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Garay no es el único que dejó atrás el fútbol: los exjugadores que eligieron otra profesión
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La retirada de los futbolistas

Garay no es el único que dejó atrás el fútbol: los exjugadores que eligieron otra profesión

El argentino trabaja ahora como promotor inmobiliario. En cambio, Darío Silva fue camarero en una pizzería y Faustino Asprilla vendió preservativos

Foto: Garay, en un partido del Valencia. (EFE)
Garay, en un partido del Valencia. (EFE)

Algunos jugadores abandonan el fútbol cuando se retiran. O no quieren saber más de él o prefieren seguirlo desde la distancia. Es el caso de Garay. El defensa argentino, tras decir adiós la pasada temporada, se ha convertido en promotor de viviendas de lujo en la empresa Gargor Luxury.

Garay, como se pudo comprobar en su perfil de Instagram, ha girado su vida hacia la construcción. Ha construido una urbanización en Valencia, ‘Los Altos Argentinos. Está situada en la zona de Torre Conill, cerca de su casa y de la ciudad deportiva del Valencia.

El defensa argentino compartió una imagen con un casco de obras en la que se vio como avanzaba la construcción. “Aquí les presento mi nueva etapa. Un gran proyecto en el que llevo trabajado dos años con mucha ilusión. Todos tenemos sueños en la vida y yo tenía uno que hoy puedo decir que se ha cumplido”, confirmó Garay en la red social.

Del fútbol a la Iglesia

Philip Mulryne también tuvo que construir, pero una nueva vida. El norirlandés se ordenó sacerdote tras retirarse. Compartió vestuario con Ryan Giggs, David Beckham, los hermanos Neville, Paul Scholes… en el Manchester United. Llegó a los ‘Red Devils’ con 14 años y dejó el fútbol con 31 como consecuencia de las lesiones. Fue ahí cuando descubrió su vocación sacerdotal.

Mulryne fue ordenado sacerdote en julio de 2017 por el arzobispo Joseph Augustine Di Noia, que viajó desde Roma para la ceremonia. En octubre de 2016, había sido ordenado diácono. Tras retirarse oficialmente del fútbol en 2009, inició su camino hacia la ordenación e ingresó en el Seminario Diocesano de Saint Malachy en Belfast. Estudió Filosofía dos años en la Queen’s University en Belfast y en el Maryvale Institute antes de marcharse a Roma, al Pontificial Irish College, para estudiar Teología durante un año en la Gregorian University.

El norirlandés atendió a ‘Marca’ durante el confinamiento y relacionó el fútbol con el sacerdocio. “En muchos sentidos, mi vida como dominico es similar a mi vida como futbolista. Por ejemplo, vivo en comunidad con otros hombres que persiguen un objetivo similar, aunque la meta es diferente. En el fútbol se trata de la búsqueda de trofeos, mientras que un dominico busca a Dios y comparte su amor con los demás. Tengo un superior que de alguna manera es como un entrenador, y la vida como religioso es regular y disciplinada. (…) Mi vida ha cambiado, pero también puedo aportar muchos de los valores que aprendí como futbolista y usarlos en mi sacerdocio”.

Creyente cuando era futbolista

El exjugador del United continuó creyendo en Dios durante su vida futbolística. “Durante los 13 años que fui futbolista siempre fui creyente, pero me alejé de la práctica de mi fe aunque rezaba con regularidad. Creo que Dios me invitó a responder a su oferta de convertirme en sacerdote”, confesó Mulryne.

Los jugadores acostumbran a tener todo tipo de lujos, algo que Mulryne no echa de menos. “Mi fe y mi vida como sacerdote me brindan una mayor satisfacción y una felicidad que es mucho más que un sentimiento emocional. Es la felicidad de saber que Dios me ama y no importa lo que se cruce en mi camino, porque él está presente en ese camino y lo recorre conmigo”.

El voluntariado fue el giro definitivo para su vida. “El tiempo que estuve ayudando a alcohólicos y a las personas que integraban el centro sin hogar cambió mi vida. Reconocí en estos hombres rotos a personas que tenían una dignidad tremenda. Me mostraron el egoísmo que existía en mí como futbolista y me llevaron a darme cuenta de que cuanto más nos entregamos a los demás, somos más verdaderamente humanos y recibimos más cuando damos nuestro tiempo en ayuda a los demás”.

