán doblegados con facilidad. El primero vivió impasible el desmarque de Raúl de Tomás para detonar el choque y el segundo se zampó el autopase de Aleix Vidal desde el centro del campo con el que puso el 2-0.

Obsesionado por Kylian Mbappé, el club ha llevado a cabo una planificación deportiva errónea en el lateral derecho. Renovados Carvajal y Lucas Vázquez a pesar de las continuas lesiones de uno y las limitaciones defensivas de otro, Ancelotti no cuenta con ningún defensor de garantías en un sector vital tanto en ataque como a la hora de dejar la portería a cero. Por ello, el técnico italiano ha probado hasta a cuatro futbolistas distintos en el lateral derecho (Carvajal, Lucas, Valverde y Nacho) sin que ninguno se asiente y en la izquierda se sigue anhelando el regreso de Ferland Mendy. Las debilidades en los costados volvieron a estar en el ojo del huracán en una nueva derrota blanca.

placeholder Lucas Vázquez, uno de los grandes señalados. (EFE)
Lucas Vázquez, uno de los grandes señalados. (EFE)

No ayudaron los experimentos de Ancelotti con un cambio de sistema que hizo que tanto Eduardo Camavinga como Federico Valverde anduviesen perdidos sobre el césped. Ambos interiores se movieron mucho —que no bien— y acabaron desorganizando un centro del campo en el que Kroos y Modric se vieron ampliamente superados por el dinamismo rival de Darder, Melendo y Keidi Baré. El Madrid, horizontal y desnaturalizado, no fluía.

A pesar de la vuelta de Toni Kroos al equipo titular, el combinado blanco no solo perdió la clarividencia ofensiva y el ritmo de producción de ocasiones altísimo que había tenido en anteriores jornadas ligueras e incluso contra el Sheriff, sino que además también estuvo mucho peor sin la pelota. Del desorden con la misma, con muchas piezas sin encajar y revoloteando en zonas estériles, se pasó a los contragolpes de un adversario que ya había detectado por dónde herir al Madrid. El equipo se partió sin poder recuperar balones en campo rival, fue pasivo con en las pérdidas y sufrió con cada contragolpe del Espanyol.

Sin rastro de la presión alta

Ancelotti declaró hace un par semanas que quiere implementar una presión alta que el equipo tenía 100% automatizada con Zidane: "El equipo defiende bastante bien, pero tenemos que mejorar con la presión más arriba. No podemos pensar en defender siempre en nuestro campo con bloque bajo. La continuidad es muy importante en LaLiga", declaró en la previa del partido contra el Mallorca. Sin embargo, la primera vez que fue descaradamente a asfixiar la salida de balón lejos de la portería de Courtois, ante el Villarreal, el conjunto de Unai Emery desató el pánico. El partido finalizó 0-0, pero el submarino amarillo lo controló durante muchas fases y el Madrid se sintió inferior y maniatado.

placeholder Alaba otea el horizonte para saber qué ha sucedido en el gol. (EFE)
Alaba otea el horizonte para saber qué ha sucedido en el gol. (EFE)

A la semana siguiente, la falta de determinación en el último tercio contra el Sheriff provocó un batacazo de los gordos. El equipo había disparo 34 veces (11 de ellas entre los tres palos) y gozó de las oportunidades suficientes como para llevarse el gato al agua. Un accidente sonado, pero de los que suceden de vez en cuando. Sin embargo, Ancelotti decidió afrontar el encuentro en Cornellà-El Prat como un punto de inflexión. Para frenar la sangría defensiva cambió de sistema (4-4-2), pero en lugar de solucionar los problemas atrás, dinamitó una fase ofensiva que ya estaba engrasada previamente.

El técnico transalpino haría el siguiente diagnóstico de la derrota: "El planteamiento era claro, no voy a explicar ahora qué planteamiento teníamos. Pero es verdad que parecíamos desordenados y no teníamos un control claro con balón". Nacho, uno de los principales señalados por el error defensivo que significó el 2-0, también indagó en el momento del equipo: "Nos han pillado muchas veces en defensa. Tenemos que trabajar para ajustarnos y no encajando los partidos serán mejores".

placeholder Ancelotti se lamenta. (EFE)
Ancelotti se lamenta. (EFE)

El Real Madrid llega al parón de selecciones en un momento delicado e inexplorado hasta el momento. No es una simple derrota más, es la constatación de que Ancelotti ha desestructurado un equipo que ya tenía claro un sistema, una idea de juego y que funcionaba como un reloj a la hora de definir partidos en ataque. Ahora, con tiempo y espacio, es momento para que el técnico italiano reflexione sobre qué camino quiere que siga su equipo. Zidane dejó como herencia una fase defensiva compacta y que sacaba múltiples réditos de sus recuperaciones altas, aunque el ataque era previsible. Ancelotti debe encontrar el equilibrio entre abrigarse en defensa y no pasar frío en ataque.

Por primera vez desde que empezó la temporada 2021-2022, el Real Madrid atraviesa una crisis de resultados y, cómo no, de juego. El conjunto de Carlo Ancelotti acumula tres partidos consecutivos (Villarreal, Sheriff de Tirastopol y Espanyol) pinchando hueso y topándose con unos problemas defensivos tan graves que ya han dejado de ser anecdóticos. Lo que en anteriores partidos se veía como una mancha a eliminar gracias a la cantidad de goles que anotaba el cuadro blanco y la capacidad de maquillar con fútbol ofensivo las dudas atrás, ahora es un problema de primer orden en el Real Madrid. La defensa es una verbena y, aunque se apunte a errores individuales, es una cuestión colectiva.

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