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Beckahm, excompañero del actual sacerdote, junto a Roberto Carlos. (Reuters)

Discusiones sobre la fe

Sus excompañeros Beckham y Roy Keane han desaparecido de su vida porque no mantiene ningún tipo de contactos. No ocurre lo mismo con jugadores del Norwich City. “Con muchos de ellos discutíamos sobre nuestra fe. Algunos de ellos son hombres de fe profunda, que me demuestran que ser un católico practicante en el deporte es posible y que, además, puede mejor su experiencia como futbolista”.

Darío Silva también trabajó de cara al público, aunque no como sacerdote, tras su retirada. El uruguayo ingresó en agosto del año pasado en la dirección deportiva del Cádiz para trabajar como ‘scouting’ en el cuerpo técnico. Antes, sin embargo, trabajó como camarero en Frascati, una pizzería de Málaga.

El exjugador de Málaga o Sevilla declaró: “Hay gente que se enoja si yo estoy de pizzero o de mozo. Yo no entiendo cuál es el problema. Igual quieren que sea ministro del Interior, presidente…”.

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Darío Silva. (EFE)

Un mal negocio con el Gobierno

El uruguayo perdió mucho dinero tras un negocio con el Gobierno de Uruguay. “Tenía que comprar en China una máquina de caucho para hacer las carreteras. Me reuní con el presidente, mandé el dinero a China. Ni apareció la maquina ni el dinero. Perdí una casa que puse en garantía y que se quedó el Gobierno. Valía 300.000 euros, además de los 450.000 que pagué por la máquina”, confesó en ‘Málaga Hoy’.

El mayor problema, sin embargo, se lo causaron sus antiguos representantes. “Me deben dinero y uno me robó. Pablo Boselli nos robó las acciones, mandó robar de una empresa que teníamos. Y Bruno Santin era mi abogado y se quedó con un millón de dólares. Desde 2009 peleo con la justicia. Me hicieron daño económico, no moral. Pero quiero que vayan presos”.

Faustino Asprilla, en cambio, no vende pizzas, sino preservativos. El exjugador colombiano, aún recordado en Argentina por el 0-5 de 1993, se convirtió en propietario de la marca de profiláticos ‘Condones Tino’, en honor a su pseudónimo, en 2016.

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Faustino Asprilla. (EFE)

Antes apareció desnudo

‘El Tino’ ya se había dedicado a otros menesteres desde que dejó el fútbol en 2004. Tres años más tarde, en 2007, apareció desnudo en una sesión fotográfica para una revista. Poco después, le ofrecieron actuar en una película porno, pero declinó la invitación.

El colombiano tiró de humor durante el confinamiento cuando afirmó que regalaría 100.000 unidades. “Porque de pronto llenarse de hijos con este virus no da. Aquí me quedaron en mi casa muchísimos condones y quiero que me ayuden a gastarlos, porque para mí es muy complicado gastarlos todos”.

Asprilla aprovechó para hacer una oferta con el resto de unidades que le quedaban. “Sólo me quedan 3’58 millones de condones en inventario hasta que podamos reabrir la fábrica. Para ayudar a la población voy a regalar un preservativo por la compra de una caja de tres", explicó el jugador.

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Chilavert. (EFE

La relación con la mafia

La mafia también quiso hacerle un trabajo durante su época en activo, pero él lo rechazó tajantemente. Tras un fuerte encontronazo con Chilavert en una derrota ante Paraguay (2-1), ambos jugadores fueron expulsados. Un narcotraficante se puso en contacto con él y le dijo: “Necesitamos que usted dé una autorización para que dos manes se queden en Paraguay, en Asunción, y vayan a matar a ese gordo, Chilavert”, le dijeron. “Ustedes están locos. Van a acabar con el fútbol colombiano y eso no puede ser. Lo que pasa en la cancha se queda en la chanca”, respondió Asprilla.

El portero Sandro Guzmán también tuvo relación con Chilavert, aunque en este caso no estuvo la mafia por medio. Fue suplente del paraguayo en Veléz, donde las pocas oportunidades que tuvo le valieron para llegar a Boca. En La Bombonera protagonizó una serie de errores, así que el técnico, Héctor ‘Bambino’ Veira lo sustituyó y le dijo: “Te saqué para protegerte”.

El argentino dejó el fútbol y primero fue DJ. Más tarde se convirtió en quiosquero, aunque de nuevo le dio un nuevo giro a su vida. Ahora se dedica a la acupuntura y a la osteopatía. También cambió de look: pasó del pelo corto a las rastas.

Algunos jugadores abandonan el fútbol cuando se retiran. O no quieren saber más de él o prefieren seguirlo desde la distancia. Es el caso de Garay. El defensa argentino, tras decir adiós la pasada temporada, se ha convertido en promotor de viviendas de lujo en la empresa Gargor Luxury.

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